¿Qué pasa con las PASO?

Lo que suceda el 13 de agosto dará un pantallazo del país hasta ese día y comenzará a configurar el escenario de octubre

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Las boletas que competirán en
Las boletas que competirán en las primarias, en la categoría presidente

Sergio Massa parte como un candidato competitivo, con un potencial voto cercano a los 30 puntos, gracias a mantener el apoyo del voto duro de Cristina Fernández de Kirchner, sumado al del peronismo moderado y un sector de los decepcionados con el gobierno de Alberto Fernandez. El juego de Juan Grabois no esmerila a la fórmula de Unión por la Patria, sino que contiene los votos por izquierda, que, de otra manera, quizás no hubieran votado al frente oficialista. Sin embargo, las declaraciones de las últimas semanas, cada vez más duras de Grabois contra Massa, dejan flotando cierta duda respecto de si todos sus votantes acompañaran al candidato de UxP en octubre y no optarán por opciones más de izquierda, en caso de que estas pasen las PASO.

En lo que respecta a la interna de Juntos por el Cambio, la disputa entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta se mantiene intensa y con resultado abierto. Podría decirse que, desde que se implementan las PASO como instrumento electoral, es la primera vez que, efectivamente, hay una elección interna competitiva de un frente electoral con posibilidades de llegar a la Casa Rosada. Si bien, hay consultores que ven a Bullrich con ventaja, Larreta cuenta con una mayor estructura del Estado y apoyos de los sectores más moderados de la oposición, lo que podría jugar a su favor en una recta final donde, generalmente, la gente tiende a irse hacia el centro, y no a los extremos.

Las declaraciones de Bullrich durante los últimos días respecto del “blindaje” y de volver a recurrir al Fondo Monetario Internacional, no sólo no la ayudaron, sino que retrotrajeron a muchos a las aciagas imágenes de diciembre de 2001, donde ella misma fue una de las protagonistas -con el recorte del 13% a los jubilados-, aunque se empeñe en querer que los argentinos lo olvidemos. Su frase de “entrar con cámaras al Banco Central”, en conjunto con otras declaraciones del estilo, que demuestran un desconocimiento preocupante respecto de temas económicos básicos -confundir deflación con recesión e inflación, por ejemplo- directamente hace pensar si, efectivamente, está preparada para el cargo que pretende ocupar.

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Por otro lado, de acuerdo con los sondeos, Javier Milei ha experimentado una disminución en su intención de voto en las últimas semanas, situándose alrededor del 20%. Si bien en algún momento se estimaba que podría alcanzar un tercio del electorado, esa expectativa ha disminuido significativamente. Quedará para siempre la incognita respecto de si alguna vez estuvo en esa porción del electorado o si las expectativas generadas obedecieron a su exposición en los medios, y, sobre todo, en las redes sociales, donde se encuentra la amplia mayoría de sus apoyos, concentrado principalmente en varones menores de 30 años.

Su falta de candidatos en diversas regiones del país, sumado a las denuncias de compra venta de candidaturas, desprolijidades varias y dificultades para manejar la presión que conlleva el debate público de una candidatura presidencial competitiva, lo mostró como un amateur de la política que, por las circunstancias globales y nacionales, de repente se vio en una situación nueva. El voto útil, además, migra hacia otras fuerzas, como Bullrich en la interna de JxC, lo que podría afectar aún más su posición en las elecciones generales de octubre.

Milei será, sin embargo, tercera fuerza, y uno de los grandes interrogantes, en este sentido, será ver hacia dónde van sus votos. La política nunca es tan lineal como pretenden mostrarla, y, de hecho, no hay nada que asegure que el 100% de sus votos migre hacia Bullrich, mucho menos, a Larreta. De acuerdo con quien gane la interna de JxC, se verá que rol desempeña Milei de cara a octubre. Lo que suele decir Carlos Maslatón respecto de que muchas de las listas de Milei en Provincia de Buenos Aires están integradas por ¿ex? massistas y dirigentes de cuartas o quintas lineas del Partido Justicialista es un dato no menor a la hora de pensar que, quizás, incluso, un sector de sus votantes “no ideológicos”, sino, directamente, enojados con la política o lo que llaman “el sistema”, pueda ir -o volver- hacia el peronismo.

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Otra de las grandes cuestiones sin resolver pero que jugaran un peso importante en las PASO será el porcentaje de participación. Las elecciones provinciales vienen mostrando que el desinterés de los ciudadanos en la política está en un nivel que no se ve desde finales de los 90, por ejemplo, en los comicios para gobernador de Córdoba, se produjo el mayor ausentismo desde 1983. Es sabido que, a menor participación, más prevalecen los aparatos políticos, y eso sería una buena noticia tanto para el oficialismo como para Larreta dentro de la interna cambiemita.

Lo que suceda el 13 de agosto dará un pantallazo del país hasta ese día y comenzará a configurar el escenario de confrontación de fuerzas de cara a las generales de octubre, donde, verdaderamente, se disputará la presidencia. Todo indica que finalmente no habrá un “escenario de tres tercios” sino, nuevamente, de dos tercios con un tercero rezagado pero en discordia y un porcentaje importante de voto “disputable” por las dos coaliciones mayoritarias. Jorge Asís suele decir que la Argentina es ese país donde te vas una semana y, al volver, cambió todo, pero cuando te vas veinte años y regresas, no cambió nada. Cuando uno ve apellidos como Rodríguez Larreta y Bullrich, tiende a darle la razón a la segunda parte de la afirmación. Al pensar en todo lo que puede cambiar -o no- entre agosto y octubre, le da la razón a la primera.

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