“Yo era un gil que, por hacerme el canchero, en mayo del 75 caí en cana” - cuenta Eduardo Soares, en una entrevista.
“Estaba en Montoneros y tenía una camioneta que había intervenido en un tiroteo en Mar del Plata y termina acribillada a balazos y hubo que venderla. Entonces, pido que me den un coche y me traen un Citroën, nuevo. Y, el compañero que me lo trae me dice: ‘cambiale las llantas y cambiale el volante’… ‘Si no, te lo van a identificar’ … Era un auto robado en Olavarría, al Jefe del Regimiento de Tanques, y yo, pendejo joven, boludo… no se las cambié, porque no pude, porque no quise… Ya estaba muy clandestino y venía poco a Mar del Plata. Pero ese día volví… Estaba con una compañera en una reunión y cuando salimos se nos tiran encima. Y quedamos presos.”
Eduardo “El Negro” Soares, cuenta que ingresó a “la militancia” con 17 años en la ciudad de Mar del Plata en el “Peronismo de Base” y que recaló, en 1972, en Montoneros. Entonces, recuerda, alguien le dijo: “A la organización podés entrar o irte…De donde no te podés ir es del proyecto revolucionario”. Y le quedó grabado para siempre.
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Luego, describe como era, en 1973, a principios del gobierno peronista, la organización militar de Montoneros en “Regionales”, y que cada una abarcaba varias provincias.
“Nuestra Regional tenía cabecera en La Plata y llegaba hasta Tierra del Fuego y estaba comandada por un Oficial Mayor. En Mar del Plata también se da la fusión entre Montoneros y las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias). Montoneros tenía acá, en Mar del Plata, dos UBC (Unidades Básicas de Combate), con oficiales y, después de la fusión, fueron cuatro. Yo era el Secretario General de la JP, la Juventud Peronista de Mar del Plata y alrededores. En general, en los Concejos de la JP, de la JTP (Juventud Trabajadora Peronista) o de la JUP (Juventud Universitaria Peronista) había gente muy joven y esos compañeros eran montoneros. Podían tener 16 años, pero eran montoneros. Nosotros teníamos que desarrollar el frente político y a su vez las tareas propias de la organización, que eran tareas político – militares”.
¿Por qué Soares dice que, cuando lo detienen en mayo de 1975, “estaba clandestino y venía poco a Mar del Plata”? Porque, para esa fecha, Montoneros, ya había anunciado públicamente que pasaba a la clandestinidad, y había declarado, literalmente, la guerra al gobierno constitucional de Isabel Perón y, entonces, sus militantes eran perseguidos penalmente por el Estado.
Estaban “fuera de la ley”. Y, además y fundamentalmente, porque el 20 de marzo de 1975, dos meses antes de la detención de Soares, cuenta él mismo, “nuestra organización ejecuta en Mar del Plata a Ernesto Piantoni, el jefe de la CNU (Concentración Nacional Universitaria)”, una organización de la “derecha” peronista y, al día siguiente, recuerda el ahora abogado, “ellos nos mataron prácticamente todo el frente sindical en una sola noche, 6 o 7 compañeros en una sola noche…”. Por esas razones se había ausentado un tiempo.
Apenas lo detienen en mayo, en la Comisaría 2da de su ciudad natal, Montoneros empieza a planificar su fuga o su rescate. “Mi viejo ya había tenido contacto con la organización, entonces yo elaboro un plan de fuga. Pero un día viene mi padre y me dice: ‘parece que decidieron tomar la comisaría y me pidieron que yo les dé un informe de como son las cosas acá’. Así que mi viejo les armo el plano de lo que veía, la cantidad de armas… y bueno colaboró todo lo que pudo con los compañeros… Mi papá me dijo: ‘se decidió que el 25 de mayo, que es feriado, te van a venir a buscar, porque, a tal hora, afloja la guardia.’”
Soares, relata así el “rescate”: “El 25, a tal hora, escucho tiros, escucho gritos, lo escucho a ‘alias Felipe’, (Arturo Lewinger), un Oficial Mayor montonero que venía de la FAR, de ‘Soldados del Che’. Ese era el Jefe de la ‘Regional’ y yo lo conocía mucho. Empiezan los tiros… Lo que me cuentan es que ‘Felipe’ y una compañera, ‘alias Candela’, (María Josefina Mujica de Frigerio), que muere años después en un enfrentamiento en Rosario, entran a la Comisaría fingiendo hacer una denuncia por robo de coche y al policía de la guardia, afuera, lo reduce otra compañera. El tipo aparentemente se rechifla y lo tienen que… le disparan… Y se arma un tiroteo ahí adentro… Entran más compañeros, se arma todo un tiroteo y yo escucho a ‘Felipe’ que me grita: ‘¡Negro adonde estas!’ Y yo a los gritos… Aparentemente salió alguien que estaba durmiendo ahí y le pegó un tiro en la espalda. Y la operación fracasa… Y viene el Juez Federal… Todavía estábamos en democracia… González Etcheverri, se llamaba el Juez… ¡Y me salva la vida!... que todos, ahora, me dicen, los Fiscales de Mar del Plata: ‘si estuviera vivo hoy lo tendríamos procesado y preso.’”
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Días después, la revista “Evita montonera” N° 5, de junio de 1975, describe: “El 25 de mayo, en Mar del Plata, dos Pelotones Montoneros de Combate intentaron copar la Seccional 2da de la policía provincial para liberar al compañero Eduardo Soares y a la compañera Julia Giganti, que habían sido torturados durante cinco días. Al ocuparse la guardia se originó un tiroteo en el que cayó el montonero Arturo Lewinger, ‘Chacho’. ‘Chacho’ uno de los más antiguos militantes y combatientes de la organización, integrante del Consejo Nacional de Montoneros, cayó de la forma más honrosa, combatiendo para liberar a compañeros presos.”
Mientras tanto, el parte policial del intento de copamiento dice que el Cabo Lorenzo Roque Álvarez fue la víctima fatal y que resultaron heridos el Oficial Ayudante Oscar Bustamante, el Cabo Oscar Silva y el Agente Roberto Calderón.
El juez ordena el traslado de Soares a la prisión de Sierra Chica, y se le inicia un proceso penal por “robo de automotor y asociación ilícita” en virtud de la ley antiterrorista, la 20.840, promulgada e impulsada por el general Juan Domingo Perón, un año antes, en 1974.
Mientras tanto, dos días después de la fuga frustrada, el padre de Eduardo Soares, del mismo nombre, es encontrado acribillado a balazos, en el Parque Municipal de Mar del Plata.
Al “Negro” lo juzgan en democracia y el Fiscal pide 18 años de prisión, pero el Tribunal, ya con los militares en el poder, reduce la pena a 8 años. Soares apela y, finalmente, su condena es disminuida a 5 años, por lo que recupera su libertad en 1981, en pleno Proceso.
Comienza a estudiar abogacía, pero, a través de su amiga Nilda Garré, militante como él de la JP en los ‘70 y luego diez años Ministro de Defensa del kirchnerismo, contacta con Juan Carlos “Cacho” Scarpati, “Oficial Mayor” de Montoneros que había sido Jefe de la Unidad guerrillera con jurisdicción en Tandil, Azul y Olavarría y que, para 1982, vivía en Alicante, España, y allá se va. En España, en 1982 y 1983, Soares, Scarpati, Osvaldo Olmedo, Lidia “Lili” Mazzaferro y otros montoneros exiliados dieron origen a una agrupación que, ya de vuelta en la Argentina, se llamaría “La 26 de julio”, y que hoy dice representar a la “corriente combativa y revolucionaria del peronismo”.
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De vuelta aquí, Soares se dedicó a rendir las materias que le faltaban para recibirse de abogado, mientras sus compañeros se dedicaron – explica - a “buscar infraestructura”.
“Creo que se chorearon un par de joyerías… y algunas cosas para tener dinero para la organización… Supongo que las nuevas generaciones resolverán esto de otra manera, pero nosotros somos viejos, no teníamos otra forma… Olmedo había sido un gran cuadro militar, porque además había estado en la contraofensiva montonera; se había entrenado en el Líbano, era un gran cuadro militar… Rearmamos ‘La 26 de Julio’ para 1984, ya con Alfonsín en la presidencia”.
“De donde no te podés ir es del proyecto revolucionario”, le repite una voz interior. E interpretando ese mandato “El Negro” Soares ha sido – con la “Gremial de Abogados”, que ahora preside – defensor de “los que resisten”, explica.
Por ejemplo, lo fue de los usurpadores de las tierras en la localidad de Guernica, en el Gran Buenos Aires, en 2020, y cuando ha tenido que comunicar sobre el tema ha dicho, terminante: “La Gremial no cree en el Derecho ni en los jueces y fiscales. El capitalismo es un sistema cruel de explotación y por tanto jamás dará leyes justas ni jueces o fiscales justos.”
También fue parte de la defensa, en el Perú, de Elena Iparraguirre, la viuda de Abimael Guzmán, líder del grupo terrorista “Sendero Luminoso”, que además era la segunda en la cadena de mando. Este grupo guerrillero peruano, marxista leninista, que figuró en la lista de “organizaciones terroristas” de los Estados Unidos, la Unión Europea y Canadá, causó más de 25.000 muertes en 20 años de existencia, hasta que fue derrotado en 1999, con el apresamiento de Guzmán e Iparraguirre. Guzmán, en 2021, falleció en prisión y su mujer purga una condena a cadena perpetua.
También, el fundador de “Quebracho”, defiende en Paraguay a los integrantes del “Ejército del Pueblo Paraguayo”, el “EPP”, que, explica Soares, “es una guerrilla de carácter izquierdista que pretende la liberación del campesinado y su objetivo fundamental es la guerra contra los latifundistas. Tuvieron muchos muertos, muchos presos y, entonces, la ‘Gremial de Abogados’ comenzó a intervenir. La guerrilla del EPP tuvo muchas acciones políticas y militares, pero se destacan dos o tres muy relevantes: hace muy poquito, aún en pandemia, les incendiaron diez helicópteros a los latifundistas y después, emboscaron uno o dos transportes de tropas del Estado y les causaron diez o quince muertos y, además, les expropiaron todas las armas. También tienen varios latifundistas secuestrados”, enumeró, imperturbable.
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En octubre de 2022, la justicia ordenó al Estado que desaloje a usurpadores mapuches en Villa Mascardi y detenga a los que habían atacado, días antes, a un puesto de Gendarmería. Se realizó, entonces, una operación conjunta de fuerzas federales que, básicamente, fracasó porque no detuvo a los que buscaban, que huyeron, sino que, según reseñó el CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales) “siete mujeres y seis niñes fueron detenides”.
Tras el operativo, en una entrevista radial, volvió a aparecer “El Negro” Soares, que defiende a los usurpadores y fue muy contundente y claro al advertir, que: “si estas son las reglas de juego del Estado, que no se quejen si aparece una resistencia mayor. El Estado viene a sangre y fuego y si reciben una respuesta por la vía de los hechos, porque ellos vienen por la vía de los hechos, está claro que esto va a ser una escalada y nosotros vamos a estar, siempre, del lado de los que resisten.”
Soares es dirigente nacional, también, de “Convocatoria Segunda Independencia”, y, en su página de internet, explica que ellos son “conscientes de lo que significa luchar contra el enemigo de clase y las consecuencias que conlleva levantar determinadas banderas. Y que los compañeros combatientes revolucionarios caídos en combate o muertos en los campos de concentración no fueron ‘victimas’ sino simples y heroicos luchadores, así como lo son nuestros militantes de hoy, si son reprimidos por un Estado contra el que luchamos.”
No obstante esta “pertenencia”, en septiembre de 2012, el luchador “revolucionario” le cobró al Estado burgués y capitalista al que enfrenta y al que sus aliados y defendidos desconocen, USD 68.000, cifra actualizada por inflación y convertida a dólar libre, en Liquidación 14.637 del Ministerio de Economía, en virtud de la Ley “reparatoria” 24.043, por haber estado, de 1975 a 1981, procesado, condenado y encarcelado al haberse probado su pertenencia a un grupo terrorista, durante un gobierno constitucional. El otro abogado es Gustavo Franquet, que estuvo detenido por su militancia un año, entre mayo de 1978 y marzo de 1979 y que, por ello, cobró en Liquidación 13.168, del Ministerio de Economía, la suma de USD 12.300, cifra actualizada por inflación y convertida a dólar libre.
Como anunció Lenin: “los burgueses nos van a vender la soga con la que los vamos a colgar”. Somos una sociedad boba, con unos dirigentes acordes, que, a través del Estado, financia “revolucionarios” marxistas que ansían colgarnos.
Mientras tanto, la viuda del Cabo Lorenzo Roque Álvarez, el policía que se rechifló, y sus hijos, no tuvieron la misma suerte. De la sociedad, de la clase dirigente y del Estado, no recibieron nada más que olvido. En estas elecciones debiéramos exigir, a los que buscan nuestro voto, que esto cambie.
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