El peligro de la oclocracia

¿Estamos viviendo en una sociedad gobernada por la turba?

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Manifestantes se enfrentaron con la policía de Jujuy en las protestas recientes en esa provincia. REUTERS/Charly Soto  NO RESALES. NO ARCHIVES
Manifestantes se enfrentaron con la policía de Jujuy en las protestas recientes en esa provincia. REUTERS/Charly Soto NO RESALES. NO ARCHIVES

Sé muy bien que la oclocracia es un tema que se trata muy poco y que muy pocas personas conocen. Es probable que sea poco conocida porque no se trata mucho en los medios - entre otras cosas - pero es muy importante porque afecta nuestro sistema político y social y tiene que ver con el bienestar de la población. Voy a explicar mejor de qué se trata para contribuir al reconocimiento de un sistema que, inadvertidamente, nos está afectando.

Es posible que muchos digan: bueno, es un tema nuevo, pero no lo es. Este tema tiene muchísimos años, más de dos mil. Fue el filósofo e historiador Polibio, quien vivió 200 años antes de Cristo, el que lo definió a través de una teoría llamada Anaciclosis. En ella se describe una sucesión cíclica de seis etapas que se suceden en un orden específico: monarquía, tiranía, aristocracia, oligarquía, democracia y oclocracia. Cada forma de gobierno es susceptible de degenerar en la siguiente, lo que a su vez genera una nueva etapa de evolución en el ciclo. Como se puede ver, esta sucesión finaliza con el régimen de la oclocracia, que según la Real Academia Española se define como “Gobierno de las muchedumbres o de la turba, lo que ésta no dice es que se trata de una degeneración de la democracia”.

Según el politólogo argentino, Jorge Elías, “La oclocracia se aprovecha del enojo, la frustración y la desilusión de las personas con el sistema político para ganar apoyo. Es un fenómeno peligroso porque puede llevar a la degradación de las instituciones democráticas y a la erosión del estado de derecho”.

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Coincidiendo con Polibio, varios pensadores de la ciencia política como Giovanni Sartori, Alexis de Tocqueville y Ortega y Gasset, decían que los oclócratas buscaban la legitimidad apoyándose en el sector más ignorante de la sociedad, volcando hacia ellos la manipulación discursiva.

La oclocracia se caracteriza por la participación activa de grupos sociales con intereses específicos que buscan imponer su agenda a través de la movilización y la presión en las calles, muchas veces en detrimento de la institucionalidad y la legalidad. En este sentido, en Jujuy surgieron movimientos sociales y organizaciones políticas que utilizaron la movilización y la protesta como herramienta para imponer su agenda y presionar al entonces gobierno de turno.

La oclocracia en Jujuy comenzó con el nacimiento de la Organización Barrial Tupac Amaru, liderado por Milagro Sala hacia finales de la década de los noventa. El movimiento tenía como objetivo principal la lucha por los derechos de los sectores más vulnerables de la sociedad, pero con el tiempo se transformó en una estructura política que buscaba influir en la gestión del gobierno provincial.

Grupos que se movilizaron para ejercer presión en la Casa de Jujuy, en medio de las protestas contra la reforma de la Constitución. fotos: Nicolas Stulberg
Grupos que se movilizaron para ejercer presión en la Casa de Jujuy, en medio de las protestas contra la reforma de la Constitución. fotos: Nicolas Stulberg

Milagro Sala, por su cercanía con el entonces gobernador Eduardo Fellner, inició un proceso de concentración de poder al crear organizaciones paralelas al Estado, tales como la Coordinadora de Organizaciones Barriales, que funcionaban como una especie de poder en la sombra.

Durante este período, la oclocracia se hizo evidente en la toma de decisiones políticas. Las asambleas populares y las reuniones multitudinarias de Tupac Amaru se convirtieron en los lugares donde se definían las políticas públicas de la provincia. Las voces críticas eran silenciadas y la “opinión” de la multitud era la única que tenía peso en la toma de decisiones.

