Argentina es el octavo país más grande del mundo; celebrado por la riqueza de su tierra y el talento de su gente. Somos resilientes, creativos y capaces. Sabemos de esfuerzo y sacrificio. Y sabemos que tenemos mucho para hacer, que hay deudas históricas que son urgentes. Una de ellas es la disparidad en el desarrollo.
El 40% de los argentinos vive en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Esto ejerce una gran presión sobre la infraestructura, el sistema de salud, el educativo, el de transporte; pero sobre todo ejerce presión sobre personas de todo el país que se ven forzadas a dejar el lugar en el que nacieron o el que elegirían para vivir buscando más y mejores oportunidades en otro lado.
Por eso es hora de mirar con atención nuestro enorme territorio para favorecer el desarrollo de las llamadas ciudades intermedias. Es una de las propuestas que a partir del 10 de diciembre va a liderar Horacio Rodríguez Larreta, haciendo de la Argentina un país más federal y descentralizado, más equilibrado, solidario y justo
El Plan de Desarrollo de Ciudades Intermedias tiene el objetivo de que en cada región del territorio nacional los argentinos tengan las mismas oportunidades: de crecer, educarse, cuidar su salud, trabajar y construir un proyecto personal. Por eso, en una primera etapa vamos a potenciar 100 ciudades distribuidas a lo ancho y a lo largo del país, igualando sus condiciones y promoviendo un desarrollo equitativo y sostenible.
Esto significa empezar por lo básico, garantizando el acceso a servicios esenciales como agua, cloacas, gas, electricidad y conectividad digital además de promover el desarrollo urbano con más accesibilidad, iluminación, espacios verdes y mejores calles y rutas. Y significa también fortalecer a estas ciudades para que su desarrollo sea sostenible, resiliente e inclusivo, atendiendo especialmente los retos ambientales y climáticos que todos enfrentamos por igual. Para eso proyectamos implementar una gestión integral de residuos, fomentar la disposición diferenciada dándole el tratamiento correspondiente a los materiales recuperados, cerrar basurales a cielo abierto, integrar a los trabajadores informales e impulsar la economía circular.
Así se pone en marcha un valioso círculo virtuoso, fortaleciendo a las diferentes regiones del país, reconociendo las iniciativas y el talento de sus habitantes, impulsando al sector privado, ampliando las oportunidades de trabajo y dinamizando las economías locales. Para hacerlo hace falta compromiso y, sin duda, un gran trabajo en equipo junto con las provincias y los municipios.
A partir de cada empresa que decida apostar a una ciudad intermedia, de cada calle o tramo de ruta que se mejore, de cada árbol que se plante y de cada plaza que se ponga en valor, se va a abrir la posibilidad de que nadie tenga que dejar atrás su lugar en el mundo, ese en el que construyó su historia, por falta de oportunidades.
El verdadero progreso, el verdadero bienestar son factibles a partir de que cada argentino pueda elegir con libertad. Elegir dónde vivir, a qué dedicarse; elegir quedarse. Porque todos tenemos el mismo derecho de soñar un futuro mejor, sin importar en qué lugar del país vivamos.
Este es el proyecto en el que los argentinos vamos a embarcarnos en poco tiempo, con planificación en serio, responsabilidad y verdadero espíritu federal, potenciando todo el talento y la capacidad que existe en cada rincón del país.
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