El monitoreo realizado por ELA (Equipo Latinoamericano de Justicia y Género) sobre las propuestas de los precandidatos presidenciales arrojó una primera conclusión preliminar: hay una ausencia general de propuestas claras en materia de políticas de género. Casi la totalidad del discurso público y de las prioridades que se manifiestaron hasta ahora se enfocan en la deuda con el FMI, la inflación, la inseguridad, los bajos salarios. Acordamos en que estos son temas prioritarios, que afectan la cotidianidad de todas y todos. Lo que no deja de sorprendernos es la separación que se hace entre estas problemáticas y la agenda de género. No tener en cuenta las desigualdades de género, sus causas y consecuencias, tiene un impacto directo en indicadores de la economía y el bienestar social.
¿Qué queremos decir con agenda de género? Es reconocer que 66% de las personas más pobres (decil 1) son mujeres y pensar sobre cómo puede mejorarse su participación en la economía. Es mejorar los servicios que atienden a mujeres con alto riesgo de ser asesinadas por sus parejas/exparejas. Es intervenir para que los y las niñas no pasen hambre ni duerman en la calle. Es actuar para que la esperanza de vida de travestis-trans supere los 40 años. La agenda de género no es algo abstracto, no es un lujo: es la discusión y la estrategia para resolver los problemas más urgentes de un país desigual, pobre, injusto.
En Argentina 1 de cada 2 mujeres sufrió violencia doméstica y hay un femicidio cada 39 horas . La violencia de género es un problema que afecta a mujeres y personas LGBT+ y al Estado le cuesta 22 veces más atender situaciones de violencia física grave que financiar políticas para la prevención según datos relevados por ELA. Si hablamos de acceso al empleo y pobreza, solo 1 de cada 2 mujeres participan económicamente y tienen más informalidad laboral que los varones, lo que explica que entre la población pobre y con peores condiciones laborales la mayoría sean mujeres. Producto de la falta de reconocimiento y apoyos para realizar las tareas de cuidado, de inserciones laborales con múltiples interrupciones y la consecuente precarización y pérdida de ingresos que esto significa, sólo 1 de cada 10 mujeres cumple las condiciones para jubilarse.
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Gran parte del abordaje de estos problemas son llevados adelante por el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, que actualmente posee un 0,19% del presupuesto total del Estado nacional. Solo en el 2022 se asistieron a 106.176 personas víctimas de violencia de género mediante el programa Acompañar que brinda un apoyo económico por 6 meses. Con este apoyo las personas tienen una oportunidad para salir del vínculo violento, acceder a un alquiler propio, retomar estudios y/o profesionalizarse para lograr la independencia económica. Otras de las acciones que se llevaron adelante desde el ministerio: se hicieron 50.000 intervenciones frente a llamados por violencia por razones de género (línea 144), 10.000 personas fueron capacitadas en perspectiva de género y diversidad (Ley Micaela y otras capacitaciones), y se asistieron a 5.031 personas LGTBI+ para el pleno acceso a derechos e igualdad.
¿Frente a todo este panorama, qué plantean los candidatos y las candidatas en sus campañas electorales?
La Libertad Avanza
Peor que la ausencia del tema es el claro retroceso que plantean Milei y Villaruel tanto en sus discursos como en su plataforma electoral: eliminación de la ESI, IVE, Ministerio de Mujeres Géneros y Diversidad y políticas de recorte en programas sociales, jubilaciones, educación, salud, seguridad que agravarían la situación de precariedad en la que ya se encuentran mujeres y LGBTI+.
Consideran la ESI como un adoctrinamiento de lobbys y de “ideología de género”, demostrando el desconocimiento sobre los objetivos de la ley. En relación al aborto, consideran que la vida comienza en el vientre materno y que existe un “derecho a nacer”. Niegan que exista una variable de género y una especificidad en las situaciones de violencia doméstica. Proponen resolver este problema, que minimizan, mediante la policía y el Ministerio de Seguridad. Cerrarán el MMGyD para subsumirlo a uno nuevo, de Capital Humano, sin explicar qué continuidad harán de las políticas que lleva adelante el actual. Todo esto representa un claro retroceso en materia de derechos humanos.
Juntos por el Cambio
En el discurso público de Patricia Bullrich la agenda de género permanece ausente, sin propuestas específicas para ninguna de las áreas. El silencio es preocupante. Lo que sí dejó muy claro la candidata es que cerraría el MMGyD, alegando argumentos cuestionables sobre ahorro en gastos del Estado pero sin especificar cómo se abordará el problema de las violencias en un país con 1 femicidio cada 39 hs.
Dentro de JxC, la candidatura de Horacio Rodríguez Larreta había mostrado algunos esfuerzos por incorporar propuestas en materia de políticas de cuidado. Una pregunta que surge luego de las PASO es si Bullrich tomará las propuestas que había presentado Larreta: formación profesional y mejor remuneración para quienes trabajan remuneradamente cuidando, ampliación de vacantes para niños de 4 y 5 años, más oferta de espacios de cuidado de 0 a 3 años para que pueda haber más mujeres trabajando y estudiando, aporte adicional a las asignaciones familiares para cubrir costos del cuidado de 0 a 3 años, licencias por nacimiento para quienes trabajan de manera independiente. Estas propuestas representarían un avance significativo con un impacto directo en el acceso al trabajo y la educación de muchas mujeres, por lo que sería deseable que se tuvieran en cuenta.
Unión Por La Patria
En cuanto a la candidatura de Sergio Massa la agenda de género apareció por momentos, aunque de manera tímida y sin la profundidad que requiere. Su campaña se caracterizó en resaltar la gestión actual y los esfuerzos que en los últimos años se han dado en torno a la institucionalización de la agenda de género (con la creación del Ministerio) y la promoción de políticas para el fortalecimiento de la autonomía económica. En materia de cuidados y participación laboral femenina, Massa apuntó a la importancia de reconocer las tareas de cuidados como un trabajo y como factor de desigualdad y destacó la importancia de que se sancione una ley para la creación de un Sistema Integral Nacional de Cuidados. También hizo foco en la importancia de seguir construyendo más jardines infantiles. Sobre políticas públicas para garantizar la vigencia e implementación de los derechos sexuales y reproductivos no hubo alusiones concretas. Tampoco especificó propuestas para el problema de la violencia de género y en algunos discursos públicos lo asoció a la inseguridad.
La agenda de género tiene propuestas claras para problemas económicos y sociales concretos. Sería importante un mayor compromiso por parte de los y las candidatas con esta agenda para consolidar una mayor y mejor democracia.
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