Depresión, angustia, ataques de pánico. Muchos los sufren, pero de muy pocos se sabe. Le pasa a Alejandro Sanz, le pasa a Karina La Princesita. Ellos reconocen el problema y deciden hacerlo público y trabajarlo en terapia.
¿Pero porqué mucha gente no puede? ¿Por qué mucha gente piensa, “esto a mí no me pasa”?
Porque da vergüenza. El padecer emocional no tiene buena prensa, y muchos pasamos nuestros días pretendiendo con los demás que estamos mejor de lo que en realidad estamos. El que sufre problemas emocionales, muchas veces se siente estigmatizado. Socialmente, a veces se compara a los padecimientos emocionales con enfermedades mentales graves. Son varias las frases que a veces aparecen. Estar “mal de la cabeza”, “estar loco”, o “psiquiátrico”. A veces se asocia a la falta de salud mental con la violencia, o estados de enfermedad mental violentos. A la persona que padece estados emocionales con altibajos, se califica de bipolar. Y estos son sólo algunos ejemplos.
En trastornos de la salud mental hay sintomatología variada. La mayoría de estos síntomas nos han pasado a todos y están lejos de la locura o de ser desórdenes psicopáticos. Estos pueden ser: poco ánimo, falta de concentración, trastornos en el sueño, ataques de pánico, cambios de ánimo, tristeza, irritabilidad. A veces, también repercuten en el cuerpo: migrañas, colon irritable, sarpullidos en la piel, problemas respiratorios, alergias, disfonías.
Ante el pudor de padecer un trastorno de estas características, a veces aparece la total negación. “Yo no voy al psicólogo porque no estoy loco”, es una frase muy común de escuchar. Pero a veces, la fantasía que subyace y las preguntas que aparecen son más complejas: “¿por qué no soy estable como el resto?, ¿por qué somatizo en mi cuerpo?, ¿en qué estoy fallando?, ¿tendré algo malo en mi cabeza?”. Las preguntas y posibles respuestas pueden convertirse en ideas recurrentes que aterran cada vez más.
Toda esta situación se convierte en una bola de nieve que se hace cada vez más grande. Para frenarla, hay tres cuestiones que deberíamos poder analizar.
1) Cualquiera puede sufrir problemas de salud mental, sin que eso signifique haber llegado a la locura o la psicopatía.
2) La angustia, la depresión, el ataque de pánico. Es absurdo negar algo que en determinadas circunstancias es esperable y humano.
3) No tiene nada de malo pedir ayuda. Al contrario, es el primer paso a resolverlo y una de las pocas formas de solucionarlo.
Es por eso que las intervenciones de Karina y Alejandro Sanz son tan importantes. Fíjense, que no es a través del Estado y por políticas gubernamentales de prevención que se pone en el tapete hablar de la salud mental. Es a través de estos exitosos cantantes, que instalan otras importantes preguntas en la sociedad. ¿Hablar sobre mis estados emocionales alterados está permitido? ¿Por qué la enfermedad mental es un tabú? Si a ellos que tienen fama, dinero y, en apariencia, la vida resuelta, les pasa que sufren depresión y ataques de pánico. ¿Por qué no puede pasarme a mí?
Ellos también como cualquier humano atraviesan el cansancio y se hacen preguntas que todos nos hacemos. ¿Estoy conforme con lo que soy o con lo que hago? ¿Vale la pena el esfuerzo? Al contrario de lo que a veces se piensa, expresar angustia o padeceres emocionales no es de débil. Es de una gran valentía.
Pero para llegar a eso, primero hay que hacerse la pregunta: ¿qué me está pasando? Si una persona no se siente bien y entra en ostracismo, ataques de ira, de pánico o de angustia permanente, hacerse la pregunta es fundamental. Hay que terminar con el engaño de que no pasa nada, cuando sí pasa.
Sentirse mal emocionalmente, por momentos devastado o desarmado y sin respuestas, tiene también su parte positiva. Es el punto de inflexión en el que uno tiene la oportunidad de decir basta. Y a partir de allí, decidir qué hacer con esos sentimientos desagradables, evaluar de dónde vienen y tomar decisiones que ayuden a superarlos.
Hay que desmitificar que tener alteraciones del humor sea estigmatizante. Hay que animarse a hacer preguntas y saber que muchas veces precisamos ayuda. Solos no podemos tener todas las respuestas. Es necesaria la mirada de otro, una mirada distinta. Y mucho mejor sí es de un profesional de la salud mental que nos pueda acompañar para desenmarañar esos fantasmas que circulan dentro nuestro, y que probablemente no entendemos y no sabemos de dónde vienen.
Hay que animarse a hacer la pregunta ¿Qué me está pasando? Y compartir la respuesta. De la salud mental sí se habla.
* Elvecia Trigo (M.N. 5442) es psicóloga y psiconalista. Es socia activa de la (AEAPG), y realiza prevención sobre diversos temas de salud mental y emocional en medios masivos, redes sociales y a través de su canal de Youtube.
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