Las elecciones del 13 de agosto y el resultado final que favorece a un excéntrico candidato a presidente han tapado una realidad que sigue funcionando y que cada vez se hace mucho más complejo para el conjunto de los argentinos, pero particularmente para los jubilados y pensionados de la Argentina.
Ese conglomerado de más de 8.300.000 personas en el mes de septiembre tendría una actualización del 23.29% en función de lo que establece la ley, que comenzó a tener vigencia a partir de marzo de 2021. Se trata de la ley 27.609, que aplica una actualización cada 90 días.
Ese incremento deja totalmente desbalanceado el ingreso de los jubilados con las cosas que ocurrieron en esta última semana, donde se observa claramente que ha habido un ajuste de hecho que viene operando desde hace varios meses a través del proceso inflacionario y ahora con una modificación de la paridad cambiaria oficial y de la divisa que cotiza en el mercado blue, vemos claramente la pérdida extraordinaria que están teniendo los jubilados.
Así como ya tiene media sanción la ley de alquileres, es necesario actualizar la ley de movilidad jubilatoria porque los adultos mayores no pueden esperar y seguir perdiendo diariamente frente al aumento de los alimentos, medicamentos, servicios y la devaluación que sufre nuestra moneda. Es una obligación ineludible de los diputados y senadores nacionales atender a uno de los sectores más perjudicados con sus ingresos. Necesitan aumentos mensuales y de acuerdo con el índice de precios al consumidor.
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Con esta actualización del 23.29%, los jubilados tendrían a partir de septiembre una jubilación de 87.459 pesos, que se vería beneficiado en una actualización de 16.520 pesos, a la cual se sumaría un bono de 27.000 pesos, bonos que vienen otorgando desde ya hace bastante tiempo, pero que indudablemente no alcanza a cubrir las necesidades que debe tener un jubilado en la Argentina.
Con ese bono de 27.000 pesos, la jubilación mínima estaría en los 114.459 pesos. Pero hay un detalle que no se puede soslayar. La canasta básica en la Argentina está en 262.000 pesos, es decir que la jubilación que se estaría pagando en el mes de septiembre no cubre en el mes de agosto ese valor.
Y esto es consecuencia de que en un proceso inflacionario no puede haber una ley que actualice las jubilaciones en forma trimestral, porque los jubilados no pueden hacer frente de manera mensual a ese tipo de pérdidas que van teniendo día a día.
Sencillamente los jubilados no pueden afrontar las modificaciones que tienen los precios diariamente, se trate de productos de la canasta básica, se trate de medicamentos o de cualquier otro servicio como puede ser el servicio de gas, luz o telefonía; servicios esenciales hoy en el mundo que vivimos porque los precios realmente se incrementan de manera mucho más veloz que la forma en que los jubilados logran tener una actualización.
Y esta es una responsabilidad del conjunto de la dirigencia política de la Argentina. Se discute quién va a ser el próximo presidente a partir de la elección de octubre o de la segunda vuelta, pero no está en la agenda pública la discusión de la calidad de vida y del ingreso de los jubilados y pensionados de la República Argentina.
En los países desarrollados, o los países de la Unión Europea, como puede ser el caso de España, ahí observamos claramente que la actualización se hace de manera mensual y se tiene en cuenta, como en el resto de los países, el índice de precio al consumidor para actualizar las jubilaciones y las pensiones.
Pero debemos tener algo en cuenta, la inflación que en Argentina tenemos en un mes, los países de la Unión Europea lo tienen en un año, y sin embargo, la actualización que le hacen a las jubilaciones y pensiones son de carácter mensual, con lo cual hay un nivel de protección, muy superior, al que la Argentina en esta oportunidad le está dando a sus adultos mayores.
Tenemos que pensar, también, que toda esta situación de incertidumbre que se vive en la República Argentina hace que los precios estén muy por encima de lo que indica el índice de precios al consumidor. ¿Por qué? Porque los distintos operadores del mercado, los distintos rubros, tratan de generar un colchón de precios que los pueda cubrir frente a determinadas contingencias como ocurrió esta semana.
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Debieran los diputados y senadores convocarse rápidamente a una sesión para modificar la ley vigente en materia de actualización de jubilaciones y de esta manera, lograr una actualización mensual.
Y la verdad que todos los bonos que se vinieron otorgando en los últimos 3 años debieran pasar a ser parte definitiva del ingreso de los jubilados y los pensionados. Ningún jubilado en la Argentina debiera recibir un ingreso menor a la canasta básica total. ¿Por qué? Porque es lo mínimo que le permite a cada uno de los jubilados y pensionados tener un ingreso para cubrir todas las necesidades de alimentación que debe tener un balanceo nutritivo acorde a lo que necesitan los adultos mayores, y no tener que limitarse a tener que recibir una alimentación que no está acorde a las necesidades que ellos tienen, y que terminan siendo siempre insuficientes para lo que necesita como alimentación y nutricionalmente un adulto mayor.
Es responsabilidad hoy, de la dirigencia política, de los cuales uno es ministro de economía y pasó por la Administración Nacional de la Seguridad Social - ANSES, que esos más de 8.300.000 beneficiarios que tiene el sistema jubilatorio argentino, tenga urgente una actualización de sus haberes. Lo mismo que los sectores de ingresos fijos, como pueden ser los trabajadores de distintas actividades, pero que tienen una ventaja porque los gremios ya están pidiendo paritarias para la actualización de sus ingresos.
Pues bien, los jubilados que han trabajado y que han dado su cuota parte para que nuestro país crezca y se desarrolle en la parte activa deben recibir una jubilación digna. Está bueno discutir de política, pero hay que discutir de política públicas, que en definitiva es lo que necesitamos cada uno de los argentinos para que esta situación de inequidad económica, social y alimentaria que viven y padecen los jubilados y pensionados en la Argentina, sea resarcida de manera urgente, y están los mecanismos para que ello sea así.
Seguir dilatándonos es tratar de invisibilizar un problema de prácticamente un núcleo poblacional que requiere el respeto, la consideración y la atención que merecen porque son parte activa de nuestra sociedad y han sido parte activa de la construcción de la Nación Argentina.
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