La lección de Santa Fe: el internismo llevado al extremo es perdedor

El primer mensaje de alerta lo dio Miguel Angel Pichetto. Experimentado, caminante de los senderos del peronismo, jefe de bloque del kirchnerismo en el Senado y candidato a vicepresidente junto a Mauricio Macri de Juntos por el Cambio en 2019. Todos lo escuchan cuando reflexiona sobre la política.

Pichetto estaba alarmado por las declaraciones de la senadora Carolina Losada, acusando de vínculos con el narcotráfico a su rival en la interna opositora para gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, quien había sido ministro de Seguridad de la provincia en tiempos de la alianza entre la UCR y el Socialismo.

- Si vos creés que tu rival es narco, ¿para qué estás en este frente? ¿Por qué no construiste un proyecto propio con un partido nuevo y una base que te permita presentarte ante la sociedad sin ningún tipo de relación que te contamine?

En la intimidad, Pichetto habló con varios dirigentes amigos de Juntos por el Cambio en términos mucho más duros. “¿Somos todos pelotudos?, ¿Cómo vamos a acusar de narco a un dirigente de nuestro partido?, si es cierto, se denuncia a la Justicia y punto”.

La preocupación de Pichetto, candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires en la lista presidencial de Horacio Rodríguez Larreta y Gerardo Morales, hizo pública una sospecha que ya ganaba espacio entre algunos asesores del equipo de campaña de Patricia Bullrich. El internismo llevado al extremo podía ser contraproducente y las encuestas empezaban a dar señales de que Carolina Losada perdía la PASO en Santa Fe.

Por esa posibilidad de derrota que anticipaban algunos sondeos, Bullrich y Macri se dedicaron en las últimas semanas a acompañarla a Losada en actos de campaña y a respaldarla con fuerza en las redes sociales. No hubo caso. El resultado de las primarias santafesinas alumbró una diferencia notable a favor de Juntos por el Cambio por sobre sus rivales del peronismo.

Pero los votantes de la provincia hundieron a Losada en la peor de las derrotas y enviaron un mensaje inconfundible. Cuando la confrontación interna se lleva a niveles tan extremos, al punto de confundir al adversario circunstancial con un enemigo acérrimo, la sociedad termina sancionando esa ansiedad electoral.

El domingo a la manaña, cuando fue a votar en una escuela de Rosario, Losada habló con los periodistas. Ejerció durante años la profesión y sabía cuál era el objetivo. “Ratifico que si gano las PASO no voy a convocar a todos”, atajó a la prensa antes de que le preguntaran por sus diferencias con Pullaro. Diez días antes había encendido la interna al declarar que nunca compartiría equipo con su rival cualquier fuera el resultado de la elección.

Al atardecer, cuando empezaron a caer los números de las encuestas a boca de urna, y los más exactos de las mesas testigo, Losada empezó a tomar dimensión de su error. Bullrich y el resto de los dirigentes de su espacio le pusieron un freno a su beligerancia y le pidieron que reconociera su derrota cuando las cifras fueran irreversibles. Lo hizo y la palabra narco no se volvió a escuchar de su boca. Felicitó a Pullaro y convocó a la unidad.

Dos horas después del cierre de las urnas santafesinas, Bullrich publicó un tuit elogiando a Pullaro y llamando a trabajar por el triunfo de Juntos por el Cambio. Macri, pocos minutos después, difundió un mensaje parecido. Por la Ruta 9, Rodríguez Larreta y Gerardo Morales llegaban a Rosario para compartir la foto de la victoria con el flamante candidato a gobernador por Santa Fe.

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A 28 días de las PASO presidenciales, el resultado de la elección primaria en Santa Fe dejó algunos aciertos y errores que podrían tornarse decisivos en el tramo final de la campaña electoral.

1.- Con la sumatoria de votos obtenidas el domingo, Juntos por el Cambio y Maximiliano Pullaro tienen una oportunidad inmejorable de quedarse con la gobernación de Santa Fe, frente a la debacle electoral del peronismo y la del Socialismo.

