La educación es una urgencia de largo plazo. Es fundamental para el desarrollo humano, la equidad social, el crecimiento económico y la democracia. Por lo tanto, es también una base esencial para construir una Ciudad en la que todos puedan formarse, trabajar, cuidar su salud, disfrutar de la cultura y forjar su plan de vida. Una Ciudad con una mejor vida comunitaria, más sensible, moderna e innovadora. Sobre todo, más igualitaria.
Durante los últimos años se han logrado avances importantes en el sistema educativo de la Ciudad. Sin embargo, pese a que casi toda la infancia y adolescencia asiste a la escuela obligatoria, para muchos estudiantes el tránsito por el sistema es discontinuo, el sentido de la experiencia escolar no está claro y, según las evaluaciones de la propia jurisdicción, en el nivel secundario 6 de cada 10 estudiantes no alcanzan aprendizajes satisfactorios de lengua y matemática. Por otra parte, el sistema educativo y el mundo del trabajo están desarticulados: el nivel secundario no forma en capacidades laborales básicas al mismo tiempo que existen numerosas ocupaciones para las cuales faltan personas formadas.
En la educación superior, pese a que existe una amplísima red de instituciones, las tasas de asistencia y egreso son bajas y la calidad de la oferta es heterogénea, y no llegan a cubrirse las necesidades del sistema educativo y el mercado laboral. Por otro lado, las ofertas de educación para los adultos son de baja calidad, están desactualizadas, tienen poca articulación con la formación profesional y están poco difundidas, pese a su enorme valor para los propios adultos y sus hijos.
Te puede interesar: Lenguaje, inteligencia y pensamiento: ¿cuáles son las estrategias de alfabetización en la Argentina?
Frente a esta situación, desde la Fundación Argentina Porvenir hace dos años que trabajamos en un plan minucioso para la educación de la Ciudad de Buenos Aires, cuyas propuestas pueden sintetizarse en los siguientes puntos:
1. Realizar obras urgentes, asegurar mejor mantenimiento, higiene y control de plagas de los edificios escolares, asegurar equipamiento y material didáctico variado en todas las escuelas (computadoras, libros, juegos, etc.).
2. Promover una mejor convivencia en la escuela y dar respuesta a las crecientes problemáticas de salud y de vida de los estudiantes con acompañamiento más intensivo de psicólogos, psicopedagogos y trabajadores sociales.
3. Detectar y atender tempranamente necesidades específicas de aprendizaje (dislexia, discalculia, déficits de atención, trastornos del lenguaje, de la coordinación y del espectro autista, otras discapacidades, etc.) con controles y tratamiento desde salud cuando corresponda, articulación con la educación especial, formación docente y acompañamiento personalizado.
4. Generar más ofertas de cuidado educativo para los más pequeños (45 días a 2 años) con participación de personal docente titulado y supervisión pedagógica priorizando los contextos vulnerables.
5. Mejorar las capacidades expresivas y lógico-matemáticas de los estudiantes desde el nivel inicial hasta la finalización del nivel secundario mediante 2 horas semanales de formación docente en equipo en cada escuela, plataformas lúdicas de aprendizaje y apoyo escolar.
6. Brindar orientación a partir de séptimo grado y durante la secundaria para que los estudiantes identifiquen sus capacidades e intereses, desarrollen habilidades esenciales para el mundo del trabajo y conciban un proyecto de vida.
7. Mejorar la educación técnico-profesional incrementando la matrícula y la tasa de egreso; actualizando la oferta en áreas vacantes en los niveles secundario y superior; y creando bachilleratos con formación profesional en especialidades como programación, biotecnología y energías limpias.
8. Jerarquizar la educación de jóvenes y adultos incrementando la cobertura y la terminalidad del nivel secundario, ampliando la modalidad híbrida, introduciendo trayectos de formación profesional y ofreciendo formación a los equipos docentes.
9. Prestigiar la profesión docente mediante mejoras salariales, mejor formación inicial y continua, formación especializada para los directores de escuela, adecuada atención de la salud, reconocimiento de buenas prácticas y campañas comunicacionales.
10. Mejorar el gobierno de la educación mediante un uso más eficiente del presupuesto, mayor producción y uso de información, reorganización de los programas en curso, formación y concursos para los funcionarios técnicos, rol de supervisión fortalecido, mejor comunicación con la comunidad, más monitoreo y evaluación de las políticas.
Te puede interesar: Cómo aprenden los chicos y las chicas en la Antártida
La educación ocupa un lugar central en el proyecto de Ciudad que propone Martín Lousteau como candidato a Jefe de Gobierno. Pero comprometerse con la educación no es solo decir que es importante. Tampoco alcanza con invertir más y mejor: hay que saber qué hacer y cómo. Tenemos prioridades claras, equipo y decisión política.
Seguir leyendo: