El ascenso de India
En todas esas reuniones se destacó la personalidad de Narenda Modi, el primer ministro de la India, que comenzó a exponer una nueva doctrina para la gobernanza global; proponiendo un cambio de mentalidad, donde el progreso debe estar más centrado en el ser humano que en la primacía de la economía, dejando así en claro que la distribución equitativa es parte ineludible del crecimiento económico. Propone conceptos de la filosofía hindú, Vasudhaiva Kutumbakam, que significa “el mundo es una familia” y como tal hay que aceptar a todas ellas, más allá de fronteras, idiomas, culturas, tradiciones e ideologías. No hay buenos y malos. Solo hay diferentes, con sus propias personalidades.
El nuevo orden global en construcción está generando cambios significativos: (1) la necesidad de abandonar una visión del mundo centrada principalmente en el PBI; no concentrarse tanto en la eficiencia económica para enfocarse más en la eficacia social; (2) tomar conciencia que dependemos de la resiliencia y la fiabilidad de las cadenas de suministros, las que no deben ser tan concentradas u oligopolizadas; (3) la necesidad de impulsar el multilateralismo, lo cual implica reformar las ineficaces instituciones internacionales; (4) la necesidad de vivir en armonía con la naturaleza, racionalizando la producción y la práctica desmesurada del marketing que lleva a un consumo depredador del ambiente, creando así otro estilo de vida que permita un medio ambiente sostenible; (5) la seguridad alimentaria de los pueblos debe aislarse de todo tipo de conflicto geopolítico; (6) la tecnología es transformadora, pero debe propiciar la inclusión y ser distribuida para beneficio de todos los países; (7) el desarrollo conducido por las mujeres tiende a ser más justo y equilibrado; por ello es necesario reducir las diferencias en la participación de la fuerza laboral y propiciar un mayor papel de la mujer en el liderazgo y la toma de decisiones.
Mayor visibilización de la distribución del poder global
Un detalle que debe rescatarse de todas esas cumbres, es que, pese a las crecientes tensiones entre las potencias, no dejan de haber conversaciones y negociaciones entre ellas. El juego de alianzas flexibles adquiere una dinámica, totalmente opuesta a las épocas de la Guerra Fría, en la cual bloques cerrados jugaban al desgaste del oponente y guerreando a lo largo de las periferias. Hoy todos los países de cierta importancia estratégica están participando en más de un foro, como los anteriormente nombrados; no dejándose encerrar en la zona de influencia exclusiva de alguna superpotencia. El equilibrio de poderes se convierte en un fenómeno dinámico, exigiendo creatividad y aportes reales para el mantenimiento de las relaciones. La única doctrina imperante es coincidente: defender los intereses nacionales. Las amenazas son mal vistas, y en consecuencia, tienen menor efectividad. La nueva situación ha obligado a EEUU y a China a ser más proactivas en cuanto a sus propuestas con terceros para que éstas se beneficien explícitamente.
El desafío de la potencia ascendente (China) obliga al poder, hasta ahora hegemónico de EEUU, a ofrecer alternativas que benefician a una mayor diversidad de pueblos y naciones. A los efectos de realizar un contrapunto con China, o como alternativa a la Ruta de la Seda, los EEUU, India, Arabia Saudí, Emiratos, Alemania, Francia, Italia y la UE, anunciaron un megaproyecto de ferrocarriles, puertos y conexiones energéticas, para crear un Corredor Económico India-Medio Oriente-Europa, que permita reconfigurar el comercio entre los países de Europa, el Golfo Pérsico y el sur de Asia. EEUU anunció que también Israel y Jordania estarán dentro del proyecto, con la idea de recomponer las relaciones y lograr una mayor integración en Medio Oriente. El interminable conflicto israelí-palestino podría estar en el meollo de las necesidades de liderazgo de los EEUU. No es más que la enunciación de un gran proyecto; veremos cómo avanza. Pero demuestra que la integración de diferentes culturas, religiones, sociedades, poderes económicos, depende crecientemente del juego geopolítico y cada vez menos de propuestas ideológicas como las de “democracias versus autocracias”.
