Recientemente se conocieron los resultados del Anuario de Competitividad Mundial para 2023, publicado por el International Institute for Management Development (IMD) de Suiza. Este año, el top 5 en el ranking se encuentra conformado por: Dinamarca, Irlanda, Suiza, Singapur y Países Bajos. Por su parte, la Argentina obtuvo el puesto Nº 63, habiendo descendido una posición con respecto a la última edición.
El estudio considera un total de 64 economías industrializadas y emergentes, teniendo en cuenta más de 300 criterios para evaluarlas, agrupados en cuatro factores: Desempeño Económico, Eficiencia Gubernamental, Eficiencia Empresarial e Infraestructura. Los datos que se utilizan se han tomado de organizaciones internacionales y nacionales, institutos privados y a partir de encuestas a más de 6000 ejecutivos a nivel mundial. Para el caso de Argentina, la recopilación de datos y la distribución de la encuesta a ejecutivos fue realizada por el Instituto de Investigación Enrique Shaw de Estudios Empresariales ISEE, de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Católica Argentina (UCA).
En América Latina, todos los países de la región se encuentran en la mitad inferior del ranking, con Venezuela ocupando el último puesto (64) y siendo Chile la economía de la región que mejor posicionada se encuentra (44), luego de haber ascendido una posición. Entre tanto Brasil se ubicó en el puesto (60) y Argentina descendió un puesto respecto al año anterior ubicándose en el (63). El motivo de esto es la inclusión de Kuwait en el ranking por primera vez en la historia, lo que aumentó la cantidad de países participantes de 63 a 64. Para comprender mejor las razones de este resultado resulta necesario analizar los distintos factores y “sub-factores,” en que se agrupan los criterios individuales que analiza el IMD de forma detallada:
Todos los países de la región se encuentran en la mitad inferior del ranking, con Venezuela ocupando el último puesto (64) y siendo Chile la economía de la región que mejor posicionada se encuentra (44)
En cuanto a Desempeño Económico, Argentina bajó dos puestos respecto del año pasado, ocupando ahora el lugar Nº 59. Si consideramos los “sub-factores” que tiene en cuenta el ranking, podemos observar que tanto en Economía Doméstica (50) como en Precios (62), el país ha disminuido significativamente. Sin embargo, dentro de esta categoría se produjeron leves aumentos en los apartados Inversión internacional (59) y Empleo (49). Por su parte, la categoría Comercio Internacional (53) sufrió una disminución de tres puestos. Teniendo en cuenta los “criterios individuales”, las principales fortalezas de Argentina son las de Concentración de Exportaciones por Socio (6), el Crecimiento Real de la Formación Bruta de Capital (8) y los Precios de Gasolina (17). En cambio, entre las debilidades se pueden destacar Resiliencia de la Economía (63), Inflación de Precios al consumidor (63), Amenazas de Reubicación de Empresas (63), Comercio como % del PBI (61), entre otros.
En Eficiencia Gubernamental Argentina viene manteniéndose en la última posición del ranking por tercer año consecutivo. Al considerar los sub-factores, podemos concluir que esto se debe a la caída en dos de las cinco categorías. Finanzas Públicas (61) y Legislación Empresarial (63) fueron los factores que disminuyeron su posición respecto al año anterior. Por su parte, Marco Institucional (63) mantuvo su puesto y Política Fiscal (58) junto a Marco Societario (56), fueron los únicos factores que experimentaron un aumento en sus posiciones. Considerando los criterios individuales, entre las fortalezas de Argentina se encuentran: Diferencial de tipo de interés (2), Leyes de Inmigración (2) y la Recaudación sobre el Impuesto de la Renta Personal (10) Ingreso Disponible, etc. En cuanto a las debilidades, podemos destacar Incentivos a la Inversión (64), Proteccionismo (64), Política del Banco Central (64), Subsidios (634), Legislación de Desempleo (64), entre otros.
En cuanto a Desempeño Económico, Argentina bajó dos puestos respecto del año pasado, ocupando ahora el lugar Nº 59
En cuanto al factor de Eficiencia Empresarial, este se mantuvo en la misma posición por tercer año consecutivo. Observando los sub-factores que integran este grupo, podemos destacar los aumentos en dos de las cinco categorías. Estas son: Productividad y Eficiencia (55) y Mercado Laboral (50). La primera fue la que obtuvo el mayor progreso, cinco posiciones, mientras que la segunda escaló una sola posición. Por otra parte, Finanzas (64) decayó, Actitudes y Valores (64) volvió a quedar en la última posición y Prácticas de Administración (55) bajó dos lugares. En lo que respecta a los criterios individuales, entre las principales fortalezas del país se encuentran: Condiciones Cambiantes del Mercado (2), Ratio por Género para el Acceso a Servicios Financieros (2), Remuneración de la Gerencia (4), entre otras. Por su parte, entre las debilidades podemos encontrar: Necesidad de Reformas Sociales y Económicas (64), Sistema de Valor (64), Crédito (63), etc.
Finalmente, podemos observar que, luego de que el año pasado haya ascendido de posición, el factor Infraestructura no logró seguir esa tendencia y descendió dos posiciones. Esta disminución se vio influenciado a nivel sub-factor por las siguientes variaciones: el leve decremento en dos unidades de la Infraestructura Básica (62), una caída de un punto en Infraestructura Tecnológica (58) y una caída de cuatro puntos en Educación (50) y en Salud y Medioambiente (51). En cuanto al sub-factor Infraestructura Científica (58), este se mantuvo constante. Por otro lado, centrándonos en los criterios individuales, las fortalezas de Argentina se encuentran en: Costo Eléctrico para Clientes Industriales (4), Costos de Telefonía Móvil (6), Exportaciones de Servicios de TIC (6), Gasto Total en Salud (19), etc. Como puntos débiles se pueden destacar: Financiamiento para el Desarrollo Tecnológico (63), Tecnología de las Comunicaciones (63), Desarrollo y Aplicación de la Tecnología (62), Educación Primaria y Secundaria (61), entre otros.
El gobierno que surja de las urnas de las elecciones de este año, no sólo deberá enfrentar serios problemas financieros y fiscales, sino deberá atender a las causas estructurales de los obstáculos a la competitividad a fin de lograr una posición internacional más favorable.
El autor es director Instituto Shaw de Estudios Empresariales, ISEE-UCA