2.- La gestión del peronista Omar Perotti, y el peronismo en su conjunto, sintieron el castigo de los votantes de Santa Fe por el avance del narcotráfico y el crimen organizado. Los santafesinos también responsabilizaron al Socialismo, que gobernó 12 años.

3.- El resultado en Santa Fe avaló la propuesta de Maximiliano Pullaro, y su gestión como ministro de Seguridad durante una etapa del gobierno del socialista Miguel Lisfchitz.

4.- Horacio Rodríguez Larreta y Gerardo Morales salieron políticamente fortalecidos. Respaldaron a Pullaro y el precandidato a presidente reivindicó en su discurso su proyecto de espacio político ampliado, el diálogo y el consenso como herramientas de gestión para desalojar al kirchnerismo del poder.

5.- Martín Lousteau, aliado histórico de Pullaro en la interna de la UCR, se mostró entre los triunfadores a menos de un mes de la interna complicada en CABA donde enfrenta a Jorge Macri.

6.- Patricia Bullrich sufrió un freno a su proyecto presidencial, al haber apoyado la estrategia agresiva de Carolina Losada. En su equipo, evaluarán si es necesario hacerle alguna modificación al perfil de “si no es todo, es nada”, eje argumental de su campaña. Algunos creen que juega al límite de la confrontación extrema.

7.- Mauricio Macri también pagó costos por su apuesta directa a favor de Carolina Losada. El candidato a vicegobernador derrotado, Federico Angelini, es un colaborador suyo que ejerce la titularidad del PRO transitoriamente en reemplazo de Bullrich.

En la tarde del domingo, el ex presidente posteó en su cuenta de Twitter el link de una columna que el periodista Jorge Fernández Díaz escribió para el diario La Nación. Con un título sugestivo: “Sin consenso no hay cambio, sin conflicto tampoco”. Amagando con volver a un rol más equidistante, aunque su postura es la de respaldar en público y (sobre todo) en sus gestiones privadas ante empresarios y referentes del poder a Patricia Bullrich.

8.- La elección en Santa Fe probó, una vez más, que el resultado puede ser muy diferente al que señalan algunas de las encuestas previas y al clima que se percibe en las redes sociales, en las que los equipos digitales de Carolina Losada (la mayoría integrado por influencers que trabajan habitualmente para Macri y algunos también para Bullrich) describían un escenario que luego no se replicó en la realidad electoral. En esta columna, se advertía la semana anterior sobre este fenómeno político en un artículo titulado: “La insoportable levedad de los candidatos de Twitter”.

9.- La Libertad Avanza, el espacio de Javier Milei, no presentó candidatos en Santa Fe. El abogado Edelvino Bodoira se presentó con la lista “Viva la libertad”, agrupó a simpatizantes libertarios y obtuvo poco más del 3% de los votos. Los resultados de las elecciones provinciales van demostrando que el proyecto de Milei se reduce a una expresión metropolitana, con su mayor expectativa electoral en Capital y en provincia de Buenos Aires.

10.- Las buenas elecciones de Juntos por el Cambio en las PASO de Mendoza y la de este domingo en la de Santa Fe, anuncian un panorama muy complicado para el candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa, ministro de Economía con inflación anual de tres dígitos, dólar otra vez disparado y una negociación con el FMI que está en el límite de las reservas del Banco Central.

El escenario de las elecciones presidenciales entró en su recta final. Antes de las PASO del 13 agosto, solo restan la elección a intendente de Córdoba Capital (este domingo 23 de julio) y las elecciones para gobernador de Chubut, que se celebrarán al domingo siguiente. La disputa cordobesa es pareja, mientras que en la provincia patagónica es favorito Juntos por el Cambio.

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Para los que quieran evaluar su estrategia electoral hasta el último minuto, las PASO de Santa Fe dejaron una enseñanza a la vista. Una cosa es marcar diferencias con el adversario interno para que cada uno pueda mostrar su proyecto de gobierno. Pero otra muy diferente es armar una carnicería con el rival al que después hay que abrazar e integrarlo en un mismo frente.

La sociedad argentina ha comprado ya muchos buzones electorales. Pero, de tanto en tanto, hay algún engaño que se queda atrapado en las redes de un país agotado por el fracaso.

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