Mientras localmente desde el sector productivo hay que estar atento a los 20 tipos de cambio, a los cierres de registros de exportación, a si se modifican los derechos de exportación o si aparece alguna nueva medida distorsiva cómo el dólar soja, nuestro país vecino no para.
El cambio que ha hecho Brasil en los últimos 5 años modifica no solamente la relación con Argentina como gran competidor, si no qué pasa a jugar en los primeros lugares del mundo en gran parte de los productos agrícolas.
En tan solo 5 años logró convertirse en el primer productor y exportador mundial de soja desplazando a Estados Unidos a segundo lugar por muy lejos y este año lo desbanca también cómo exportador de maíz. Esperemos qué no haga lo mismo con Argentina quitándonos el 1er lugar cómo exportadores de harina de soja.
En los últimos 10 años tomando los 3 principales cultivos de Argentina, hemos visto una evolución totalmente distinta en ambos países.
Mientras qué en Argentina nos mantuvimos estables en la producción de soja, los vecinos la incrementaron 110%.
Si en Brasil se “jugara” con las mismas reglas (y “no reglas”) de juego qué tenemos en Argentina, es muy probable qué hubieran quedado “estancados” también en sus niveles productivos
En maíz, en ese lapso, en porcentajes estamos similares, pero el crecimiento de Brasil es impresionante en las últimas 3 campañas (52%) cuando localmente nos mantuvimos estables (salvo este año de sequía extrema).
El tercer producto qué más nos importa es el trigo. ¡Nuestro principal comprador en los últimos 10 años aumento un 70% la producción! Y en consecuencia redujo la dependencia de las importaciones. Para rematarla este año exportó aprovechando nuestra terrible pérdida de producción. Y no sólo eso, se propuso ser “autosuficiente” para el 2025.
En el mismo lapso Argentina aumentó sólo un 35% su producción.
Algunas preguntas
¿Brasil creció con esas tasas “brasileras” solo por tener más superficie?
No, la respuesta es claramente que no.
Si en Brasil se “jugara” con las mismas reglas (y “no reglas”) de juego qué tenemos en Argentina, es muy probable qué hubieran quedado “estancados” también en sus niveles productivos, por más superficie qué tengan.
Los productores vecinos tienen reglas claras, reciben los precios llenos de mercado y no tienen ni descuentos por derechos de exportación
Para qué una hectárea sea “productiva”, quién se dedica a la producción tiene que generar un ingreso que supere los costos (cómo mínimo) y además tener un mercado en el cual poder negociar lo cosechado. Eso que parece tan obvio explica en gran parte por qué Brasil creció y seguirá creciendo a tasas brasileras mientras qué en Argentina estamos “estancados”. Los productores vecinos tienen reglas claras, reciben los precios llenos de mercado, no tienen ni descuentos por derechos de exportación, ni por “cobertura de riesgo financiero” “ni cambiaria”, ni por riesgo “político”.
Sus costos, para una misma zona, han mejorado en los últimos años a medida que se hacen mejoras de infraestructura, tanto en las carreteras como en las hidrovías y en los puertos. Todas esas mejoras tienen un origen en un plan del estado de crecimiento y desarrollo en el largo plazo, qué trasciende a los gobiernos qué van sucediendo.
En el corto plazo quizás la principal limitante qué encuentra, ahora sí para seguir creciendo con las mismas tasas, es la capacidad logística actual. No ha logrado crecer con la misma rapidez que lo hizo la producción. Pero, es cuestión de un tiempo, seguramente corto, para ver cómo logran adaptar su capacidad de logística para manejar los incrementos productivos.
¿Qué pasa en el caso de Argentina? En muchos casos han desaparecido productores y en otros siguen produciendo, aunque sus costos sean mayores a sus ingresos y a pesar de que en muchos casos se descapitalizan, pero continúan con la esperanza de que en algún momento vendrá un cambio positivo en las reglas de juegos.
Si el productor argentino tuviera las mismas reglas que los brasileros el mayor ingreso obtenido lo podría reinvertir en aumentar la superficie cultivada
En Argentina la presión impositiva del agro es tan alta que varía entre 60 a 75% de la renta, en los últimos años según el cultivo y la zona.
Si el productor argentino tuviera las mismas reglas que los brasileros el mayor ingreso obtenido lo podría reinvertir en aumentar la superficie cultivada, mejorar la productividad con mayor uso de tecnología, agregar valor a esa producción en un proceso de industrialización o transformación en carne huevo leche punto.
Uno de los descuentos más altos que tienen la producción agrícola en Argentina son los derechos de exportación que prácticamente no existen en ninguna otra parte del mundo. Pero además hay otros costos encubiertos que tienen que ver con la falta de inversión en infraestructura, el parque de camiones es antiguo, las rutas son las mismas que hace décadas con arreglos en forma de parche, los caminos rurales tienen cero mantención, etc. Todo esto genera costos extras que reducen aún más los ingresos o la ganancia de la producción agrícola.
Otro de los grandes dramas de la producción agrícola local, son las intervenciones del Gobierno permitiendo o prohibiendo la posibilidad de exportar. Esto genera que en algunos casos el productor no sólo tiene bajos precios para su grano, sino qué no tiene ni siquiera posibilidad de vender a ningún precio porque no hay comprador. Si la exportación esta “cerrada” los exportadores no pueden vender al exterior, y en consecuencia no necesitan comprar grano a los productores. Sumado a qué no ingresan dólares a la economía.
En Argentina la presión impositiva del agro es tan alta que varía entre 60 a 75% de la renta, en los últimos años según el cultivo y la zona
¿Hay posibilidades de competir con Brasil?, parece difícil subirnos ahora a competir con Brasil, ya que los volúmenes qué vuelca al mercado internacional son muy muy grandes en maíz y soja. La forma de no seguir perdiendo mercados, o ganarle alguno, es ser mas competitivos productivamente, poder crecer en superficie, pero también en rindes, calidad, ser más eficientes en el uso de recursos, mas sustentables, etc. La manera de lograrlo es con reglas de juego totalmente distintas a las qué tenemos hoy. ¿Habrá algún candidato presidencial qué comprenda realmente el beneficio qué puede ser para el país, crear las condiciones adecuadas para el sector agro? Si existe y logra llegar al poder, pude ser quién marque la diferencia en la historia de Argentina.
Con reglas claras podemos crecer tanto en consumo doméstico cómo en exportaciones, podemos transformar más granos en carne, leche, huevos, biocomustibles y exportar mayor valor. Eso automáticamente genera más trabajo, y más impuestos por mayor generación de valor. Sería una fórmula ganar-ganar para el país.
Según un trabajo de la fundación FADA, presentado recientemente en el Congreso de la Nación, con 4 políticas de base –cero retenciones, cero restricciones, un dólar y reglas de juego claras– es posible lograr en 10 años un aumento de 30 mil millones en las exportaciones anuales de granos, y entre otros beneficios, 500 mil nuevos puestos de trabajo.
Si esto no es ganar-ganar, ¿qué es?
La autora es especialista en mercados del agro