Por qué Argentina debe integrar los BRICS

El ingreso o no al organismo implica seguir un sendero que nos lleva hacia una determinada política exterior

Guardar
Las banderas de los países que integran el BRICS. REUTERS/Wu Hong/Pool/
Las banderas de los países que integran el BRICS. REUTERS/Wu Hong/Pool/

Argentina ha sido admitida como Estado Miembro de los BRICS, a partir del 1 de Enero del Año 2024. Su candidatura fue aprobada por los cinco Estados fundadores del Organismo: Brasil, China, India, Rusia y Sudáfrica.

Inmediatamente de conocida la admisión, una parte importante de la oposición política se declaró en contra de dicho ingreso, argumentando que no es el momento adecuado (por las elecciones) y porque la mayoría de los Estados Miembros que integran el organismos, no pertenecen a “Occidente”, es decir no comparten los mismos valores ni la misma historia democrática.

Esta posición llevada entusiastamente adelante por los candidatos opositores, cobra relevancia respecto al futuro de la política exterior argentina, dado nuestro comercio exterior y nuestra política de alianzas en el campo económico los próximos años. El ingreso o no, a los BRICS, implica seguir un sendero que nos lleva hacia una determinada política exterior.

Esta decisión de ingresar al Organismo, que pretendía la Argentina, desde hace un tiempo, con diferentes niveles de energía e impulso, estuvo en duda, hasta esta nueva Reunión, en Sudáfrica (la XV) de los cinco Estados que conforman el BRICS se decidió ampliar el Organismo con seis nuevos miembros, entre ellos (con gran apoyo del Brasil) la Argentina.

El ingreso argentino a los BRICS, estaba largamente demorado por la falta de acuerdo de sus integrantes. Ya que había dos posturas.

Algunos querían ampliar el Organismo a través de países que llevan adelante una política exterior opuesta a la de Estados Unidos y otros, como el Brasil y la India que consideraban que era preferible ampliar las membrecías a países que no eran hostiles a los Estados Unidos, como era el caso de la Argentina, que fue la posición dominante y la que finalmente se impuso.

FOTO DE ARCHIVO: El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; el presidente de China, Xi Jinping; el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa; el primer ministro de India, Narendra Modi, y el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, posan durante la Cumbre de los BRICS 2023 en el Centro de Convenciones Sandton, en Johannesburgo, Sudáfrica. GIANLUIGI GUERCIA/Pool via REUTERS/File Photo
FOTO DE ARCHIVO: El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; el presidente de China, Xi Jinping; el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa; el primer ministro de India, Narendra Modi, y el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, posan durante la Cumbre de los BRICS 2023 en el Centro de Convenciones Sandton, en Johannesburgo, Sudáfrica. GIANLUIGI GUERCIA/Pool via REUTERS/File Photo

Ante la aceptación de su candidatura, Argentina, más allá de la falta de consenso de la mayoría de la oposición política, no tiene hoy la libertad de rechazar la invitación, ya que fue respaldada por todos los Estados Miembros y defendida, públicamente, por el Brasil a través de su presidente, Lula da Silva.

No ingresar, a una invitación de tal magnitud sería un rechazo inaceptable que ofendería a países como Brasil o China que son nuestros principales socios comerciales y un desplante de una magnitud que dejaría a nuestro país en una incómoda relación política con todos los BRICS.

En ese marco la Argentina no tiene espacio político en el marco internacional para rechazar su ingreso a los BRICS por un cambio de gobierno. La política exterior no debe formar parte de vaivenes, motivados por diferentes ideologías.

El interés nacional debe ser regido por el comercio y la inversión y no debe responder a caprichos o simpatías personales. Los Estados deben ser considerados por las ventajas materiales que se pueden obtener por una eventual alianza, por la geografía y por la historia, no por simpatías momentáneas.

No se debe juzgar a los Estados por su pertenencia ideológica sino por las relaciones que implican un camino hacia la prosperidad y el desarrollo, sobre todo en las alianzasTratados comerciales que se pueden realizar y queno implican una renuncia a los valores democráticos o a los derechos humanos.

