Profundizar la senda para instaurar un nuevo orden socioproductivo y ambiental

Este Día Nacional de la Conciencia Ambiental nos convoca a reflexionar sobre nuestra responsabilidad con el entorno, para fortalecer actitudes adecuadas y comprometidas con el cuidado ambiental. Es una fecha que nos recuerda la tragedia del 27 de septiembre de 1993, cuando siete personas fallecieron luego de un escape de gas cianhídrico en Avellaneda, provincia de Buenos Aires.

Como hemos dicho muchas veces, en Argentina tenemos dos desafíos urgentes e insoslayables: saldar las desigualdades económicas y sociales del siglo XX y asumir, a la par, los desafíos ambientales del siglo XXI. Tenemos que crecer económicamente, con justicia social y equilibrio territorial, sin desconocer que debemos hacerlo mediante una relación de respeto y valoración de nuestros bienes naturales.

Desde el Ministerio a mi cargo, diseñamos y llevamos adelante acciones en materia de fortalecimiento de los parques nacionales, combate y prevención de incendios forestales, obras y equipamiento para el adecuado tratamiento de los residuos sólidos urbanos, conservación y uso sostenible de los bosques nativos y lucha contra el cambio climático. Todas ellas dan cuenta de grandes problemáticas ambientales que nos han acompañado desde hace décadas y que requieren respuestas específicas desde el Estado para asegurar el bien común. Porque de esto solo podemos salir con un Estado fuerte y eficaz, no mediante su eliminación.

En los cuatro años que asumimos la gestión, hemos dado cuenta del desarrollo de políticas públicas con criterio federal. El presupuesto de Ambiente se incrementó considerablemente. Hemos creado cuatro parques nacionales, ampliamos otros dos y establecimos dos nuevas reservas naturales. Con ello aumentamos 15 % la superficie terrestre protegida por la Administración de Parques Nacionales.

Por otra parte, llevamos al presupuesto de nuestro Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF) a un crecimiento muy importante, que fue 70 veces mayor entre 2019-2022, duplicamos la cantidad de brigadistas del SNMF y generamos dos nuevas bases operativas. Esto se vio acompañado por el desarrollo del Sistema de Alerta Temprana, que proyecta instalar 50 faros de conservación en el país, y por la entrega de equipamiento a las provincias para contribuir con las tareas de manejo del fuego en las distintas jurisdicciones.

Además, hemos impulsado proyectos para la construcción de 10 centros ambientales dedicados a la gestión integral de los residuos sólidos urbanos en distintos puntos del país, cuatro de los cuales ya están terminados. También equipamos a 150 municipios con más de 1.500 unidades de maquinaria que facilitan las tareas en esta materia.

Para el cuidado de nuestros bosques nativos, logramos fondos de la ley de bosques 17 veces superiores en 2023 comparados con los de 2019. Y además obtuvimos una donación de 82 millones de dólares del Fondo Verde del Clima, que permite aumentar el equipamiento y las acciones para continuar en la dirección trazada.

En el abordaje del cambio climático, logramos presentar en 2021 una Contribución Nacional Determinada (NDC) mucho más ambiciosa que la elaborada en 2016. Se trata de un compromiso asumido por nuestro país para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. También nos proponemos cumplir el Plan Nacional de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático y avanzar con la Estrategia de carbono neutralidad al 2050. En este aspecto, sabemos que para ser efectivos los cambios deben tener escala global y deben resolver las inequidades existentes entre los países centrales y en desarrollo. Los primeros crecieron al costo de sacrificar en mayor medida los recursos disponibles y de emitir a ritmo desenfrenado gases de efecto invernadero que hoy nos colocan en las puertas de una gran crisis climática. Por eso sostenemos que existen responsabilidades comunes pero diferenciadas.

En Argentina, asumimos la necesidad de salidas colectivas para la resolución de estos problemas de la agenda ambiental con la gente adentro. No es con más individualismo, es con mayor compromiso de los actores públicos y con más inversión allí donde hay más necesidad. Tenemos que lograr la sostenibilidad con base en la justicia social y el equilibrio territorial. Para esto hace falta construir mecanismos equitativos de distribución del ingreso y de los recursos en el territorio.

Quedan muchos temas por resolver. Iniciamos un camino que deberá ser profundizado con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas y preservar el ambiente a través de la construcción de un nuevo orden socioproductivo y ambiental. Esta es la senda que tendremos que continuar en los próximos años.