Cincuenta años de “El exorcista”: ¡Al Diablo!

Verdad o leyenda, durante la filmación murieron nueve personas vinculadas con la realización, se produjo un incendio y se escucharon ruidos inexplicables. Linda Blair fue amenazada y custodiada por grupos religiosos integristas que consideraron al personaje propicio para los fines satánicos por años

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El Exorcista 1973 (Capturas de video)
El Exorcista 1973 (Capturas de video)

Vemos al Papa reiterar afirmaciones sin discusión: el diablo no es un mito, un cuento, un símbolo, sino alguien concreto, que está y se manifiesta.

El diablo, cuenta Francisco, actúa por la mentira, la astucia, la tentación, y siempre se dispone a destruir a la Iglesia desde dentro.

Recuerdo que Juan Pablo ll – San Pablo II - dijo que se trata de una realidad antigua y presente, aunque precisaba también que no se debía pensar en la imagen de alguien que habita entre llamas, con cuernos y un tridente- ¿padre, hijo y Espíritu Santo, sus enemigos, o Judas, Caifás y Pilatos, sus aliados?- , es rojo, con cuernos y cola, sino que existe de modo real, tangible.

Se comenta sobre el Diablo todo el tiempo en el habla corriente sin el contenido teologal de la Iglesia. Y como fue en diversos diablos y espíritus perversos entre los herméticos sacerdotes de gran poder. Y en el judaísmo – no todo judío es religioso o creyente- pero la Torá lo comenta: Satanás es palabra que llega desde el hebreo. Y Shaitán, en el Islam, está, por cierto.

En 1971 se publicó la novela El exorcista que llegó a vender 13 millones de copias solamente en los Estados Unidos
En 1971 se publicó la novela El exorcista que llegó a vender 13 millones de copias solamente en los Estados Unidos

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Satán, Satanás, Lucifer o Luzbel- el ángel caído y de gran belleza que desobedece al Creador y es expulsado-, pónganle cómo prefieran pero no hay caso: desde el más racionalista escéptico y ateo de los seres hasta la fe del leñador, en algún momento se nombra al Diablo. Cómo apodo alegre, con furia, cómo hincha de Independiente, está.

El Papa Bergoglio se refirió más de una vez a los abusos sexuales, no sin agregar al pasar que el Diablo es también “el gran acusador”. Lo tomas o lo dejas.

Es que aquí no hemos puesto todas esas letras para ahondar en el sentido de las religiones, asunto delicado, sino a recrear el suceso que se produjo en el mundo cuando en 1973 se presentó ‘El exorcista’, la obra maestra de William Friedkin, a partir de la novela de William Peter Blatty. Quién la haya visto no la olvidará nunca: es el terror absoluto conseguido con mano superior o, propongo, por obra del Diablo, ya que estamos.

Empieza a producirse tanto miedo y tanta inquietud cuando el padre Merrin – sacerdote y arqueólogo- encuentra en Irak una escultura del demonio Pazuzu y las visiones que se producen. El cura es Max von Sydow, menudo actor de casi todo Bergman y de Hollywood en una etapa (con Spielberg, anotemos: “Minority report”), y allí están Elen Burstyn, Linda Blair como Megan la niña de catorce años, como ella misma, la hija única de una actriz que, en Georgetown, es poseída por un demonio. Merrin acude con ayuda a encontrar y enfrentar el diablo que ha entrado en ella y la convierte en un ser horrendo, violento, con vómitos verdes, convulsiones, sube de golpe hasta el techo, agrede con fuerza inusitada, se retuerce, gruñe, habla con una voz estremecedora, en la cara se opera una transformación casi insoportable.

El director de El Exorcista se enfrentó a un exorcismo
El director de El Exorcista se enfrentó a un exorcismo

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El exorcista” – Friedkin es autor de la remake de “El salario del miedo”, de “French Conection”, Oscar redondo y sonoro y mucho más incluso en la televisión en la que se inició- culmina en una recuperación aparente de Megan, y Merrin sale en busca de aire puro y a mitigar los resultados de la lucha feroz contra el demonio pero sufre un infarto fulminante.

Linda Blair recibió el Oscar para ser luego una actriz reconocida, formada y participante de diversos conflictos sociales y políticos. Tal que “El exorcista” fue a la vez el único film de terror nominado. La recaudación fue enorme.

Verdad o leyenda, durante la filmación murieron nueve personas vinculadas con la realización, se produjo un incendio y se escucharon ruidos inexplicables. Linda Blair fue amenazada y custodiada por grupos religiosos integristas que consideraron al personaje propicio para los fines satánicos por años.

Algo nos dice en relación a Georgetown y a lo puesto en el principio por el Pontífice: allí se encuentra la iglesia jesuítica más grande e importante. Tanto Bergoglio como el padre Merrin en la película son jesuitas, y, debe ponerse, que el argumento abrevó Blatty, el escritor, en un caso auténtico, como suele emplear para seducir a las salas tantas veces.

¿Se producen hoy exorcismos? Si, desde luego. Son en cierto modo especialistas dentro de la iglesia – Jesús obró en ese orden con toda claridad- y se asegura que toman precauciones para confirmar si la posesión es auténtica. Para ellos la diferencia es inmediata, aunque puede pensarse en aquello del huevo y la gallina. Puede pensarse también que hay que andar con algún cuidado. Sobre exorcismos y lo demoníaco, no se hacen chistes por lo general. No se trata, supongo, de que el mal, puede llamarse como se quiera, se hace visible sin descanso en la colmena humana.

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