Particularmente debemos destacar la cintura geopolítica del primer ministro saudita, el príncipe heredero Mohammad bin Salman bin Abdulaziz Al Saud, conocido como MBS, que se ha independizado de la tradicional tutela ejercida por EEUU sobre Arabia Saudí, y ha comenzado a reestablecer relaciones diplomáticas con la chiita Irán, mantiene junto con Rusia el control de la OPEP+ que regula el precio del petróleo; el mismo que le vende (en yuanes) a China, y ahora se ha unido a India para hacer de puente en el proyecto anteriormente citado. Falta una gran negociación con Israel por el tema Palestina, para completar una sensacional carrera de presencia en los foros globales
El ASEAN Group: un complejo camino autónomo
En la cumbre de Yakarta, se debatió sobre seguridad regional, la soberanía territorial y la creciente animosidad entre las dos superpotencias, EEUU y China, especialmente en el ámbito del Indopacífico. La ASEAN (Brunei, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam) representa alrededor de 650 M de personas y más de 2,9 billones de dólares de PIB. El bloque siempre practicó una política de no alineación entre EEUU, su socio de seguridad y China, su mayor socio económico. Pero las crecientes tensiones globales están desafiando esa posición. China publica mapas donde se auto-adjudica todo el Mar de la China Meridional, lo cual ha provocado la reacción y el malestar de algunos países del ASEAN, pero el conflicto no escala por la creciente inversión china en la región, que produce divisiones internas que afectan su política exterior conjunta. Vietnam en particular, es una potencia económica en ascenso y recibe un trato preferencial por parte de EEUU. Si bien Biden no participó de la reunión del ASEAN en Yakarta, si lo hizo el primer ministro Narenda Modi, en orden a consolidar el liderazgo geopolítico independiente de la India en toda Asia. Reafirmó que India apoya la perspectiva de la ASEAN, porque ésta ocupa un lugar destacado en la iniciativa del Indo-Pacífico de la India. Joko Widodo, el carismático presidente de Indonesia, la nación musulmana más grande del mundo y una potencia asiática, coincidió con Modi en “la necesidad de diseñar una estrategia a largo plazo que satisfaga las expectativas de la gente”, mientras reafirmaba que “la ASEAN ha acordado no ser representante de ninguna potencia, ni convertir a nuestra nave en un escenario de rivalidad destructiva”. En el fondo se trata de no ser utilizados como peones geopolíticos de alguna potencia, que acostumbran a sembrar discordias regionales para su propio beneficio. No es casual que Biden visitara Vietnam y no a Indonesia, molesto porque pretende que Indonesia deje su neutralidad con China y se acerque a un bloque liderado por EEUU. Encontrar el equilibrio entre EEUU y China es una “enorme tarea” para Indonesia, y para todo el resto del mundo.
Los resultados del G20
El G20 es actualmente el principal punto de encuentro entre las potencias, ya que la ONU permanece cada vez más bloqueada, sin poder generar resoluciones que se cumplan. Si bien el G20 es un ámbito de debate económico, lo que se trató y lo sustancial de su comunicado final nos indica que la geopolítica metió, una vez más, la cola.
Se concluye que este foro mantiene vivo el diálogo y la búsqueda de acuerdos entre las potencias y que la heterogénea galaxia de países agrupados dentro del concepto de “sur global”, va creciendo en importancia en la mesa de decisiones. Haber podido emitir un acuerdo final ya es un logro diplomático significativo, que refuerza la idea de un futuro multilateral.
En lo económico se impulsa el aumento de las capacidades y de la eficacia las instituciones financieras internacionales, dirigidas a reducir la fractura de la desigualdad y para acelerar la transición energética. El acuerdo político alcanzado pone el acento en que todos los Estados deben abstenerse de recurrir a la fuerza para buscar conquistas territoriales contra la integridad territorial, soberanía e independencia política de otros, pero no condena explícitamente a Rusia. Para buscar un cierto equilibrio, también aboga por una paz justa y duradera, conceptos que suelen usar Ucrania y parcialmente la NATO. Si bien hubo intentos exploratorios para alcanzar un esbozo de final para la guerra en Ucrania, mediante enmascaradas conversaciones en los días previos, ejercidas a cuatro bandas por primeras figuras. Por un lado, Antony Blinken con Zelensky, en Kiev , y por el otro Sergey Lavrov, y su homólogo indio, S. Jaishankar, en Yakarta. Ambas conversaciones ocurrieron simultáneamente en los días previos al G20. Hubo un tráfico cifrado entre Yakarta, Kiev, Moscú y Washington bastante intenso durante las últimas 48 horas previas al evento del G20. Todo estaba encaminado hacia lograr un triunfo diplomático de Mori, inclusive con la aprobación de Rusia y EEUU, pero lamentablemente no se logró. El intento de búsqueda de soluciones a la guerra, de tan alto nivel de negociadores, nos indica claramente que todas las partes están interesadas en una resolución del conflicto, aunque sea por distintos motivos. Informaremos más detalles.