El SUR Global inició su camino en la guerra fría, cuando se creó el Movimiento de los No Alineados, en la Conferencia de Bang Dung de 1955 y que en esa época lideraban el Egipto de Nasser, la India de Nehru y el Senegal de Senghor, el mejor poeta africano del siglo XX.

Después de haber sido considerados el “tercer mundo” se pasa ahora, al Sur Global, un agrupamiento de los países más importantes de América Latina, Asia y África, con un liderazgo económico de China quien tiene la mayor economía y que comienza a liderar ese Sur Global, que tiene el 30% de la población mundial y más del 25% de la riqueza y la mayoría del comercio, y que está modificando su relaciones exteriores, incluyendo a la India que es la quinta economía global, (por sobre Francia y Gran Bretaña) y por nuestro principal socio, Brasil, que está dejando atrás, su subdesarrollo y se está convirtiendo en una potencia global.

Es decir que este Sur Global que tiene antecedentes históricos valiosos y que intentó varias veces constituirse en una alternativa al mundo desarrollado, quiere, esta vez, construir una nueva instancia, que incluya no solamente al comercio, liderado por China y por los BRICS.

Esta vez, por circunstancias que trajo la evolución de la globalización y del capitalismo, hacen que la Argentina tenga un espacio para desarrollar sus potencialidades económicas con mayor rigor y capacidad, dentro de este grupo multilateral y que al estar empujada por Brasil, aumenta la capacidad económica y geopolítica del Mercosur y de toda América del Sur.

Esta vez este proceso de construcción colectiva del Sur Global nos encuentra en una etapa distinta, donde nuestros socios asiáticos y africanos son poderosos y vienen superando, muchos de ellos, el subdesarrollo y la pobreza y nos permiten asociarnos a ellos y avanzar por el camino de la prosperidad, sin caer en posturas ideológicas dogmáticas y cerradas.

Cuando Europa se involucra en guerras fratricidas que parecían haber sido enterradas para siempre, pero que han vuelto a surgir, y cuando el proceso de la Unión Europea retrocede por el BREXIT y por la exigencia Norteamericana de impulsar a todos los europeos a unirse contra Rusia, la realidad política internacional actual también favorece esta nueva aparición del mundo del SUR, para unirse contra la destrucción del planeta por el cambio climático, que vemos, se produce diariamente y a una gran velocidad.

Frente del Centro de Convenciones de Sandton, donde tuvo lugar la Cumbre de los BRICS, en Johannesburgo, Sudáfrica, en agosto de 2023. REUTERS/James Oatway
Frente del Centro de Convenciones de Sandton, donde tuvo lugar la Cumbre de los BRICS, en Johannesburgo, Sudáfrica, en agosto de 2023. REUTERS/James Oatway

El cuidado y la defensa de los recursos naturales, que se encuentran en su gran mayoría en el Sur, es una necesidad universal a la que nadie podrá negarse si pretende que los seres humanos puedan seguir viviendo como hasta ahora, al que los países en desarrollo deben unirse para protegerlos.

Es por ello que se debe proteger la producción de energías limpias y evitar que el subdesarrollo y la pobreza no sean la excusa para su utilización indiscriminada.

La Argentina tiene la suerte de contar con un amplio territorio y un extenso litoral marítimo debe encabezar la protección del Medio Ambiente y de su entorno y convertirse en un líder de esta propuesta, ya que en el centro del poder mundial no se considera, lamentablemente que sea una prioridad.

Por todo ello y por la ineludible necesidad de modificar el sistema financiero internacional, quitándole al dólar su primacía indiscutible y adaptándolo a esta nueva realidad internacional ya que la estructura responde aún a los vencedores de la segunda gran guerra y que en la actualidad no corresponde a la realidad.

China comienza a jugar un papel determinante y las potencias coloniales del siglo XX comienzan su lento descenso. Esa modificación del mundo financiero, significa la creación de una nueva estructura, que tenga en cuenta que además de la eficiencia se deben respetar otros valores, como la justicia social y las diferencias culturales. No todo es consumir y buscar las ganancia.

Guardar