El evitismo, formato sutil del no peronismo

Nació en los años setenta como una construcción ideológica de izquierda, confrontativa con el pensamiento de Juan Domingo Perón

Guardar
Evita, primera dama de la
Evita, primera dama de la Argentina durante la presencia de Juan Domingo Perón

Hace unos años, escuchando a una joven militante repetir ese remanido discurso del tercer Juan Domingo Perón, “facho”, “traidor” y “creador de la Triple A”, le pregunté casi con curiosidad: “¿Si vos pensás todo eso de Perón, desde donde te sentís peronista?”. A lo que respondió: “De Evita, yo soy peronista de Evita”.

Bueno, de Evita se pueden decir muchas cosas, pero si hay algo que su carácter insumiso rechazaría con dureza es que la usen para cuestionar a su esposo. Su fanatismo por Perón, llegaba al limite que el mismo General la regañaba por exagerada.

En su libro Historia del Peronismo, Eva Duarte comienza diciendo: “Para mí la vida empieza el día, en que mi camino, se encontró con el camino del general Perón, día que yo siempre he llamado con orgullo “mi día maravilloso”. (…) Nuestro pueblo ha vivido una larga noche, hasta encontrar a un genio como es el general Perón. (…) Nosotros hemos encontrado al hombre; no tenemos ya más que un solo problema: que cuando el hombre se vaya, como dijo nuestro Líder, la doctrina quede, para que sea la bandera de todo el pueblo argentino”.

Es difícil encontrar textos de Evita que no muestren su absoluta admiración e incondicional lealtad a Perón.

Existen versiones equivocadas de Evita; algunas sustentadas en frases sueltas (muchas que ni siquiera dijo), y otras, nacidas de películas, que muestran una Evita de ficción, pintada a gusto e imaginación del guionista. Por ejemplo, la de Desanzo, personificada por Esther Goris, donde muestran una Evita del látigo, que corrige y sanciona a un Perón timorato y de pocas luces. O la última serie de Natalia Oreiro, con muchas licencias del guionista sin sustento histórico. Claro que los guionistas y directores tienen derecho a incorporar elementos de ficción para hacer mas atractiva su película. El problema surge cuando el espectador sale del cine, creyendo que aprendió de historia, y repite como dato fáctico lo que vio en una novela, mezcla de ficción con realidad. Suele pasar en esas discusiones de grupos de Whatsapp, aparecen quienes muestran su erudición histórica, repitiendo cosas que vieron en la “peli” .

Como siempre el remedio es leer… Cosa poco usual en estos tiempos de Tiktok de 15 segundos.

También está muy de moda la resignificación de los personajes históricos, y Evita no es excepción. Está la Evita pro-aborto, la Evita LGTB, y también la Evita beata. Desde el arte se la representa de cientos de modos distintos, algunos rayanos en el mal gusto y la falta de respeto, como el caso de Rep que la dibujó masturbándose mirando fotos de militares, y en diferentes poses sexuales. Hay de todo en la viña del Señor….

Evita abraza a Juan Domingo
Evita abraza a Juan Domingo Perón en el balcón de la Casa Rosada

Pero volvamos al Evitismo. A partir de 1970, cobran fuerza dentro del peronismo las corrientes más radicalizadas, vinculadas a los distintos grupos armados, FAP, FAR y Montoneros. En plena dictadura de Onganía, sectores medios universitarios ingresan al peronismo y a la lucha armada. Salvo las FAP, que tienen lazos con el peronismo de la Resistencia de los años 59/60, los demás son militantes con un pasado en la izquierda (caso de las FAR) o católicos tercermundistas (Montoneros) que “hacen la opción por el peronismo”. Básicamente, la idea de optar por el peronismo parte de que la mayoría del pueblo argentino, empezando por los trabajadores, se identificaban con Perón y el peronismo. Por lo tanto, la forma de ser aceptados dentro de las masas era enarbolando las banderas de Perón y Evita.

