Es la relación que más intrigas despierta en la política argentina. Sobre todo después de las PASO, en las que Javier Milei aventajó a todos sus adversarios en la carrera presidencial y se convirtió en el favorito para llegar a la Casa Rosada. Y después que Mauricio Macri lo elogiara antes y lo felicitara luego de su triunfo.
El vínculo entre el candidato y el expresidente cuenta, además, con detalles sabrosos para cualquier texto de novela. Fue Milei el que reveló que no había podido atender el llamado de Macri porque se estaba bañando, poco antes de salir a celebrar su promisoria elección ante sus fans y ante la opinión pública.
Te puede interesar: Milei presentará su programa de gobierno ante los empresarios más poderosos de la Argentina
La saga, previsiblemente, provocó la furia de Patricia Bullrich, la candidata triunfante de la feroz interna de Juntos por el Cambio, y de la mayoría de sus colaboradores. “Macri le está haciendo a Milei un favor imperdonable”, explicó en esas horas el único dirigente cercano a Patricia, que se privó de usar un insulto.
Todos ellos esperaron en vano una frase contundente de Macri aclarando las cosas. Pero no tuvieron esa suerte. Se debieron conformar apenas con alguna declaración del dirigente macrista Fernando De Andreis y con un repost que el expresidente le dio a un tuit de Bullrich. Al contrario de lo que dijo José de San Martín cuando se enteró de la muerte de Mariano Moreno en alta mar, muy poca agua para apagar tanto fuego.
Integrantes del mismo equipo de campaña en la cruzada contra Horacio Rodríguez Larreta, bullrichistas y macristas se lanzaron a una carrera de acertijos para comprobar o desmentir el grado de cercanía entre Milei y Macri. En ese juego estaban cuando el candidato libertario dobló la apuesta el sábado por la mañana durante una entrevista con Marcelo Bonelli en radio Mitre y le ofreció un cargo en política exterior para su hipotético gobierno.
Algunas horas después, fue el hombre al que Milei reconoce como su maestro de liberalismo, el economista Alberto Benegas Lynch, el que aportó las precisiones que estaban faltando. Fue también durante una entrevista, pero esta vez en CNN Radio.
“Yo los convoqué tanto a Mauricio Macri como a Javier Milei a hacer tres zooms, que hicimos de forma muy cordial, muy interesantes las reflexiones que se hicieron. Y luego en uno de los llamados que me hizo Macri para tener una cuarta reunión por zoom, le sugerí que me exima de eso y que tome contacto directamente con Milei. Sé que han estado en contacto los dos, porque los dos por vías separadas me lo han dicho. Yo creo que sería algo muy acertado en un eventual gobierno de Milei”.
Benegas Lynch elogió luego la política exterior del gobierno de Macri al mismo tiempo que criticaba otros aspectos de su gestión presidencial. Le reprochó “haber aumentado ministerios, entregado planes sociales a los piqueteros, sacarse fotos con (Hugo) Moyano bajo la estatua de Perón, incrementado el endeudamiento y un bochorno, con respecto a la inflación”.
Te puede interesar: Bullrich sale en busca de los votantes que se ausentaron en las PASO: quién es y cómo piensa el estratega detrás de su campaña
Pese a tantas diferencias, Benegas Lynch calificó a Macri de “persona honorable” y celebró la posibilidad de que el expresidente se incorpore para llevar a adelante el eventual proyecto de una Argentina relacionada con “países civilizados”.
Uno de los pocos dirigentes que se atrevió a hablar de la oferta de Milei a Macri fue el exministro de Cultura y hoy residente en Madrid, Darío Lopérfido. Es uno de los colaboradores más importantes de Bullrich y siempre mantuvo una relación fluida con el expresidente. “Lo de Milei es una estrategia electoral para meter una cuña y crea malestar en Juntos por el Cambio”, opinó.
Afortunadamente para Macri, la semana siguiente a las PASO arrancó con dos noticias. El viaje del expresidente al exterior para disputar un torneo de bridge. Y el episodio romántico entre Milei y la artista e imitadora Fátima Flórez. El ofrecimiento para convertirlo en super embajador tenía ahora una competencia de primera categoría en los websites y en las cadenas de noticias.
El paralelismo que Milei suele plantear con el gobierno de Carlos Menem y la cantidad de exfuncionarios menemistas que aparecen en su equipo inicial de colaboradores llevan a analizar el componente liberal que tuvo aquella gestión que duró una década. El socio político ideal para aquel proyecto fue la Ucedé, el partido fundado por Álvaro Alsogaray, que le imprimió relevancia electoral al liberalismo sobre la base de la popularidad transitoria que tuvieron María Julia Alsogaray y Adelina de Viola. Una melodía sexy con peronismo y música de Adam Smith.
