La Cumbre entre la Unión Europea y América Latina y el Caribe (UE-ALC), el 17 y 18 de julio en Bruselas, Bélgica, es una oportunidad para fortalecer el diálogo de alto nivel entre la UE, América Latina y el Caribe y así generar mayor relevancia política a esta región en la agenda de las alianzas exteriores de la UE.
En esta línea, este espacio debe abrir una oportunidad también para elaborar conjuntamente una nueva agenda relevante para ambas regiones con foco en la inversión solidaria y sostenible, al servicio de una transición social y ecológica, aprovechando lo alcanzado recientemente en la Cumbre para un Nuevo Pacto Financiero realizada en París en junio pasado. Esa agenda serviría de base para un Pacto de Confianza e Inversión Solidaria (PACIS) entre la UE y América Latina.
El PACIS se fundamentaría en tres componentes principales: social y medioambiental, democrático y de convergencia normativa y financiera. Estos ejes están alineados con la implementación de la Agenda 2030, la cual ha sido obstaculizada por la pandemia del COVID-19, y representa una ambición transformadora común para abordar los desafíos del siglo XXI.
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En la parte socioambiental, lo que se busca es compatibilizar un crecimiento bajo de carbono, la protección de los recursos naturales y de la biodiversidad con la inclusión social y económica, lo cual es una problemática para ambos bloques.
En la parte normativa, el hecho de que un número creciente de países de América latina esté integrando la OCDE abre nuevos espacios de convergencia de normas y políticas públicas. De la misma manera, la existencia de los Acuerdos de Escazú en América Latina y de Aarhus dentro de la UE muestra que el tema de la protección de los defensores del medio ambiente es una preocupación compartida.
En el ámbito financiero, es importante destacar que Europa sigue siendo el mayor inversionista en América Latina, con un perfil de inversión muy diferente al del fuerte componente extractivista de China. El gran aumento de la cooperación francesa en la región desde 2010, destaca el compromiso de Francia con América Latina. Un ejemplo de esto son los recursos aportados por el Grupo AFD, los cuales alcanzaron los 11.000 millones de euros entre 2017 y 2022.
Los componentes mencionados sobre la propuesta PACIS, además, se integrarían lógicamente en el marco de la programación europea de la región, especialmente en el paquete de inversión Global Gateway, el cual prioriza en la agenda de cooperación interregional los productos de salud con el fin de cerrar brechas de acceso y desigualdad en este campo.
El sector de la salud y de la protección social es una de las áreas donde el apoyo interinstitucional e interregional contribuye de manera eficiente al fortalecimiento de los sistemas de salud y a la resiliencia frente a los riesgos para la salud, esto mediante mecanismos y estrategias que fortalecen los lazos comerciales entre las regiones, tal y como lo han hecho CAF y AFD. Entre el 2021 y 2022, estas dos instituciones financieras apoyaron el fortalecimiento de los sistemas sanitarios de países como Argentina, Bolivia y Ecuador, mediante la contribución de AFD al programa de Línea de Crédito Contingente Regional de la CAF, orientado a fortalecer a los sistemas sanitarios de países de América Latina que no tenían la fortaleza económica o tecnológica para el desarrollo de productos que hicieran frente a la pandemia del Covid19.
Asimismo, la protección de ecosistemas críticos, como la Amazonía, debe ser abordada tanto del lado de la conservación, como de la lucha contra la deforestación importada. También se destaca la necesidad de reforzar el compromiso de Europa junto a los gobiernos interesados para acompañar el desarrollo sostenible de estos territorios, integrando el acceso de la población a los servicios, así como la promoción de la bio-economía.
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El Pacto se beneficiará de la existencia en ambas regiones de instituciones financieras públicas y privadas que ya tienen una agenda de sostenibilidad y de la transición social y ecológica. Varias de ellas como el BNDES brasileño o Bancoldex del lado colombiano, participaron en la Cumbre de París sobre el Nuevo Pacto Financiero. Esto impulsa el fomento de mayores alianzas entre estos organismos financieros y sus contrapartes europeas, para promover la “ecologización” de los sistemas financieros y generando un efecto dominó observable en el ahorro.
Fundamentalmente, nuestras dos regiones temen más perder que ganar en una globalización liderada por un duopolio chino-americano donde las lógicas de cooperación serían hechas a un lado por las lógicas de la competencia. Ahora bien, históricamente, Europa y América latina han sido pilares del multilateralismo y es un valor compartido entre las dos regiones, desde la Sociedad de las Naciones (SDN) hasta los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ideados por América Latina, pasando por la conferencia de Río sobre el medio ambiente y el desarrollo. Hoy en día, la UE puede y debe ser para América Latina y el Caribe un aliado natural e importante. Para ello, es indispensable trabajar juntos alrededor de nuevos conceptos.
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