El Fenómeno del Niño y sus riesgos para la Seguridad Hídrica

CAF aumentará los recursos destinados a reducir los efectos de desastres hidroclimáticos

El Fenómeno 'El Niño' provoca pérdidas económicas y daña la infraestructura en las zonas urbanas, ocasionando graves daños en el tejido social

La gestión eficiente, equitativa y sustentable del agua se enfrenta con cuatro grandes riesgos: la falta de agua ocasionada por sequías; el exceso de agua que provoca inundaciones; su contaminación y, además, la sobreexplotación del recurso, en especial de las aguas subterráneas.

Estos riesgos se ven exacerbados por el cambio climático que aumenta los extremos, con sequías cada vez más prolongadas y con inundaciones más intensas y recurrentes, que generan grandes afectaciones en el bienestar familiar y societal, así como en la economía local, nacional, regional y mundial.

Por ello, el advenimiento del Fenómeno del Niño -cuya presencia y efectos en este segundo semestre del año ya han sido confirmados con amplio nivel de confianza por científicos y expertos- generará daños significativos para el entorno. Al respecto, referentes del área indicaron que la magnitud del fenómeno recuerda eventos similares de 1997 y 2015, que causaron serios daños en la infraestructura urbana, la producción agropecuaria y, más importante aún, múltiples afectaciones en la población más vulnerable. El fenómeno, que suele durar entre nueve meses y dos años, tiene repercusiones económicas que se prolongan varios años más. Un estudio realizado por la universidad de Dartmouth da cuenta de que El Niño de 2023 podría generar costos globales por hasta 3 billones de dólares hasta el año 2029.

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América Latina y el Caribe no es ajena a estos impactos. Las pérdidas económicas directas en la región por efectos de la sequía se estiman en 28 mil millones de dólares en los últimos 20 años (2003-2022), lo que representa un 15 por ciento de las pérdidas por sequías de todo el mundo. A ello se suman las pérdidas económicas por inundaciones, por casi 35 mil millones de dólares en el mismo periodo (EM-DAT, 2023).

Ambos desastres implican un costo económico significativo. Si se suman además las externalidades negativas, el costo económico es mucho mayor, como el generado por las migraciones rurales a las ciudades y también entre los países. Por ejemplo, en 2014, el significativo aumento del número de centroamericanos que intentaron entrar a Estados Unidos coincidió con el comienzo de la sequía de El Niño en el Corredor Seco de Centroamérica (WWAP, 2020).

Por este motivo, es necesario que los países den relevancia a la gestión de los riesgos a la Seguridad Hídrica, lo cual conlleva al análisis de extremos. La llegada de El Niño 2023 es inminente, y debemos estar preparados para mitigarla. La región se recupera de la pandemia, y cualquier otro evento que pueda generar desastres debe ser parte inequívoca de la agenda prioritaria de las políticas públicas.

Cambio climático: las pérdidas económicas directas en la región por efectos de la sequía se estiman en 28 mil millones de dólares (Gettyimages)

Desde CAF nos encontramos desarrollando un plan de acción en el marco de su Estrategia de Seguridad Hídrica, que permita atender de manera oportuna y eficaz el apoyo necesario a nuestros países miembros, tanto con medidas de planeamiento y preparación, como de actuación durante la emergencia mediante infraestructura resiliente y medidas no estructurales. También trabajamos en iniciativas que contemplan las etapas de recuperación, contribuyendo en suma a la reducción de riesgos de desastre por eventos hidroclimáticos.

Estas decisiones requieren poner a disposición recursos técnicos y financieros con soluciones concretas. Por ello, ratificamos nuestro compromiso voluntario anunciado, en la Conferencia Mundial del Agua de marzo de 2023, para gestionar la aprobación de operaciones por hasta USD 4 mil millones para el período 2023-2026, que implica incrementar en 67 por ciento nuestro promedio anual histórico para el sector del agua.

Somos parte de la cruzada regional que busca el desarrollo sostenible de cada rincón de América Latina y el Caribe, y desde CAF nos planteamos hacerlo a través de la recuperación económica y el despliegue de una agenda verde integral, justa y equitativa para todos los países.

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