La carrera de armas nucleares

El período de reducción de armamentos de este tipo post guerra fría parece haber llegado a su fin

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La carrera de armas nucleares ha iniciado una nueva era. El período de reducción de armamentos nucleares post guerra fría parece haber llegado a su fin. La tendencia es preocupante por el ritmo de la modernización de los arsenales como por la retórica que exacerba el papel que desempeñan las armas nucleares en las estrategias militares. En los últimos años el número de ojivas nucleares ha aumentado con un inventario calculado en las 12.512 armas nucleares (3.844 desplegadas en misiles, aviones y aeronaves que circulan por todos los Océanos). Fuentes especializadas indican que alrededor de dos mil armas nucleares se encontrarían en la actualidad en estado de alerta operativa.

La excesiva acumulación de armamento en circunstancias de alta desconfianza geopolítica, sitúa a la tercera década del siglo XXI en uno de los momentos más peligrosos de la historia de la humanidad. Este cuadro de situación, está liderado por tres superpotencias nucleares (Estados Unidos, Rusia y China) e integrado por seis países con armamento nuclear (Reino Unido, Francia, India, Pakistán, Israel y Corea del Norte). La alarma se extiende a media docena de países (en distintas áreas geográficas) en el umbral potencial de fabricar armas nucleares al contar con materiales y destrezas tecnológicas. El desarrollo de ese capacidad latente, sin llegar a realizar una prueba nuclear (explosión nuclear), no está expresamente prohibida por el Tratado de la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP).

De acuerdo al Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), China se encuentra en plena expansión del arsenal nuclear. Un proceso que contradice el propósito declarado por Beijing de poseer una fuerza nuclear reducida para mantener su seguridad nacional. La ampliación del arsenal, por volumen y características técnicas, supera ampliamente los objetivos de autodefensa. La producción y acumulación de material fisionable (plutonio y enriquecimiento de uranio), le permitiría duplicar el actual arsenal de casi 500 armas nucleares y equiparar en esta década a Estados Unidos y Rusia. Lo mismo respecto al número de misiles intercontinentales.

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El ingreso de China al status de superpotencia nuclear merece atención al estar al margen de cualquier tratado de control de armamentos nucleares. Ningún instrumento jurídicamente vinculante limita el volumen del arsenal chino ni de los lanzadores móviles utilizables. El comunicado de la última Cumbre de los G7 en Hiroshima, enfatiza que Beijing debería participar de mecanismos similares a las reuniones bilaterales entre Estados Unidos y Rusia de control de armamentos nucleares.

El despliegue de armas nucleares tácticas de Rusia en Bielorrusia, convierte a Europa en la región con la mayor concentración de armas nucleares en el mundo. Rusia ya había proporcionado a Minsk misiles Isklander y aviones convertibles para armamento nuclear. La decisión de Moscú, se suma al centenar de armas tácticas similares que Estados Unidos tiene emplazadas en Alemania, Bélgica, Italia, Países Bajos y Turquía además de las armas nucleares estratégicas que cuenta el Reino Unido y Francia. Tanto Londres como Paris ya han anunciado la decisión de aumentar el arsenal que disponen en submarinos dotados con decenas de misiles múltiples de cabezas nucleares.

Estos ejemplos ponen de relevancia la necesidad urgente de restaurar la diplomacia multilateral de desarme para reducir las amenazas a la estabilidad internacional. Asimismo, para acordar una hoja de ruta que incluya promover la entrada en vigor del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, fortalecer los controles internacionales sobre las armas nucleares y dar cumplimiento al compromiso de desarme asumido por las principales potencias nucleares, hace más de medio siglo, en el artículo IV del TNP.

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