Chocolate por la noticia

Al liberar al puntero del PJ que robaba tarjetas de débito, la Justicia interrumpió la investigación que conducía saber quiénes le organizaban la jornada laboral para quedarse luego con los dividendos

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Julio “Chocolate” Rigau
Julio “Chocolate” Rigau

Julio “Chocolate” Rigau volvió a casa. Con las 48 tarjetas de débito, la bolsa de consorcio llena de pesos y todos sus contactos y terminales políticas a buen resguardo.

Estar detenido durante 12 días no es para cualquiera. Menos aún para un alma sencilla, de profesión electricista, ahora dedicado a ordeñar cajeros utilizando tarjetas de débito que no le eran de su propiedad y por cuenta y orden de quién sabe quién.

Chocolate recibió la excarcelación porque así lo dispuso la Justicia, cuando su ánimo empezaba a flaquear y se temía que diera a conocer noticias muy poco convenientes para sus empleadores.

Tuvo más suerte que José López, el emblemático revoleador de bolsos que del piadoso convento de las monjitas pasó al penal sin escalas y sin disponer de protección alguna como para eludir el inevitable peso de la Justicia sobre su descontrolada humanidad. Puede que sus mandantes confiaran tambien en su capacidad de mantenerse en saludable silencio por su propio bien y el de sus superiores jerárquicos.

No parece que sea este el caso del diligente chocolatero. La suya era una tarea sencilla y rutinaria. Solo se trataba de sacar a diario el tope diario de las cuentas hasta completar el monto total de los sueldos de trabajadores fantasma registrados en la legislatura bonaerense. Una suculenta cantidad en contante y sonante.

La imputación se inició bajo el cargo de “estafa reiterada en al menos 177 casos contra 45 personas”. Al liberarlo, la Justicia interrumpió la investigación que conducía saber quiénes le organizaban la jornada laboral para quedarse luego con los dividendos de tan productiva tarea.

Los honorarios de los contratos-fake que se depositaban en las cuentas eran del orden de los 580.000 pesos y las extracciones diarias del máximo permitido, o sea de 30.000. Puede que en el mes la gestión de Chocolate embolsará la suculenta suma de 27,5 millones de pesos. Una platita muy dulce para quien le encomendó la gestión.

La expeditiva tarea de la Justicia, que liberó al exprimidor de cajeros automáticos bajo el argumento de que la policía “invadió su privacidad”, dejó la causa al borde mismo de la nada. Salvo que intervenga el fiscal de la Cámara de Apelaciones de La Plata, Héctor Volgiolo, nos quedaremos sin saber a quién pertenece el copyright de esta curiosa modalidad de la “matriz diversificada” de corrupción que alimenta los ductos de la política.

En la media tarde de este viernes Volgiolo hizo la “reserva” en el Tribunal de Casación para dar vuelta el fallo que dispuso la liberación del puntero peronista lo que permitirá avanzar en la investigación de los hechos que no permiten suponer otra cosa que una caso manifiesto de la trama corrupta que alimenta las cajas negras de de la Legislatura.

En el caso, de ribetes tan pornográficos como escandalosos, no quedan querellantes. Requeridos por la Justicia los titulares de las tarjetas apelaron al “no sabe, no contesta” o alegaron inverosímiles razones acerca de por qué entregaron sus tarjetas al chocolatero para que les hiciera el favor del delivery de sus ingresos.

El fiscal Vogliolo quedó ahora en el ojo del huracán. Si su reacción no es contundente quedarán confirmadas las sospechas de los fuertes lazos que unen a oficinas del fuero penal bonaerense con los despachos de la política. La posibilidad de que la causa se extinga quedó abierta.

En la mira, quienes tienen el control político de la Legislatura de la Provincia, que se supone son quienes contrataron a los titulares de la cuentas que ni trabajaban ni cobraban ese dinero y a quien se supone solo se los gratificaba con una obra social y el pago regular de la jubilación.

No es la única intriga que el “House of Cards” nac and pop nos ofrece esta temporada. Las suspicacias en torno a un entendimiento o pacto Milei-Massa agitó con inquietantes capítulos la semana política.

Más candidato que nunca, el ministro-candidato nos sigue alegrando la vida encendiendo sus luces de bengala. Afecto a los fuegos de artificio ahora se solaza matando varios pájaros de un solo tiro.

El debate en Diputados del proyecto de baja del Impuesto a las Ganancias en orden a eliminar la cuarta categoría le resultó rendidor. No solo logró pegotear a Milei metiéndolo en el barro de sus fullerías sino que embistió a la Juntos por el Cambio en un callejón sin salida.

Nada más odioso que votar en contra de lo que se viene pregonando desde hace años. “El salario no es ganancia”. Una letanía que fatigó en todas las campañas.

Sergio Massa junto a dirigente
Sergio Massa junto a dirigente de la CGT en la Cámara de Diputados

El populismo es contagioso, dijo Macri. No se refería ni a Massa ni a Milei. Es curioso, hablaba de los suyos. Los cuatro diputados de Evolución Radical que aportaron quórum para el tratamiento de la ley en abierto desafío a la incómoda situación en la que metieron a Juntos.

La foto del palco de la Cámara Baja pinta un óleo de época. Massa aparece en la imagen como un chico travieso disfrutando tras sus tropelías festejado por los peores del barrio. El fuck you del más revulsivo de los Moyano es también un gesto celebratorio.

A Javier Milei, quedó claro, nada le quita el sueño. Tras la diatriba parlamentaria en la que justificó su apoyo al proyecto, se echó un siestita en su banca. Para la popu que lo mira por Tik Tok.

A un mes de las elecciones los candidatos se aferran a sus convencimientos. Milei se siente ganador en primera vuelta y los otros candidatos con posibilidades, Sergio Massa y Patricia Bullrich se ven en el balotaje.

