Se reconoce universalmente la noción de justicia social, sin embargo, frente a las divergentes opiniones, conferirle contenido y vincularla a sus respectivas agendas, se torna imperativo esclarecer su significado. Partiendo del reconocimiento de que la consecución de la justicia social radica en el establecimiento de condiciones que permitan a cada individuo y a los grupos intermedios en los que se inscriben alcanzar lo que les es legítimamente debido conforme a su naturaleza, se infiere que la justicia social se encuentra intrincadamente vinculada al bien común. En ese sentido, en lo que concierne a la noción de justicia social, concepto intrínsecamente asociado a la doctrina social de la Iglesia Católica, no denota una nueva categoría de justicia. De acuerdo a la perspectiva de mi maestro Rodolfo C. Barra, la justicia social es un valor que permea todo el tejido social y adquiere existencia tangible cuando los actos correspondientes a las tres modalidades de la virtud de la justicia se cumplen de manera habitual: cuando el Estado acata las obligaciones de la justicia distributiva en su relación con los ciudadanos, cuando las partes en interacciones legales privadas cumplen con sus respectivas obligaciones conforme lo prescribe la justicia conmutativa, y cuando todos los miembros de la comunidad siguen los principios de la justicia general, guiando sus acciones en pro del bien común.
La ética de la propiedad y la justicia en la Torá: un análisis reflexivo
La antigua sabiduría contenida en la Torá no solo es un testimonio de las tradiciones religiosas, sino que también ofrece una perspectiva profunda sobre cómo abordar cuestiones contemporáneas, como la propiedad privada y la equidad en la sociedad. A través de sus regulaciones y enseñanzas, la Torá establece un marco de principios que buscan promover una coexistencia armoniosa y justa entre los individuos y sus posesiones.
El derecho fundamental de la propiedad
La esencia de la propiedad privada es un tema que la Torá aborda con claridad. En sus textos, se encuentra el reconocimiento del derecho de las personas a poseer y administrar propiedades y tierras. Este concepto fundamental es tejido en las leyes y los relatos bíblicos, donde las posesiones personales, las tierras heredadas y las propiedades familiares ocupan un lugar prominente. Esta base proporciona el cimiento para el entendimiento del valor intrínseco de la propiedad y cómo debería ser protegida.
Equidad a través de limitaciones responsables
Mientras que la Torá defiende el derecho a la propiedad, también plantea la importancia de evitar la acumulación desproporcionada de riqueza y tierras en manos de unos pocos. Las regulaciones como la ley de “Pe’ah”, que prescribe la reserva de una porción de los campos para los menos afortunados, y la institución del Año del Jubileo, en el que las tierras regresan a sus dueños originales, buscan mantener un equilibrio entre la propiedad y la equidad. Estas medidas sirven como recordatorios de la responsabilidad compartida de garantizar que la riqueza no se convierta en una herramienta de opresión .
Ética en la relación con la propiedad ajena
La ética juega un papel fundamental en la relación con la propiedad ajena según la Torá. La prohibición de robo y engaño en todas sus formas refleja la importancia de respetar la propiedad de los demás y la necesidad de vivir con integridad. El mandamiento “No robarás” trasciende el tiempo y sigue siendo un llamado a la honestidad y la justicia en nuestras transacciones y acciones.
La protección y la justicia en transacciones comerciales
La ética comercial también encuentra su lugar en la Torá. Las normas estrictas establecidas para garantizar la justicia en las transacciones comerciales resuenan hoy en día. La expectativa de honestidad y justicia al vender bienes y servicios, así como la prohibición de medidas deshonestas en el comercio, apuntan a una comprensión profunda de la importancia de construir relaciones basadas en la confianza y la equidad.
El renacimiento a través del Año del Jubileo
Uno de los aspectos más distintivos es el Año del Jubileo, un ciclo de liberación y perdón de deudas. Este año marcaba un nuevo comienzo al perdonar deudas y liberar a los esclavos hebreos. Esta práctica no solo evitaba la espiral de deudas insostenibles, sino que también simbolizaba la oportunidad de un renacimiento tanto para individuos como para la sociedad en su conjunto.
Está a la vista de todos que las enseñanzas de la Torá sobre la propiedad privada no solo son directrices antiguas, sino que también son un llamado atemporal a la justicia, la equidad y la ética en nuestras interacciones con la propiedad y entre nosotros mismos. Estos principios ofrecen una base sólida para la construcción de sociedades más justas y armoniosas en el mundo actual.
