Este día del estudiante es pertinente abrirnos a una reflexión sobre cómo se están vulnerando los derechos de los niños teniendo en cuenta que en América Latina y el Caribe, 4 de cada 5 alumnos que terminan 6° grado no pueden leer con fluidez y comprender un texto simple, según las pruebas que realiza UNESCO.
¿Qué quiere decir este dato? Que ahí ya se está vulnerando uno de sus derechos, que es el de aprender. Un niño lee y escribe para después poder aprender. Entonces, un niño que llega a 6° grado sin poder comprender un texto simple implica que llega sin haber aprendido a leer, porque no cumple con el objetivo principal de la lectura, que es acceder al contenido.
Ante esta situación, estamos vulnerando uno de los derechos más importantes que tiene un niño, que es el derecho al aprendizaje, y que empieza con el aprendizaje de la lectura. Ahí ya lo estamos bloqueando, porque es un niño que está pasando a la escuela secundaria sin poder comprender lo que lee y, por lo tanto, más propenso a abandonar rápidamente, porque es muy difícil transitar la secundaria sin poder comprender.
Ya no estamos hablando de textos simples, sino de textos más complejos, con todo lo que implica el poder comprender un texto complejo; tener buena capacidad de realizar una autocrítica, un análisis con criterio de lo leído, de poder estar en acuerdo y desacuerdo, el poder relacionar en eslabones lo que estoy leyendo ahora con cosas que ya leía anteriormente, cómo se vinculan esos hechos unos con otros. Nada de eso puede realizar un niño que es incapaz de comprender un texto simple.
¿Por qué sucede esto? Sabemos que las causas son multifactoriales, pero hay una causa que es innegable y es que el aprendizaje se genera por superposición de conocimientos desde los más simples hasta los más complejos. Si nosotros pretendemos avanzar en la enseñanza partiendo de la base de que los niños aprendieron lo que realmente no saben, o sea, no aprendieron, estamos cometiendo el peor de los errores, porque estamos pretendiendo superponer conocimientos en base a conocimientos que no están adquiridos. Eso es lo que estamos logrando con esta nueva política de que los niños no repitan. Por un lado, es positiva la política de contenerlos en la escuela, pero los niños deberían de poder aprender en cada grado escolar lo que tienen que aprender y asegurarnos de que eso haya sucedido. Si eso no sucede, se debería buscar cuál es la mejor estrategia para remediarlo, porque hacerlo repetir para darles más de lo mismo, eso no sirve tampoco para absolutamente nada.
Entonces, en el Día del Estudiante, lo más importante, lo que nos debe llamar a reflexión, es qué está pasando con ellos, los estudiantes, qué está pasando con la educación, qué es lo que no le estamos dando a los niños al terminar el primer ciclo, que son las herramientas necesarias para que puedan realmente continuar con éxito el ciclo de secundaria, porque sino, los estamos condenando al fracaso.