¿Qué harán los diferentes partidos desde el 2024?

Nadie quiere dar un paso en falso y anunciar medidas que luego le resten votos y lo dejen fuera de la posibilidad de impulsar reformas

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Vista general del exterior de la Casa Rosada (REUTERS/Agustín Marcarian)
Vista general del exterior de la Casa Rosada (REUTERS/Agustín Marcarian)

La democracia avanza en la solución de los problemas sociales cuando existe un debate genuino alrededor de los mismos. Genuino no significa ingenuo, o imprudente. Genuino significa que las intenciones últimas de los actores del mismo ponderan suficientemente el bien común por sobre la construcción de poder partidario y los beneficios de quien debate.

De cara a las elecciones el debate público se hace especialmente desafiante. Nadie quiere dar un paso en falso y anunciar medidas que luego le resten votos y lo dejen fuera de la posibilidad de impulsar reformas. Pero no traer las reformas al debate social es igualmente pernicioso, ya que una vez en el gobierno quienes no quisieron hablar antes deberán frustrar las expectativas de quienes los votaron, dilapidando rápidamente el capital logrado durante la campaña.

¿Necesitamos una reforma laboral? ¿De qué tipo? ¿Es necesaria una reforma impositiva? ¿Con qué profundidad y alcance?

¿Qué hacemos entonces? ¿Evitamos el debate y dejamos todo librado al azar, poniendo en juego el éxito de la próxima gestión? ¿O nos animamos a debatir y tomamos el riesgo de equivocarnos y perder votos?

Desde el IAE creemos en el debate, en compartir ideas, en abordar desde diferentes perspectivas los mismos problemas para salir enriquecidos. Por eso hemos armado una jornada con los equipos económicos de quienes tienen posibilidades de gobernar desde el 2024. Hemos invitado a todos, han aceptado venir muchos.

¿Necesitamos una reforma laboral? ¿De qué tipo? ¿Es necesaria una reforma impositiva? ¿Con qué profundidad y alcance? ¿Cómo se financiaría una reducción de impuestos?

No traer las reformas al debate social es pernicioso, ya que una vez en el gobierno quienes no quisieron hablar antes deberán frustrar las expectativas de quienes los votaron

En abstracto, cada una de estas preguntas parece llevarnos a un callejón sin salida, donde nadie quiera arriesgar detalla para no afectar su elección. Pero en lo concreto están los matices y las posibilidades de diálogo. Creemos que se puede avanzar, al menos algo, en los desafíos económicos del próximo gobierno.

El autor es economista y Profesor Titular del Área Académica Política de Empresa del IAE Business School, Universidad Austral

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