Pero casi todos los grupos combativos coincidían en la idea de que el peronismo debía radicalizarse y “evolucionar” hacia la ideología socialista. La influencia de la Revolución Cubana, la guerra de Vietnam, el socialismo chino y el contexto de la guerra fría, sugerían como natural el camino hacia “la Patria Socialista”.

Perón alentaba las diferentes formas de lucha contra la dictadura, entre ellas la de los grupos armados nacidos luego del Cordobazo. E incluso incorporaba a su lenguaje la idea del Socialismo Nacional, que para él era el Justicialismo aggiornado, pero cuya ambigüedad deliberada se prestaba a confusión.

Aunque los grupos armados levantaban como consigna, el retorno de Perón, no creían que ese retorno pudiera hacerse por la vía pacifica o electoral, sino por el triunfo de una revolución violenta al estilo cubano, cuyo destino era instaurar la dictadura del proletariado. La idea implícita era: o Perón se convertía en un nuevo Fidel Castro, o no tendría lugar dentro de la revolución triunfante. Esto pre-anunciaba desacuerdos con el líder.

Allí calza entonces la figura de Evita. La de la joven contestataria, ardiente, apasionada, dispuesta a dar la vida por la causa, dura al extremo con los enemigos del peronismo, y amada y venerada por las clases populares. Era el liderazgo contrafáctico que elegían los jóvenes recién llegados al peronismo. Supuestamente, de no haber fallecido en 1952, Evita hubiese creado las milicias populares, las mismas que ahora intentaban crear los grupos armados. Ella hubiera empujado a Perón al camino de la revolución socialista. En síntesis,“si Evita viviera sería montonera”.

El n°30 de Cristianismo y
El n°30 de Cristianismo y Revolución

La primera vez que se expuso por escrito estas ideas fue en la revista Cristianismo y Revolución (nº30 de septiembre de 1971). Su tapa mostraba una foto de Evita, con el texto: “El peronismo seró revolucionario o no será”. El texto no iba encomillado, porque en verdad, esa frase no es de ella, pero a partir de allí, repetida cientos o miles de veces, quedó. Como tampoco nunca dijo “volveré y seré millones” . Frase que pertenece a un poema de Castiñeira de Dios. Y, en estos tiempos de fake news, circulan muchas frases que alguien escribe y le pone abajo: Evita. Como dijo Aristóteles, “en internet me hacen decir cada cosa...”

Volvamos a la revista CyR Nº30: en su primera página aparece un corto texto titulado “Si Evita viviera, sería montonera”. Luego de hacer referencias sobre su vida y personalidad, cierra con esta definición. “La verdadera imagen de Evita -no lo dudamos- se proyecta en los numerosos comandos armados que llevan su nombre (…) que repiten su consigna de batalla: si Evita viviera sería montonera. Ellos son los que han recogido su coraje y lo llevan hecho bandera hacia la victoria, es decir, hacia la construcción de la Patria Socialista, en pos de la cual Evita diera su vida.”

La revista Cristianismo y Revolución creada y dirigida por Juan García Elorrio, estuvo en la génesis de la creación de Montoneros. Del grupo de la revista surgió el Comando Camilo Torres dirigido por Fernando Abal Medina y Mario Firmenich, y su distribución en el interior sirvió para crear los lazos, con los otros dos grupos originarios de Montoneros, el de Córdoba y Santa Fe. Por lo tanto era una fiel expresión del pensamiento tercermundista y de los nacientes grupos armados.

