Finalmente tenemos candidatos para la primera vuelta de las elecciones generales del 22 de octubre.
Obviamente, dejo a los politólogos el análisis de los resultados, de las sorpresas y las proyecciones sobre lo que vendrá.
El fin de las PASO es, a la vez, el comienzo de una nueva etapa en la economía.
Por supuesto que me refiero a la coyuntura, al corto plazo. La verdadera nueva etapa empezará el 10 de diciembre.
Desde el punto de vista económico, este período que va desde ahora hasta la primera vuelta electoral estará signado por un solo tema, la falta de dólares en el Banco Central, para atender, simultáneamente, la demanda de importaciones para sostener el nivel de actividad y la continuidad del cambio de portafolio frente al exceso de pesos que se sigue acumulando.
El ministro y el candidato
Al ministro Massa el candidato Massa lo ha dejado sólo. Y en esa soledad tendrá que tomar decisiones que pueden agravar las ya menguadas chances electorales del oficialismo.
Y lo han dejado solo porque, dado que el resultado de las PASO, mantiene una fuerte incertidumbre respecto de quién será la próxima presidenta o presidente de la Argentina, “el futuro no estabiliza el presente” como en el 2015, y no está claro si lo desestabiliza totalmente como sucedió en el 2019.
En este contexto, lo primero que tendrá que conseguir el ministro Massa son los votos del Directorio del Fondo Monetario para que le giren los 7500 millones de dólares pendientes que le permitan devolver los préstamos de cortísimo plazo que recibió para pagarle al FMI y lograr menos negatividad en las reservas del Banco Central.
Ignoro si para lograr dicho desembolso alcanza con lo que ya ha encarado en materia de devaluación fiscal, dólar agro y aceleración de la devaluación diaria del peso, pero resulta difícil suponer, y más con el resultado electoral comentado, que pueda evitar un ajuste mayor del tipo de cambio, sea con el aumento del impuesto país o con un mayo precio del dólar oficial y que pueda evitar el incremento de las restricciones a las importaciones.
Al ministro Massa el candidato Massa lo ha dejado sólo. Y en esa soledad tendrá que tomar decisiones que pueden agravar las ya menguadas chances electorales del oficialismo
Pero además del voto del directorio del Fondo, vota la realidad económica. Porque el déficit fiscal continúa y la deuda pública en manos de privados sigue siendo un problema.
Pesos a la busca de dólares
De manera que la emisión de pesos del Banco Central para financiar directa o indirectamente al gobierno continúa y continuará.
Esos pesos que se emiten buscan dólares.
Para que haya menos pesos buscando los dólares que no hay, es necesario licuarlos. Es decir, el poder de compra de estos pesos debe bajar, lo que implica una mayor tasa de inflación.
Y es por esto que el Ministro Massa tendrá que tomar decisiones que van en contra de las ya escasas chances del oficialismo de retener el poder.
Más devaluación, más inflación, menos nivel de actividad.
Adicionalmente, su responsabilidad será evitar una debacle económica mayor y facilitar una transición cooperativa con los que vengan, evitando seguir acumulando distorsiones, deudas, y adelantos de impuestos.
La mala noticia es que un gobierno débil, sin dólares y sin futuro es una mezcla cuasi explosiva para la realidad económica argentina.
La buena noticia es que falta menos.
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