Amor a primera (entre) vista

Puede ser el inicio de una relación excepcional entre reclutador y candidato. La química y la conexión que se generan en ese encuentro pueden sentar las bases para un vínculo sólido

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Siempre debemos buscar, indagar y
Siempre debemos buscar, indagar y encontrar un equilibrio entre esta química que se genera en la entrevista y las habilidades técnicas que posee el entrevistado Foto: Monique Wüstenhagen/dpa

Cuando hablamos de amor a primera vista una de las primeras referencias que vienen a la mente es el dramaturgo inglés William Shakespeare. En su obra “Romeo y Julieta”, retrata el poder y la tragedia de un amor que nace a primera vista. Pero, ¿podemos trazar un paralelismo entre esta noción romántica de este amor a primera vista y el mundo del reclutamiento? ¡La respuesta es sí!

En los recursos humanos, concretamente en el área de reclutamiento y selección de personal, hay ocasiones en las que una entrevista de trabajo se convierte en algo más que una simple evaluación de habilidades y competencias. En ese breve encuentro, casi excepcional, se puede encender una chispa especial, y tanto el reclutador como el candidato pueden sentir una conexión instantánea.

Así como en el amor a primera vista, a este fenómeno podríamos denominarlo “AMOR A PRIMERA <entre> VISTA”. Y aunque sucede en contadas ocasiones, cuando ocurre, puede cambiar las reglas del juego en la selección de talento de las empresas e influir positivamente en el desarrollo de una relación laboral exitosa y satisfactoria.

Los invito a sumergirnos en las siguientes líneas y que exploremos juntos cómo esta conexión única puede cambiar la forma en que las empresas seleccionan a sus talentos, y el impacto positivo que genera en el desarrollo de la organización.

El concepto de ‘amor a primera vista’ y el proceso de reclutamiento y selección de personal pueden parecer totalmente desconectados, sin embargo, en ambos escenarios hay un hilo conductor sorprendente. Este paralelismo inesperado es el de la generación de una conexión instantánea y poderosa entre dos partes, basada en una serie de primeras impresiones. En el lenguaje de los recursos humanos, a este fenómeno lo denominamos ‘dominio de la afinidad’, un mecanismo clave que facilita una interacción efectiva y exitosa entre reclutadores y candidatos.

Tanto para el reclutador como para el candidato, se espera que una entrevista de trabajo genere cierta química. Pero cómo esta noción de “química” se basa en mecanismos principalmente inconscientes, es difícil explicarla en términos racionales.

Quizás es algo nuevo para los reclutadores asociar esta temática cuasi romántica a la búsqueda de candidatos para mejorar el reclutamiento, por eso, el amor a primera vista, tal y como lo presenta Shakespeare, puede ser un fenómeno arrollador, pero también muy complejo y al igual que en el reclutamiento, este tipo de amor requiere un alto grado de afinidad entre las dos partes.

Esta afinidad se puede explicar a través de una fórmula denominada “la matemática del amor” que fue desarrollada por Hannah Fry, matemática del UCL Centre for Advanced Spatial Analysis en Londres, en el que describe y da solución al “problema de la unión estable”, es decir, al reto de conseguir la afinidad entre dos personas. Según Fry, la química y la afinidad son componentes esenciales para una relación exitosa, ya sea romántica o laboral.

Al igual que en el amor, la química en una entrevista de trabajo puede ser difícil de definir. Influye en ella el 90% de la actividad del cerebro que es inconsciente. Cuando dos personas se encuentran y sienten una conexión instantánea, hay muchos factores no verbales en juego que influyen el vínculo, sentando las bases para una relación laboral sólida.

Al igual que el amor a primera vista, que se basa en la atracción mutua y la sensación de compartir una visión, en una entrevista de trabajo, empleador y candidato pueden descubrir que tienen objetivos y valores comunes. Esta alineación puede generar una conexión inmediata, similar a la que se da en el amor a primera vista.

Incluso, existen diversas herramientas diseñadas para fomentar y detectar la afinidad entre el candidato y el puesto o empresa. Por ejemplo, al aplicar ciertos sistemas predictivos, se puede anticipar más de un 75% de precisión el posible éxito laboral de un candidato. Esta probabilidad aumenta significativamente cuando se evidencia una alta afinidad entre el aspirante y la posición ofertada.