En la página 27 se reproduce un extenso documento de la Regional Mendoza del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, firmado por el padre Rolando Concatti, titulado “Nuestra opción por el peronismo” . Toda la primera parte desarrolla la idea de que el peronismo era “el más alto nivel de conciencia y combatividad del proletariado”. A partir de esa definición dice : “La disyuntiva, para quienes quieren participar realmente en un movimiento de cambio radical, no son sino dos: o formar un grupo nuevo sólido, sin fisuras -el partido revolucionario- a cuyo esclarecimiento y fidelidad las masas se irán plegando. O intentar identificarse con la certidumbre del pueblo, allí donde haya llegado a su grado más alto de esclarecimiento y combatividad, para desde allí, intentar profundizar, radicalizar, y proyectar las energías revolucionarias del propio pueblo.”

Casi al final habla de “los defectos del peronismo”. Y pone en primer lugar “la ausencia de una ideología”. El concepto de ideología es en el fondo vago y discutido. Pero aquí lo entendemos como “Teoría y Proyecto revolucionario”. La ideología supone el desciframiento de la lucha de clases para no intentar perpetuar una aparente entendimiento que no es sino una ilusión. (…) ...el peronismo implicó una socialización de hecho, pero por falta de análisis y rigor ideológico no explicitó el proyecto socialista que debe estar expreso en una revolución contemporánea”.

Historia del Peronismo, un libro
Historia del Peronismo, un libro para comprender esta corriente política originada a partir de una doctrina nacionalista popular y una base sindical, que surgió en Argentina a mediados de la década de 1940 alrededor de la figura de Juan Domingo Perón

“Perón fue un pragmático, un político genial, pero en gran medida empírico. (…) Su enorme mérito es haber interpretado y servido al proletariado, pero el líder, el estratega, el político que conduce a los triunfos concretos, no es casi nunca, el mejor analista, el ideólogo más profundo.(...) En este sentido hay que decirlo, la enorme figura de Perón ha sido a la vez la fuerza y la debilidad del peronismo”.

“Eva Perón comprendió en gran parte esta realidad. Muchos de sus esfuerzos estuvieron dirigidos a suscitar los comités de lucha, la organización combativa y las vanguardias de lucha dentro del movimiento. Pero encontró mil resistencias nacidas quizás de sus propias vacilaciones y de la oposición tenaz de otros sectores, la burocracia partidaria temerosa de una vanguardia organizada y combativa.”

Concluyendo, Perón no era “el mejor analista”, ni “el ideólogo más profundo” y era “a la vez la fuerza y debilidad del peronismo”. El defecto del peronismo era “la ausencia de una ideología” y esa ideología era “Teoría y Proyecto Revolucionario”, “la lucha de clases”, o sea el materialismo dialéctico marxista leninista. Y, Evita “comprendió en gran parte esta realidad” pero no la pudo llevar a cabo.

Hasta aquí, vimos cuál era la idea y el proyecto que inspiraban a Montoneros y otros grupos peronistas del sector combativo. Estas definiciones llevarían tarde o temprano a tener diferencias ideológicas con Perón. Entonces para evitar el riesgo de quedar fuera del movimiento peronista, había que levantar la figura de Evita, que supuestamente hubiese empujado a Perón y al peronismo hacia la “verdadera revolución”, que era la Patria Socialista. Había nacido el evitismo.

Evita junto a Juan Domingo
Evita junto a Juan Domingo Perón

Ahora veamos cual era el pensamiento de Evita, sobre la “ausencia de ideología”, la “poca profundidad de análisis de Perón”, y sus ideas respecto la lucha de clases y el marxismo.

Sus nueve clases en la Escuela Superior Peronista de 1951, están publicadas como libro titulado “Historia del Peronismo”. De allí proceden las siguientes frases:

- “Nuestro movimiento es el más profundo y maravilloso de todos, porque tiene una doctrina perfecta y un conductor genial como el General Perón.”

- “El Peronismo realiza los mejores ideales de los filósofos y conductores de todos los tiempos. De Sócrates, por ejemplo ha tomado el deseo de que los hombres sean justos y buenos; como Sócrates, el peronismo predica la igualdad y la hermandad entre los hombres y el respeto a las leyes, y aspira a una sola clase, que nosotros llamamos la clase de los que trabajan.”

