Enseñar a aprender

El 17 de septiembre se celebró el día del profesor. Educar es mucho más que estudiar de memoria datos e información vacía de un manual o de fotocopias

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La formación docentes es clave
La formación docentes es clave para la calidad del aprendizaje que obtienen los estudiantes. EFE/Carlos Cermele

Enseñar es mucho más que pararse en el frente y narrar una anécdota histórica o demostrar un teorema. Se requieren conocimientos disciplinares y pedagógico- didácticos de la materia en cuestión y, fundamentalmente, demanda conocer las características de las adolescencias de estos tiempos, tan diferentes a las de algunas décadas atrás. No obstante, aún hoy, comúnmente, se sigue mirando a la clase de manera técnica e instrumental y se sigue realzando la figura del profesor como única fuente de conocimiento. Y, si bien son importantes los saberes disciplinares a la hora de dar clases, lo que pesa mucho más es la interrelación que se establece entre ese saber que se enseña y el lazo con los estudiantes. Es por eso que la carrera docente se ha complejizado en los últimos años y quien está al frente de un curso es un profesional preparado y formado para tal fin y para tomar decisiones acerca de qué enseñar, para qué, cómo hacerlo y con qué recursos didácticos.

Previo al confinamiento del Covid 19, muchos planteaban que enseñar era una tarea sencilla y se podía hacer fácilmente desde casa. Sin embargo, la pandemia puso en cuestión las costumbres o rutinas escolares enciclopedistas para comenzar a pensar en qué habilidades se enseñan y que necesita aprender el estudiante. El tiempo en el que estuvimos encerrados demostró que no alcanza con tener a mano a Google o con acceder a un sitio con muchos datos, este sólo puede ser usado como un espacio de consulta y no puede reemplazar a un docente, quien tiene estrategias específicas para enseñar su disciplina.

Ser buen profesor no es tener gran cantidad de información o “saber mucho” únicamente, requiere saber distinguir cómo emplear lo que se sabe, implica ayudar a aprender más y mejor y acompañar a los estudiantes a apropiarse de los conocimientos, aún fuera del horario escolar.

En este sentido, aprender es mucho más que estudiar de memoria datos e información vacía de un manual o de fotocopias roídas; involucra tener un profesor que proponga problemáticas variadas para que los estudiantes se apropien de los saberes. En definitiva, implica abrir la clase a diferentes abordajes, que no siempre es el de quien enseña; pero, para ello, necesitamos de docentes muy preparados en su propia disciplina, con saberes didácticos y una visión multicultural respecto de los sujetos con quienes trabaja.

Educar es lograr que un
Educar es lograr que un estudiante supere fronteras de sus capacidades. EFE/ Paco Santamaria/Archivo

Entonces, así como un médico, un Ingeniero, un Contador, como otras tantas profesiones se prepararon para trabajar en espacios específicos relacionados con su profesión, para dar clases, tal como dice la ley, deben prepararse para ello; es decir, cursar y aprobar la carrera docente a fin de estar habilitados para estar en un aula.

A su vez, formarse como profesor debe implicar una atención especial a las dimensiones personales de la profesión docente, trabajando esa capacidad de relación y de comunicación, es decir, tener tacto pedagógico.

Educar es conseguir que el estudiante supere las fronteras que tantas veces le han sido trazadas como destino por nacimiento, por la familia o por la sociedad.

Es por eso que hay que prestar atención constante a la necesidad de cambios en las rutinas de trabajo, personales, colectivas u organizativas siendo la innovación un elemento central del propio proceso de formación.

En definitiva, un buen docente comparte con pasión y entusiasmo su materia explicitando a los alumnos su importancia, usando ejemplos claros y relevantes para ilustrar el tema, indagando sobre las experiencias del estudiante y planteando preguntas claves para señalar los puntos controversiales de un campo o los problemas no resueltos.

Enseñar es disfrutar la clase mientras se enseña y los estudiantes aprenden. Es una tarea que requiere de mucha preparación ya que trabajamos con sujetos con historias de vida y, si se hace mal o se comete un error, se puede matar, aunque el otro no se muera.

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