La pregunta que se hacen muchos sobre el vínculo entre Milei y Macri es quien de ellos dos terminará siendo la Ucedé. Está claro que el candidato libertario ensaya la estrategia de halagar al expresidente y atacar con extrema dureza a Patricia Bullrich.
A quienes subestiman sus conocimientos políticos, habrá que decirles que Milei parece conocer muy bien la primera regla del emperador Julio César, que algunos le atribuyen a Nicolás Maquiavelo y otros al estratega Sun Tzu: “Divide y reinarás”.
Te puede interesar: La ausencia de Cristina Kirchner y la centralidad de Mauricio Macri, ejes de debate en las campañas de Patricia Bullrich y de Sergio Massa
Los macristas tienen una explicación curiosa para justificar el acercamiento a Milei. “Mauricio le tiene afecto porque Javier dice algunas cosas que él quiso hacer en su gobierno, pero no pudo porque tenía la oposición de Rodríguez Larreta, Lilita Carrió y los radicales”. En esa teoría, el verbo “dinamitar” que utilizó Macri en la campaña fue lo más cercano que encontró para acercarse a la metáfora de “incendiar” el Banco Central.
De acuerdo a los exégetas de Macri, el expresidente mantiene el nexo con Milei porque cree que, en un hipotético gobierno de Bullrich, va a ser clave el apoyo de los legisladores cercanos a Milei para aprobar las leyes necesarias para doblegar al kirchnerismo. Es una explicación bien interesante, pero que no alcanza de ninguna manera para convencerla a Patricia.
Está claro que el resultado electoral de la elección presidencial del 22 de octubre arrojará luz sobre el acierto de una y de otra estrategia. Macri cree que los libertarios de Milei pueden ser la minoría aliada como la Ucedé lo fue para Menem en los años ‘90, y Milei piensa absolutamente lo contrario: que Macri y el sector más liberal del PRO puede ser su apoyo perfecto para gobernar y conseguir número en el Congreso. Uno de los dos se equivoca.
Mientras tanto, Patricia Bullrich ajusta sus contactos dentro de Juntos por el Cambio para no perder ninguno de los votos que la coalición consiguió el 13 de agosto. Ya se reunió con Rodríguez Larreta y Gerardo Morales, y ahora lo hará con Diego Santilli, el candidato larretista a gobernador bonaerense que perdió por menos de tres décimas (19.783 votos) la chance de la Provincia, y que espera en silencio el escrutinio definitivo de los votos con la esperanza muy tenue de que puedan dar vuelta el resultado.
Te puede interesar: Frente a la situación económica, Massa pone en pausa la campaña y se enfoca de lleno en la gestión
Aunque ganador en la interna provincial, el candidato Néstor Grindetti no la está pasando muy bien porque le toca presidir un momento muy complicado del club Independiente, en crisis institucional y peleando para no descender. El domingo fue insultado en la cancha: el fútbol y la política no siempre maridan.
Milei, en cambio, vive sus días de mayor popularidad. Las primeras encuestas lo muestran creciendo respecto del 30% que logró en las urnas y, después de tres días ocupando las franjas del prime time televisivo, comenzó a mostrar a otros dirigentes como Emilio Ocampo y Diana Mondino para que mantengan la discusión en el tópico que más le conviene: el de la economía.
Milei también salió a mostrar a otro dirigente con el que hizo amistad en la última década. Se trata de Guillermo Francos, un abogado hábil que comenzó su carrera en el Partido Federal de “Paco” Manrique, y que terminó fundando Acción Republicana en 1996, el partido con el que Domingo Cavallo fue candidato a presidente tres años después. Ambos se cruzaron en las oficinas de Corporación América, el grupo que lidera Eduardo Eurnekián, y en las de Daniel Scioli, durante su mandato como gobernador.
Scioli fue, justamente, uno de los primeros funcionarios en advertirle a Alberto Fernández y a Sergio Massa que lo de Milei candidato podía ser cosa seria. Que no había que subestimarlo. Los dos le hicieron la misma pregunta al embajador en Brasil.
- Pero, ¿por qué decís eso, Daniel?, ¿tenés encuestas nuevas?
- No es por las encuestas. Pero, ¿saben quién me pidió que le pasara unos videos de Milei porque quería evaluarlos?
El hombre que quería observar en detalle que era lo que decía Milei en sus discursos de campaña era nada más y nada menos que Inacio Lula Da Silva. Al presidente de Brasil le habían llegado comentarios de ese argentino loco amigo de Jair Bolsonaro y quería comprobar personalmente hasta donde podía llegar.
Quizás le convenga a Massa hacerle una consulta al brasileño. Lula venció a Bolsonaro por menos de dos puntos en una elección jugada a todo o nada en el balotaje. Pero Brasil no tenía super inflación, ni el dólar disparado ni policías cuidando los supermercados para evitar saqueos. Tal vez no haya remedio que pueda frenar la enfermedad de un gobierno en caída libre.
Seguir leyendo: