La Fed y su lucha contra la inflación en los Estados Unidos

La política de tasas de regulación monetaria y la relación con el mercado laboral. La Curva de Phillips

En junio de 2023 fue la primera vez que el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC por sus siglas en inglés) se reunió y no elevó la tasa (Reuters)

Desde hace más de un año que la Reserva Federal de los Estados Unidos lucha contra la inflación. La primera suba de tasas la hizo en marzo de 2022, por 25 puntos básicos (bp). De ahí en adelante decidió otras nueve alzas consecutivas, que llevaron a la tasa de referencia a ubicarse en el rango 5% a 5,25% anual.

En junio de 2023 fue la primera vez que el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC por sus siglas en inglés) se reunió y no elevó la tasa. Sin embargo, la decisión vino con un mensaje claro: “Habría dos subas más de 25 bp antes de fin de año”. El mercado descuenta con una probabilidad de 99,8% que la próxima reunión llegará la primera, incluso después de un dato sorprendentemente favorable de la inflación de junio. Entonces la pregunta es, ¿Qué busca generar la Fed?

En cada una de sus conferencias, Jerome Powell, quien preside la entidad financiera máxima de Norteamérica, habló del mercado laboral. Suele hacer hincapié en su fortaleza, y en cómo es necesario que ceda para librarse de las presiones inflacionarias que aquejan a la economía más grande del mundo. Lo cierto es que, enfocándose en el bosque, no se equivoca.

La tasa de desempleo es una de las más bajas de la historia del país, ubicándose en 3,6% de la oferta de trabajadores. Es verdad que la tasa de participación laboral de 62,6% está por debajo del 64,3% que promedia en este milenio y por debajo de los niveles pre-pandemia, cooperando con mantener el desempleo al mínimo, pero aun así representa uno de los niveles más altos desde la vuelta a la normalidad.

Los datos de creación de empleo han dado grandes sorpresas este año y los datos de alta frecuencia de desempleo suelen mostrarse por debajo de lo que esperan los analistas

Los datos de creación de empleo han dado grandes sorpresas este año y los datos de alta frecuencia de desempleo suelen mostrarse por debajo de lo que esperan los analistas. En definitiva, el mercado laboral se mantiene sólido impulsado principalmente por el sector de servicios.

Curva de Phillips

¿A qué se debe esta obsesión de la Fed con el mercado laboral? Tiempo atrás, a fines de la década del 50, William Phillips investigó empíricamente la relación entre el nivel de empleo y la inflación. Descubrió que ambas variables se correlacionan negativamente. La relación planteada no es lineal, sino que sus características se asemejan más a una función exponencial, pero el racional es que, a menor desempleo, mayor será la inflación y viceversa.

Si bien con el tiempo la teoría fue descartada, no quita que se observan ciertas dinámicas lógicas entre la disponibilidad de la fuerza laboral, las presiones salariales y, como consecuencia, incrementos en los precios. Por ello, lo que busca la Fed con su política monetaria restrictiva es generar controlados cambios en el sector laboral que mermen las presiones salariales, particularmente del sector de servicios que es el más resistente y el que explica la mayor proporción de los aumentos de precios cada mes.

En cada una de sus conferencias, Jerome Powell, quien preside la entidad financiera máxima de Norteamérica, habló del mercado laboral. Suele hacer hincapié en su fortaleza, y en cómo es necesario que ceda para librarse de las presiones inflacionarias (Reuters)

Sin embargo, hay un problema con utilizar el empleo como parámetro para la toma de decisiones: la tasa de desempleo es un lagging indicator. Esto significa que su reacción va por detrás de la actividad. La razón de ello es que los empleadores intentan retener a sus trabajadores hasta último momento, despidiéndolos únicamente cuando la situación se torna insostenible.

Por otro lado, la política monetaria restrictiva también muestra un rezago en su aplicación, no siendo la totalidad de su efecto inmediato. Hay cuestiones del mercado de crédito que requieren de tiempo para terminar de desarrollarse. Por ende, hay dos riesgos latentes: 1) que las subas de tasas realizadas hasta el momento ya hayan sido suficiente para apaciguar la actividad y, consecuentemente, al mercado laboral, y 2) que ciertos sectores ya se encuentren vulnerables, aguantando lo más posible a sus trabajadores.

Con esos dos riesgos en mente, se evalúan dos variables:

1) utilización de la capacidad instalada. Se encuentra en declive desde septiembre 2022. Esto implica que la producción real que la economía americana podría alcanzar está disminuyendo con respecto a su potencialidad. En otras palabras, el ocio de los equipos productivos está incrementando, a razón de una menor demanda. Sin duda ello está relacionado a la persistente caída en nuevas órdenes del sector manufacturero y los leves aumentos en los inventarios.

Los empleadores intentan retener a sus trabajadores hasta último momento, despidiéndolos únicamente cuando la situación se torna insostenible

2) evolución de la actividad del sector industrial. Los índices que siguen a este sector (US Manufacturing PMI e ISM Manufacturing PMI) están en terreno contractivo desde noviembre 2022 (con excepción del US Manufacturing PMI de abril que superó los 50 puntos).

En síntesis, hay indicios que apuntan hacia un escenario de desaceleración económica y contención de las nóminas. De hecho, al indagar en los incrementos de puestos laborales desde noviembre 2022, se observa que el sector manufacturero ha disminuido considerablemente sus incrementos de nóminas e incluso ha tenido meses de recortes, mientras que el sector de servicios y el gobierno son los que sostienen las contrataciones en niveles que superan las estimaciones de los analistas.

Hay indicios que apuntan hacia un escenario de desaceleración económica y contención de las nóminas (Reuters)

Lógicamente, sería ingenuo pensar que, en la Reserva Federal, con ilimitado acceso a información, doctores en economía y las mentes más brillantes, no dan cuenta de estas variables en retroceso. Lo más factible es que sean conscientes del rumbo que toma la economía, pero deseen asegurarse de eliminar la inflación.

Después de todo, no pueden permitirse un rebote de la actividad propulsada por el sector de servicios mientras el sector manufacturero se sigue contrayendo. Ello podría derivar en un golpe sustancial a la industria estadounidense al tiempo que el problema inflacionario persista. Adicionalmente, la confianza sobre la entidad se destruiría y el costo de recuperarla aumentaría exponencialmente.

En ese sentido, es probable que la Fed realmente desee frenar el mercado laboral, incluso si ello derivara en una recesión en el corto plazo. No se debe olvidar pues que su mandato principal es la estabilización de precios.

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