La tensión por quién ocupará el segundo lugar en la preferencia de los votantes en octubre es electrizante. Si Patricia Bullrich se queda afuera, Juntos por el Cambio se rompe. No subsistirá ninguna razón para que los cambiemitas permanezcan unidos. Al menos eso es lo que cree uno de los más altos referentes de la coalición política que llevó a Macri al poder en el ya lejano 2015.

Javier Milei en Bahía Blanca
Javier Milei en Bahía Blanca

Los bullrichistas no pierden las esperanzas. Después de las dos semanas posteriores a las PASO, que fueron demoledoras para el ánimo del espacio, ahora recuperaron energía y se alinean detrás de la road movie que emprendió el patomóvil. Una película en la que no se vio al Jefe de Gobierno de la Ciudad pero en la que sí luce hiperactivo Diego Santilli.

Los cambiemitas confían en que el Terorema de Baglini se invierta alcanzando también a los votantes y que a medida que se acerque la posibilidad de que Milei llegue al poder, opten por una opción más racional eligiendo la boleta de Patricia Bullrich. De ilusión también se vive.

Admiten que Patricia no está logrado retener los votos de Horacio Rodríguez Larreta y confían en que, reformateada en una nueva versión post PASO, más madre, abuela, más contenedora y más feminizada rinda a la hora de atraer a un electorado que le resulta esquivo. Están convencidos de que lo que sube Massa son votos de Milei.

Los memoriosos del pasado no tan reciente sostienen que el vapuleado entendimiento entre Massa y Milei puede asimilarse al Pacto del 83+Milei. Hacen referencia a la denuncia del denominado “pacto militar-sindical” que en plena campaña denunció Raúl Alfonsín y que pavimentó su llegada al poder en la elección que nos regresó a la vida democrática. Cualquier referencia a Victoria Villarreal es pura coincidencia.

Hay mucha ilusión puesta también en el resultado de las elecciones de este domingo en Mendoza. Un triunfo de Alfredo Cornejo sería una ráfaga de aire fresco para Bullrich y los suyos. La consolidación de poder que Juntos por el Cambio está logrando en las provincias habla de un partido radical muy fuerte a nivel territorial, muy ordenado, pero con una dificultad por el momento insoslayable: carece de un líder.

Alfredo Cornejo, Patricia Bullrich y
Alfredo Cornejo, Patricia Bullrich y Luis Petri

El radicalismo en la provincia de Buenos Aires está “muy Patricia”, dice uno de sus referentes más importantes a nivel nacional.

La dificultad más seria la tiene el partido centenario en CABA, dónde los seguidores de Martín Losteau, tensionan con Jorge Macri y dan señales de dureza para mejorar la capacidad negociadora con el candidato de JxC para la Ciudad.

La idea de jugar sucio desviando votos a Leandro Santoro, el candidato cuasi alfonsinista de Unión por la Patria, algo con lo que se coqueteo, parece haberse diluído. No los disuade el amor sino el convencimiento de que les será más fácil cambiar figuritas con el PRO que con los peronistas.

Patricia Bullrich corre, también, con algunas desventajas. Mientras los libertarios tomaron la delantera disponiendo de poder mediático y simbólico, y el oficialismo hace uso y abuso de la inmensa masa de recursos que le otorga el poder, Bullrich está desprovista de estos dos atributos. Rema en la dificultad.

No son pocos los que en el peronismo confían en una buena performance de Massa en orden a entrar en el balotaje. Cuentan con la condición de “animal de poder” del candidato. Casi todos coinciden en definirlo como alguien muy hábil , “muy travieso” . Massa necesita hacerse a los 30 puntos para llegar. Malena está cazando fuera del zoológico. Está haciendo un seguimiento implacable, cuerpo a cuerpo, de gobernadores e intendentes que se le durmieron en las PASO. Ahora tendrán que arremangarse, calzarse el overall.

Un claro referente del peronismo que tiene línea con Massa asegura que la relación Massa Milei existe, que mantienen un vínculo y que en la etapa previa a las PASO desde el oficialismo inflaron. Puede que, entusiasmados con limar a Bullrich, se hayan pasado de rosca.

Otra expectativa está puesta en que Milei “se saque”. El carácter irascible del libertario los lleva a alentar algunas esperanzas.

Massa intenta seguir haciendo un delicado equilibrio tratando de administrar las tensiones con Cristina Fernández de Kirchner y el presidente Alberto Fernández, pero en los últimos días empieza a soltarsele la chaveta.

Para Massa la culpa es siempre de otro. En este caso de otros. Además de la pandemia, la sequía, el FMI y Macri, en una nota con Luis Novaresio sumó a Alberto Fernández y la fiestita de Olivos entre los factores que derrumbaron al Gobierno del que él forma parte.

Dijo que en un eventual Gabinete suyo no sumaría ni a la mitad de los ministros actuales y que sí incorporaría a varios radicales y algunos peronistas que en los últimos años jugaron para el PRO.

Displicente, dijo que “Bullrich es la candidata a Ministra de Seguridad de Melconian

Le faltó agregar que Javier Milei es una suerte de hijo no deseado de CFK. El libertario es un producto de los tremendos desaguisados sociales y económicos que generó el kirchnerismo, gobierno del que, le guste o no, Massa forma parte desde el primer día.

La gente tiene y expresa más bronca con el Gobierno que miedo a Milei y con esto tendrá que lidiar el ministro candidato que insiste en bambolear una piñata llena de caramelos ácidos que se diluyen al compás de la arremetida inflacionaria.

Por el momento el “salto al vacío” parece ser más convocante que apostar a más de lo mismo. No hay “plan platita” que aguante.

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