La oclocracia en Jujuy tuvo un final abrupto con la detención de Milagro Sala en enero de 2016. El gobierno de Jujuy acusó a Sala de malversación de fondos públicos y asociación ilícita, y la líder de Tupac Amaru fue condenada a 13 años de prisión. Con su detención, el poder de la multitud se disolvió y el gobierno provincial retomó el control sobre la gestión pública.

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En conclusión, la oclocracia en Jujuy durante el cuasi gobierno de Milagro Sala fue un fenómeno que puso en evidencia la falta de institucionalidad en la provincia y el peligro de la concentración del poder en manos de una sola persona o grupo.

¿Por qué resulta importante tener en cuenta a la oclocracia al realizar las siguientes consideraciones?

La oclocracia, como se vio en la provincia de Jujuy, puede tener efectos nocivos y permanentes en la sociedad. Uno de los efectos más notables es la desarmonía social y la polarización política que puede resultar de la concentración de poder en manos de una sola persona o grupo cercano al gobierno.

La oclocracia tiende a socavar las instituciones democráticas y a crear un ambiente en el que el gobierno es percibido como ilegítimo por una gran parte de la población. Esto puede generar una falta de confianza en las instituciones democráticas y en la capacidad del gobierno para gobernar de manera justa y equitativa.

De hecho, en Argentina se han producido numerosas protestas y movilizaciones en los últimos años, muchas de ellas lideradas por organizaciones sociales y políticas que buscan imponer sus demandas y presionar a las autoridades. Estas movilizaciones han sido en algunos casos muy masivas y han generado una gran visibilidad en los medios de comunicación y en la opinión pública.

Sin dejar de considerar que la movilización y la protesta social son herramientas legítimas y necesarias en una democracia, cuando se utilizan de manera abusiva o para imponer intereses particulares en detrimento del bien común, pueden generar conflictos y tensiones que socavan la confianza en las instituciones democráticas y la estabilidad política.

Choque entre manifestantes y la policía en la Legislatura de Jujuy. (Mariano Cicero)
Choque entre manifestantes y la policía en la Legislatura de Jujuy. (Mariano Cicero)

¿Cómo actúan los oclócratas para lograr sus propósitos?

Todo comienza creando divisiones en la ciudadanía y fundamentalmente en los órganos constitucionales de control del poder político central.

Apoyan la creación de asociaciones, grupos de presión, sindicatos, fundaciones, entes públicos diversos, y van repartiendo pequeños entes con un poder cuasi feudal a su servicio.

Por ejemplo, en el ámbito judicial se fomenta la creación de asociaciones “profesionales” que sirven (descaradamente) a los intereses políticos del grupo. El Poder Judicial que radica en cada juzgado, es dividido, así se controla mejor.

La transición de una democracia a una oclocracia puede ser gradual y hasta sutil. A menudo comienza con líderes políticos que socavan las instituciones democráticas y minan la confianza del pueblo en el sistema político. La corrupción, la manipulación y la desinformación pueden convertirse en tácticas comunes utilizadas para mantener el poder y controlar la opinión pública.

Conclusión

A estas alturas ya podría considerar que todo lo dicho les suena, que al menos sospechan que son testigos del origen y el progresivo crecimiento de una oclocracia en nuestro país y que ahora que le han visto la cara se preguntarán ¿Cómo se podría neutralizar el avance de la oclocracia?

Para neutralizar el avance de la oclocracia es importante tener un gobierno justo y democrático, que escuche a todos los ciudadanos y que siga reglas claras y transparentes. También es importante que la sociedad esté informada y crítica, para poder cuestionar y exigir que se respeten los derechos de todos los ciudadanos.

Con esto los estoy invitando a que, al ejercer su derecho a voto, tengan en cuenta que hay un peligro en ciernes, la oclocracia.

Según Otto Von Bismarck: “La oclocracia es un estado en el que todo el mundo es juez, pero nadie es juzgado”.

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