Las ideologías al servicio de la Patria

En los 70 había peronistas, radicales, liberales y socialistas patriotas que defendían una concepción de Nación. Hoy tenemos una buena masa de peronistas, radicales y liberales que son absolutamente colonialistas

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Acto del kirchnerismo en la Plaza de Mayo (Franco Fafasuli)
Acto del kirchnerismo en la Plaza de Mayo (Franco Fafasuli)

Las ideologías son instrumentos que pueden ser considerados al servicio de la Patria o de ser colonia. Argentina tuvo liberales del lado de la concepción colonial, como es el caso de la dictadura de Martínez de Hoz, Cavallo, Menem y Macri con la deuda. Tenían la ridícula idea de que el mundo es libre y hay que abrir los mercados. Orlando D’Adamo, el brazo derecho de Gelbard, cuando le hablaban de becas decía: “Yo les doy las becas pero no para que vayan a Harvard o Oxford sino a las aduanas, a las aduanas de esos países y vean cómo protegen su producción”.

La limitación mental de creer que algún país del mundo es tan liberal como para dejarse influir, es una religión de menor desarrollo intelectual. El mercado es un dios de la limitación mental y no es una religión, es un instrumento. Si nunca pudimos juntarnos con Europa, con el Mercado común, es porque para ellos el agro es débil y para nosotros es fuerte. Y aunque el agro sea una parte menor, nunca se llegó a la integración, se habla de cosas que no se hacen. Es como ideología para tontos. Todos los países fueron proteccionistas y lo siguen siendo. Miremos cómo es China, cómo es Europa, se puede decir que la concepción liberal de mercado es grotesca, que no existe. Estuvimos unos días en Bari y recién en el último vimos una estructura pequeña que era un supermercado, en el exterior del centro histórico. No encontrábamos supermercados en Bari. La estructura productiva y de usabilidad para esa ciudad eran los trenes. Cuando Menem destruyó nuestros ferrocarriles estaba cambiando pueblos originarios con su cultura y su esfuerzo por barrios privados. Es cuando en lugar de sostener el arraigo de los pobladores, se inventa el arraigo de los enriquecidos.

Un intelectual amigo, Francisco Sercovich, tiene un concepto que siempre me llamó la atención, dice que estamos privatizando la riqueza y socializando la pobreza y que esto lo imaginan como único destino de la modernidad. La idea es clara desde que empezaron el camino de romper las regulaciones fueron dejando que las grandes empresas se coman a las pequeñas y hoy esa situación es a la vista dura, porque de una sociedad integrada que fuimos hasta los 70, hoy somos de las más desintegradas posibles.

Los economistas imaginan que la economía debe ser la misma para todas las fuerzas políticas, como si la única medida válida fuera la de ellos que trabajan para los grandes grupos económicos mientras el resto de la sociedad, que desconoce las consultorías, no tuviera derecho a estar presente. Sin embargo esto no es su culpa sino de la política que debe ser quien la conduzca. La economía no debe ser elemento central de una coyuntura ni única visión de la política.

Las ideologías son secundarias en la medida en que esté asumida con certeza la idea de Patria. Quiero decir que en los 70 había peronistas, radicales, liberales, socialistas patriotas que defendían una concepción de Nación. Hoy tenemos una buena masa de peronistas, radicales y liberales que son absolutamente colonialistas, es decir que tienen una visión de nuestra sociedad como si se tratara de una geografía que genera riquezas para el resto del mundo y cuyo usufructo se llevarán metódicamente los grandes grupos económicos. Necesitábamos superar la grieta, el Presidente lo logró, no por el prestigio, que le queda lejos, sino por el desprecio que provoca a todos los sectores. Aparece Milei como una expresión que recupera los asesores de Menem. Tengamos en cuenta que la dictadura, Menem y Macri tuvieron una política coincidente de apoyo a la concentración económica en nombre de la libertad de mercados.

El discurso y el acto de Cristina Kirchner tienen varios elementos en juego, en primer lugar destaco la gran cantidad de gente que asistió porque pertenece al espacio del pueblo y un tema importante a tener en cuenta es que el PRO nunca intentó contener a los humildes. Un segundo elemento a analizar es el discurso en el cual plantea cosas discutibles puesto que yo no creo que los años del kirchnerismo hayan sido de mejoría, fueron mejor que los de Menem sí, pero también transitó por un tiempo enamorado de Cavallo, a través de un Alberto Fernández abrazado a Cavallo; tenían esa enfermedad de la decadencia, de la colonia próspera asumida con alegría por miles de personajes pensando que les tocaba una gerencia de la filial colonial de turno.

Hay un discurso de CFK que plantea “patria o colonia”, eso es clave y le cabe el sayo a Macri con la deuda y lo que no pudo explicar. Esto no salva al menemismo porque la decadencia argentina los abarca y muestra algo que es para meditar, con el gobierno más ridículo de la historia que es el que tenemos, la oposición no tiene garantía de triunfo, primero porque no tiene líderes y segundo porque el recuerdo del endeudamiento sigue tan duro y vigente como la destrucción que Menem hizo del Estado. Para esa gente privatizar era robar y robaron lo de todos. Vuelvo con esta frase de mi amigo Sercovich: “Privatizar la riqueza para socializar la pobreza”.

El acto tuvo el mérito de una gran movilización pero hay una enorme distancia con el peronismo que fue siempre una convocatoria hacia los obreros y a la producción, o sea a una concepción de patria. Aquellas multitudes eran verdaderamente el pueblo. Los derechos humanos -nos duela o no- se corresponden con la clase media. En el peronismo nunca hubo micros porque la gente iba sola. El kirchnerismo no tiene similitud alguna con Mujica en Uruguay, Lula en Brasil o Evo en Bolivia, porque ellos tienen coherencia en la historia de lucha contra el sistema liberal mientras que el kirchnerismo tiene en sus orígenes demasiada cercanía a Cavallo con su idea de destrucción del Estado y que es lo mismo la producción nacional que la extranjera.

El kirchnerismo es el mejor gobierno para los kirchneristas, el macrismo para los que no tienen necesidades y Milei para los que están desorientados. Pero para los argentinos, como totalidad, no hay candidatos.

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