Feminista en falta: “No me rompan” y la revancha impensada y con humor contra un villano que supera la ficción

La comedia con Carla Peterson y Julieta Díaz que se estrena en los cines el jueves 21 cuenta la historia de dos mujeres al borde de un ataque de nervios por el mandato social de belleza y juventud y la dicotomía irresuelta entre carrera y maternidad. El malo de la película es un cirujano estético escrito por Jazmín Rodríguez mucho antes de que estallara el escándalo de Lotocki y resulta una venganza cinematográfica

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Carla Peterson y Julieta Díaz: una sólida alianza femenina para tomar revancha de un villano que es fácilmente reconocible
Carla Peterson y Julieta Díaz: una sólida alianza femenina para tomar revancha de un villano que es fácilmente reconocible

Cuando en 1992 Robert Zemeckis estrenó La muerte le sienta bien, la hoy clásica comedia negra en la que un cirujano plástico interpretado por Bruce Willis tenía que “reparar” a Meryl Streep y Goldie Hawn –sus dos ex mujeres convertidas en zombies tras tomar una poción que las volvía inmortales–, la crítica destrozó a la película por misógina. Se trataba de dos mujeres espléndidas que acababan de pasar los 40 (esa edad en la que a las actrices comienzan a llamarlas para hacer de madres o de brujas, como tantas veces contó Streep que le ocurrió a ella) y eran retratadas como enemigas acérrimas en competencia feroz por un médico impresentable y siguiendo todo el manual del culto enfermizo a la belleza heteronormativa: dietas, depresión, cirugías extremas, con consecuencias más que grotescas.

Meryl Streep defendió la historia ante un periodista muchos años después: “No es una película, es un documental”. Más que odiar a las mujeres, la mirada que planteaba Zemeckis era más bien un reflejo de la reacción frente a la exigencia (el odio) sobre el cuerpo de las mujeres, atravesada por la competencia que eso naturalmente genera. Una guerra entre y contra nosotras mismas de la que es demasiado difícil salir.

Diría que No me rompan, la comedia de Azul Lombardía con Carla Peterson y Julieta Diaz que llegará a los cines el jueves próximo, también es un documental más que una película. En su primer trabajo como guionista, Jazmín Rodríguez Duca –junto a Sebastián Meschengieser y Alberto Rojas Apel– consigue reversionar esa batalla por la eterna juventud en clave actual y feminista. Es que está claro con sólo ver las noticias: pese a los nuevos discursos e imposiciones del body positive, nada cambió tanto en los últimos treinta años.

Carla Peterson y Julieta Díaz son las protagonistas de 'No me rompan'
Carla Peterson y Julieta Díaz son las protagonistas de 'No me rompan'

En la película que tuvo su estreno de prensa esta semana, Peterson –siempre brillante y capaz de una autoironía sin límites– es Angela Trigal, una actriz famosa que está justo en ese momento que señalaba Streep, como le marca con crueldad un cirujano plástico inescrupuloso que si bien no está inspirado en un personaje real, da escalofríos que interrumpen por un segundo las risas –constantes en los 93 minutos del film– de sólo hacer asociaciones: “No sos vieja, pero estás a punto de serlo”, sentencia mientras le vende un plan de rejuvenecimiento mágico.

Diaz –perfecta en su rol de madre desbordada y con poco espacio para su carrera y para ella, en general–, es Vera Lombardi, una mujer con el perfil opuesto al de Ángela, que sin embargo explota en público, como ella, por razones (y presiones) parecidas: a la actriz la dejó el novio por una mujer más joven que está embarazada y ella se entera de todo en vivo, como la invitada de un desopilante talk show conducido por Cecilia Dopazo; Vera se entera de que la nueva jefa de su marido es una ex que le recuerda sin piedad que quince años antes ella se comía el mundo… y ahora sólo come.

Carla Peterson, la directora Azul Lombardía y Julieta Díaz: 'No Me Rompan' es una película que, escrita hace cinco años por la guionista Jazmín Rodríguez Duca, toca una temática dolorosamente actual (PAN Contenidos)
Carla Peterson, la directora Azul Lombardía y Julieta Díaz: 'No Me Rompan' es una película que, escrita hace cinco años por la guionista Jazmín Rodríguez Duca, toca una temática dolorosamente actual (PAN Contenidos)

Pero esa competencia inevitable y cotidiana que a ellas las manda derechito a un taller de manejo de la ira –dirigido por la genial Eugenia Guerty y con compañeras igual de alienadas y geniales, interpretadas por Celina Font, Brenda Kreizerman y la propia Rodríguez–, termina por dar lugar a una alianza impensada y tan sólida como la fuerza que nos une una y otra vez y que resume sin vueltas el personaje de Peterson: “A todas nos tocaron el culo y estamos acá”.

No están (no estamos) alteradas, no son (no somos) histéricas, “simplemente –como define al feminismo Kathy Bail en una frase fabulosa que retoma Roxane Gay en Confesiones de una Mala Feminista (2014)– son (somos) mujeres que ya no toleran (toleramos) que las (nos) traten como la mierda”. No me rompan es eso: una revancha colectiva y cargada de humor que pone las cosas en su lugar; si estamos rotas es porque el bombardeo es permanente y no lo calla ni la violencia de la muerte. Si estamos rotas, aunque podamos reírnos de eso, es porque nos rompieron.

El actor peruano Salvador del Solar en el rol de un cirujano plástico inescrupuloso en la comedia "No me rompan" (PAN Contenidos)
El actor peruano Salvador del Solar en el rol de un cirujano plástico inescrupuloso en la comedia "No me rompan" (PAN Contenidos)

Cuando Rodríguez escribió el guión, cinco años atrás, y comenzó a hacerlo circular por las productoras, muchos le respondieron que la trama del cirujano psicópata al que termina ajusticiando el variopinto escuadrón de rescate liderado por Ángela y Vera era inverosímil. Ahora, a la luz de los estremecedores testimonios de las víctimas de Aníbal Lotocki –el médico al que tanto Silvina Luna como Mariano Caprarola responsabilizaron en vida públicamente por la mala praxis que los mató con sólo quince días de diferencia–, esa es precisamente la clave que le da aún más hondura a la historia. Es imposible ver a Nancy Dupláa caracterizada como una actriz que tuvo que alejarse del medio al quedar deformada por los tratamientos con una fórmula misteriosa y no aprobada sin pensar en el dolor de los que sobrevivieron a las prácticas del hoy inhabilitado cirujano y que esta semana se unieron en una conferencia de prensa para pedir Justicia.

Rodríguez, Lombardía y un elenco encabezado y secundado por las mejores comediantes argentinas de su generación, logran sin habérselo propuesto originalmente, una venganza cinematográfica y perfecta para un villano que lamentablemente supera la ficción: darle un trago de su propia medicina y reducirlo al ridículo absoluto. Al menos hasta que se enciende la luz de la sala, No me rompan es una oportunidad para pensar y reírnos, y recordar mientras lo hacemos que unidas tal vez no seamos irrompibles, pero sí bastante más fuertes.

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