- “De Platón y de Aristóteles desechamos los conceptos de clases y de esclavitud que ellos aceptaban, pero, en cambio, aceptamos : sus altos conceptos de la justicia como virtud fundamental del hombre que vive en la sociedad y, como ellos, creemos y sostenemos en la doctrina y en la práctica, de que por sobre la materia lo superior es el espíritu.”

- “Lo grande de Perón, es que ha tomado de cada doctrina los conceptos humanos, los conceptos de la seguridad social, los conceptos del respeto a las leyes, los conceptos de la igualdad y de una sola clase. El es un creador; cuanto más leemos la doctrina; más nos damos cuenta de que estamos frente a un hombre extraordinario, un creador que no tiene nada que envidiar a los grandes creadores de la humanidad”.

La razón de mi vida
La razón de mi vida es un libro autobiográfico escrito en Argentina por Manuel Penella de Silva para Eva Perón, por entonces primera dama

- Perón ha dicho que su doctrina es profundamente cristiana, que no es una doctrina nueva; que fue anunciada al mundo hace dos mil años (…) Nosotros los peronistas concebimos el cristianismo práctico y no teórico. (...) ¿Y en qué reside? En realizarla como Dios la quiso. Y en eso reside su grandeza: realizarla con los humildes y entre los humildes.”

- “Pero nosotros aspiramos a algo más: a comprender, aplicar, realizar y predicar su doctrina, a amar su doctrina.(…) Por eso es grande Perón... Porque nos ha legado una doctrina.(…) El movimiento será permanente si los hombres, a través de él, aun después de haberse ido, siguen teniendo su luz, su bandera y su doctrina. Es por eso que Perón no podrá ser reemplazado jamás dentro de nuestro movimiento peronista, ni ahora ni después.”

Como podemos observar, Evita no se proponía empujar a Perón hacia la ideología marxista leninista, y mucho menos sugerir reemplazarlo por una “vanguardia del proletariado”.

Respecto el marxismo en su libro “La Razón de mi Vida” expone: “La doctrina de Marx es, por otra parte, contraria a los sentimientos del pueblo, sentimientos profundamente humanos. Niega el sentimiento religioso y la existencia de Dios. (…) El marxismo es, además, materialista y esto también lo hace impopular. Además es impopular porque suprime el derecho de propiedad tan profundamente humano.”

El objeto fundamental del Justicialismo en relación con el movimiento obrero es hacer desaparecer la lucha de clases y sustituirla por la cooperación entre capital y trabajo. El capitalismo, para darle todo al capital, explota a los trabajadores. El comunismo, para solucionar el problema, ideó un sistema de lucha que no terminará sino cuando haya una sola clase social; pero a esto se llega por la destrucción (...) El Justicialismo en cambio quiere también llegar a una sola clase de hombres: la de los que trabajan. Pero no quiere llegar por la lucha sino por la cooperación.”

Hasta aquí, una apretada síntesis del pensamiento de Eva Perón. Se puede estar de acuerdo o no con sus ideas, que son las ideas de Perón y el peronismo. Lo que no es licito, ni honesto intelectualmente, es inventarle ideas que no eran las suyas.

Claro que Evita usó muchas veces la palabra revolución. Pero siempre en referencia a la revolución justicialista iniciada en 1945, de la cual ella fue motor y parte. La confusión aparece cuando esa palabra es asimilada a otros procesos diferentes del ideario peronista, como la revolución cubana u otros.

Lamentablemente esta idea del evitismo en contraposición al pensamiento y obra de Perón llega hasta nuestros días, generando confusión y discusión.

Como siempre, para este tipo de temas en debate, lo recomendable es leer. Cliqueando aquí pueden descargar los dos libros, Historia del Peronismo y La Razón de mi Vida, y la Revista CyR Nº30.

Seguir leyendo:

Guardar