El peligroso riesgo de no hacer nada en el momento más crítico

La estrategia económica que lleva adelante el Gobierno parece reducirse a medidas y acciones que solo le permitan sobrevivir un día más. Cada cifra a pagar al FMI pone en evidencia las escasas reservas del Banco Central

Guardar
Foto de archivo: una persona camina frente a la entrada del edificio del Banco Central de la República Argentina (BCRA). REUTERS/Agustin Marcarian/File Photo
Foto de archivo: una persona camina frente a la entrada del edificio del Banco Central de la República Argentina (BCRA). REUTERS/Agustin Marcarian/File Photo

La Argentina confirma a cada instante que se encuentra transitando caminos que no llevan a ningún lado. La estrategia oficial parece reducirse a medidas y acciones que solo le permitan sobrevivir un día más.

Se confirmó el pago al FMI. Hoy se transferirán unos 2.700 millones de dólares, de los casi 12.000 millones de dólares que se deben pagar antes de fin de año al organismo. Esta cifra al mundo le puede resultar insignificante pero para nuestra precaria economía parece serlo todo. A pesar de las escasas reservas disponibles en el BCRA, el pago del vencimiento se cubrirá con una combinación de DEG –Derechos Especiales de Giro- y yuanes (disponibles gracias al famoso “swap chino”). Estos yuanes deberán reintegrarse a China en cuanto el FMI haga el desembolso esperado por la Argentina, algo que se espera que ocurra en los próximos días.

Lo interesante es que más allá que parece ser un hecho cierto que los desembolsos finalmente operarán tal como estaban previstos (y a pesar del incumplimiento de las metas por parte de Argentina necesarias para tal acontecimiento), nada está cambiando para garantizar esta incertidumbre no vuelva a repetirse en el futuro con cada uno de los próximos vencimientos. Seguir rematando los pocos dólares que le quedan al BCRA a precio oficial es uno de los grandes reclamos que organismo le hace a la Argentina, planteándole al equipo económico correcciones que éste no parece estar aún dispuesto a realizar.

Nada está cambiando para garantizar que la incertidumbre de las últimas semanas no vuelva a repetirse en el futuro con cada uno de los próximos vencimientos con el FMI

Más allá de nuestros problemas con el FMI, tampoco parecen llegar las soluciones en los demás aspectos del desorden económico. Nuevamente el gobierno tiene la intención de renovar el esquema de Precios Cuidados pero esta vez añadiendo un detalle novedoso: el programa no plantea ajustes en los precios de los productos desde ahora y hasta después de las elecciones PASO, algo bastante extravagante teniendo en cuenta que la inflación corre al 7% mensual. La única razón para que los empresarios puedan adherir es que les garanticen cierto grado de aprobación en las importaciones que en muchas empresas incluso se encuentran totalmente paralizadas. Las consecuencias de seguir incrementando la inflación reprimida son impredecibles.

El BCRA no detiene su sangría de reservas. En junio la merma ha sido en torno a los 700 millones de dólares y los dos canales que deben alimentar las arcas del Banco Central no parecen estar operativos: no hay crédito para la Argentina y los exportadores son reticentes a liquidar sus exportaciones a un dólar de 250 pesos y además ser impactados por las retenciones: prefieren especular con un 10 de Diciembre más prometedor (fecha esta que parece aún demasiado lejana). Además los importadores tienen más apetito que nunca ya que saben que la posibilidad de importar a un tipo de cambio que vale la mitad que el de mercado parece tener el tiempo contado. Un nuevo esquema de “dólar soja” y hasta un arancel adicional para las importaciones están dentro del abanico de posibilidades sin embargo los costos de aplicar cualquiera de las dos variantes serán muy altos: mayor emisión y mayor presión sobre los precios, nada que el gobierno desee en medio de una campaña electoral.

Todo parece indicar que el objetivo seguirá siendo el de soportar cada día los embates de la realidad. El tiempo dictará sentencia sobre el verdadero daño que se le está ocasionando al futuro por no estar haciendo hoy absolutamente nada para intentar salir de esta permanente decadencia.

Seguir leyendo:

Guardar