Aquí intentaré explorar cómo el primer encuentro puede generar una conexión especial entre empleador y potencial empleado, estableciendo las bases para una relación profesional sólida y exitosa.

1- El magnetismo inicial: una conexión más allá de las palabras.

Según un estudio de referencia realizado por Albert Mehrabian, la comunicación no verbal representa el 93% de la información que damos a los demás. Cuando dos personas se encuentran y sienten una conexión instantánea, a menudo es debido a una comunicación no verbal que trasciende las palabras. En una entrevista de trabajo, los gestos, la expresión facial y la postura corporal pueden transmitir confianza, empatía y entusiasmo, sentando las bases para una relación laboral sólida. Este magnetismo inicial puede indicar una compatibilidad en valores y una comprensión mutua, lo que es fundamental para un vínculo exitoso.

2- Alineación de objetivos y visión.

El amor a primera vista se basa en la atracción mutua y en la sensación de que ambas partes comparten una misma visión. De manera similar, durante la entrevista de trabajo, empleador y candidato pueden descubrir que comparten valores, objetivos y una visión común para el futuro. Esta alineación puede crear una conexión inmediata, ya que ambos se motivan mutuamente y se inspiran para trabajar juntos en la consecución de metas compartidas. Es más, un informe de Randstad afirma que sólo un 35% de empresas tienen en cuenta competencias personales para la selección de personal. Lo que valoran es que tengan la misma visión y objetivos.

3- Despertando la creatividad y la colaboración.

En los encuentros donde surge el amor a primera vista, hay una chispa de creatividad y una energía única que puede desencadenar resultados sorprendentes. En el ámbito laboral, esta chispa puede manifestarse en la forma en que el empleador y el potencial empleado colaboran para encontrar soluciones innovadoras y desarrollar ideas frescas. La química generada durante la entrevista puede estimular un entorno creativo y una dinámica de trabajo enriquecedora, llevando a ambas partes a alcanzar su máximo potencial.

Este factor debe tenerse en cuenta, ya que es uno de los principales que marcarán el futuro del empleo en un 85% a nivel mundial, según un estudio de Steelcase. Es decir que, la creatividad, será una de las habilidades más valoradas para el futuro, tanto para el 56% de los trabajadores como para el 46% de los empresarios.

4- Confiando en la conexión mutua.

En el amor a primera vista, la confianza se establece de manera casi instantánea. En la primera entrevista de trabajo, puede desarrollarse un nivel de confianza mutua entre el empleador y el potencial empleado. Esta confianza puede basarse en la intuición, experiencias previas, referencias y la capacidad de establecer una conexión auténtica. Con una base sólida de confianza, ambas partes pueden avanzar con seguridad, sabiendo que cuentan con un equipo en el que pueden confiar.

Cuando la química entre un empleador y un potencial empleado es palpable desde la primera entrevista, puede impulsar el crecimiento profesional y personal de ambas partes, y allanar el camino hacia un futuro prometedor en el que el talento florezca y se desarrolle plenamente. El “AMOR A PRIMERA <entre> VISTA” puede ser el comienzo de una colaboración excepcional en la que ambas partes encuentren satisfacción, logros y éxito en su camino conjunto hacia el cumplimiento de metas y aspiraciones.

Se puede seguir debatiendo este tema desde diferentes aristas muy diversas, pero para concluir, es necesario reconocer que la primera entrevista puede marcar el comienzo de una relación laboral grandiosa. Al igual que en el amor a primera vista, la química y la conexión que se generan en ese encuentro pueden sentar las bases para una relación sólida y exitosa entre empleador y empleado.

Compartir valores, objetivos, despertar la creatividad y desarrollar confianza mutua son elementos clave para cultivar una relación duradera y productiva. Pero no termina ahí; hay que tener en cuenta que la selección de personal basada únicamente en la “química” no es objetiva; no dice nada sobre la formación y la forma de trabajar del candidato. Siempre debemos buscar, indagar y encontrar un equilibrio entre esta química que se genera en la entrevista y las habilidades técnicas que posee el entrevistado.

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