En agosto de 2021 mi columna se llamó Derrotar al Feudalismo del S.XXI. Hoy este título no ha perdido vigencia, visto la abierta violación de la Constitución que hacen algunos gobernadores provinciales, que parecen desconocer no sólo la decisión de poderes sino la regla de la periodicidad de los mandatos. Algo que hace mucho no se enseña en la escuela, ni en los Institutos de Formación docente, una paradoja que se esconde en currículums plagados de política, y declaraciones de derechos atados a la agenda de minorías ruidosas y muy bien pagadas.
¿Qué tiene que ver esto con la educación? Todo.
Básicamente porque sin educación, sin conocimiento no se puede discernir el atropello de la Ley. Los dialoguistas profesionales, de todos los sectores, sientan a su mesa a quienes violan la Ley Fundamental, la que consagró la Libertad y los derechos de propiedad como piedras basales de la República representativa.
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En medio de la vorágine electoral, las alianzas y las coaliciones, seguimos perdiendo el norte.
La inflación monopoliza las discusiones y preocupaciones de una sociedad que sólo se acuerda de la educación, un ratito, cuando las evaluaciones nos recuerdan que estamos en último escalón en todo, cuando algún empresario dice que no consigue gente preparada para trabajar; o cuando el año escolar debuta con los paros que ya forman parte del folklore local.
Desde que comenzó 2023, hemos analizado muchas cuestiones de fondo en el que los educadores hemos alcanzado valiosos consensos. Los Padres Organizados siguen siendo un bastión fundamental en la lucha por la calidad educativa y el grupo de Directivos Organizados de Santa Fe, ha sostenido sin banderas políticas esa misma lucha, enfrentando con la Ley en la mano la trasnochada Secundaria de Avance Continuo que destruyó todos los indicadores educativos de la provincia. La fracasada gestión de la ministra renunciante, logró que un puñado de escuelas se sumara; con una zanahoria con forma de pizarra digital; a la improvisada iniciativa (de paso decimos que aún nadie conoce el paradero de tales artefactos).Quedó claro que existe una masa crítica sin miedo, dispuesta a dar la batalla por la Educación de calidad en Santa Fe.
Iniciada la campaña, que ocupará todo el año, empezamos a ver las fotos de los cortes de cintas, los videos mentirosos, y el oportunismo de algunos que buscan con una foto borrar la falta de inversión, los salarios docentes caídos, y las escuelas sin vidrios, calefacción o agua corriente.
En Santa Fe, y más claramente en Rosario, la violencia narco no ha tenido ninguna respuesta. Muy por el contrario, se ha exacerbado. Y el último objetivo son las escuelas. Ya hemos perdido la cuenta de la cantidad de balaceras, y los nombres de los chicos muertos son una herida imposible de cerrar. Mientras tanto, ninguna autoridad se ha hecho cargo, a ningún nivel. Indiferencia, declaraciones impotentes, pase de facturas entre fuerzas y personajes diversos. Ni siquiera se han presentado a dar el pésame a las familias.
Tampoco los que dicen defender los derechos de los niños, o los colectivos que tiñen nuestros edificios de colores, o denuncian discriminaciones subjetivas varias, los que creen que la inclusión se logra cambiando una Letra y destrozando la belleza de nuestra lengua. Ninguno de ellos se han hecho eco de la muerte de nuestros niños; o de las escuelas violentadas, vandalizadas, y tiroteadas.
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Por eso aunque seamos una voz que clama en el desierto, que más que nunca, debemos priorizar la educación en nuestra demanda a los candidatos. Si de verdad quieren gobernarnos, si tanto desean el Poder, tendrán que mostrar un compromiso concreto con la Educación. Decirnos cómo, con cuánto y con quién van a sacar adelante a una generación que no sabe leer, que no termina la secundaria, y que es carne de piqueteros y narcos.
Necesitamos gente, que no tenga miedo de transformar la educación y romper la ghettificación de nuestras escuelas. Hoy la escuela es una parte de la villa, donde no rigen las leyes del mérito, el trabajo y el estudio que convirtieron en ciudadanos de bien a millones de argentinos que salieron de la pobreza. Se ha institucionalizado la cultura marginal, los códigos tumberos. Los barrios periféricos tienen patrones del mal que han contaminado con billetes y drogas a barrios de gente trabajadora. Ante la mirada indiferente del poder de turno.
Basta de hablar de Finlandia, y seguir inaugurando canillas, o ventiladores vetustos. Basta de hablar de repitencia y no de calidad de los aprendizajes. Basta de trabajadores de la educación, necesitamos MAESTROS. Basta de hablar de robótica sin conectividad o con techos de escuelas galpón que se derrumban en pocos meses. Basta de planes y plancitos mientras las escuelas no pueden garantizar la seguridad de toda su comunidad.
Están matando a nuestros chicos.
Por todo eso y porque creo que los decentes y trabajadores somos más, #PonéEnlaUrnaEducación .
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