Justicia social en la Torá y el Talmud: cimientos de una sociedad equitativa
En ese sentido, resulta elocuente que la sabiduría transmitida por la Torá y el Talmud se manifiesta no solo como una guía religiosa, sino como un marco ético que aborda de manera notable la justicia social y el bienestar colectivo. Estos textos reconocen el valor de la propiedad privada, pero también establecen limitaciones y directrices para garantizar que la prosperidad se comparta y que los desfavorecidos sean cuidados en una sociedad en armonía.
Compromiso con la caridad y la ayuda a los necesitados
Así, entre muchos otros, debe destacarse el principio fundamental de caridad y apoyo a los menos afortunados se entrelaza en la Torá y el Talmud. A través de la mitzvá del “diezmo”, se establece una contribución obligatoria para respaldar a los levitas y a los pobres. Esta práctica va más allá de la mera asistencia económica; es un recordatorio constante de la responsabilidad de cuidar a los desfavorecidos y construir un tejido social sólido.
Transacciones justas y éticas
Del mismo modo, la justicia en las transacciones económicas resulta un tema recurrente en la Torá. Desde el pago justo y puntual a los trabajadores hasta la prohibición de la explotación y la usura, estas regulaciones apuntan a una economía en la que la equidad y la honestidad son piedras angulares. Este enfoque refleja la preocupación por la dignidad de cada individuo y la importancia de relaciones comerciales basadas en la confianza.
Cuidado de los vulnerables y marginados
En esa inteligencia, la Torá va más allá de la propiedad y se centra en proteger a los vulnerables en la sociedad. El énfasis en cuidar a huérfanos , viudas y extranjeros no solo demuestra empatía, sino que también establece la importancia de tratar a todos los individuos con respeto y justicia, independientemente de su estatus social. Por ejemplo, la hospitalidad y el respeto hacia el extranjero son valores esenciales en la Torá y el Talmud. En ese sentido se insta a recordar la experiencia de ser extranjeros en Egipto, lo que enfatiza la importancia de tratar a los demás con amabilidad y empatía, independientemente de su origen.
Protegiendo a los vulnerables: enseñanzas del Talmud sobre los huérfanos y las viudas
Dentro de la rica tradición del Talmud, un tratado en particular, Baba Metzia, destaca la importancia de salvaguardar los derechos y el bienestar de los más vulnerables de la sociedad: los huérfanos y las viudas. A través de este pasaje (Baba Metzia 59b), se destila un mensaje de compasión y justicia, subrayando la responsabilidad colectiva de cuidar a quienes no pueden defenderse por sí mismos. Concretamente, la cita del versículo en Éxodo 22:21-22, que prohíbe afligir a las viudas y a los huérfanos, es un recordatorio constante de la ética que debemos mantener en nuestras interacciones con los desfavorecidos. Este versículo establece una clara advertencia de que la opresión de los más vulnerables no quedará sin respuesta. Refleja el llamado a la justicia divina, que actuará en nombre de aquellos cuyos derechos y dignidad han sido violados. En conjunto, este pasaje del Talmud (Baba Metzia 59b) resuena con la importancia de la justicia social y la empatía en la tradición judía. Más allá de la mera letra de la ley, el Talmud nos recuerda que el corazón de la ley es cuidar a los necesitados, proteger a los indefensos y tratar a todos con dignidad y respeto.
“Kol Yisrael arevim zeh bazeh”: La responsabilidad mutua en la Comunidad Judía
Concluyendo, dentro de la vasta riqueza del Talmud, el tratado Shevuot (39a) revela una joya de sabiduría que trasciende los tiempos y resuena profundamente en la tradición judía. La famosa frase “Kol Yisrael arevim zeh bazeh” encierra un principio esencial que refleja la interconexión y la responsabilidad compartida entre los miembros de la comunidad judía, ya que, en efecto, la esencia de “Kol Yisrael arevim zeh bazeh” radica en el reconocimiento de que todos los judíos están vinculados por un deber de cuidar y proteger a los demás. Esta enseñanza es un recordatorio de que la comunidad no es simplemente una agregación de individuos, sino una red intrincada de responsabilidad y solidaridad. Cada acción y elección personal influye en el bienestar colectivo.
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