Si buscamos en Google información sobre directorios profesionales podemos encontrar material sobre asociaciones que agrupan directores, instituciones de capacitación de directores, plataformas y el cupo de diversidad. Pero hay poca información, fácilmente accesible y relevante, que explique la importancia de tener un directorio profesional.
Estamos en un momento del país en el que podemos hacer un verdadero cambio en este aspecto si logramos visibilizar la brecha profesional y buscamos cómo resolverla. Para generar el contexto, las empresas que cuentan con directorios son:
– Las públicas: cotizan en bolsa o emiten acciones negociables.
– Las privadas: compuestas por capitales cerrados.
– Las ONGs
Los directores pueden ser:
– Directores Ejecutivos: ocupan un cargo pago dentro de la organización y también forman parte del Directorio.
– Directores Independientes: son externos a la organización y generalmente cobran un monto por formar parte del Directorio.
La función principal de un director es velar por el bienestar, crecimiento y solidez de la organización, dejando sus intereses personales totalmente de lado y pensando puramente en las necesidades de la organización. Un directorio ideal es aquel que tiene cubierta todas las patas fundamentales que hacen al buen desempeño del negocio. Un ejemplo de esto sería tener un directorio compuesto por profesionales con conocimientos profundos en Finanzas, Legales, Recursos Humanos, Operaciones, Medio Ambiente, etc., y el gran desafío de las organizaciones hoy en día es entender el valor que tienen estos Directorios profesionales a la hora de pensar en la sustentabilidad del negocio.
La función principal de un director es velar por el bienestar, crecimiento y solidez de la organización, dejando sus intereses personales totalmente de lado y pensando puramente en las necesidades de la organización
Esos directores potencian necesidades de negocio y organizacionales. Por ejemplo, en esta época, la mayoría de las empresas están transitando procesos de transformación de lo tradicional a estructuras más ágiles y digitales. Por eso, una buena forma de apalancar esa transformación es poder contar con un Director con experiencia en transformaciones digitales que vele por que eso se lleve a cabo correctamente. Esto lo puede hacer desde diferentes ejes, por ejemplo, compartiendo conocimientos en el mismo directorio o trabajando de la mano con el management de la empresa para proponer estrategias, iniciativas y procesos novedosos.
Otro gran desafío que acompaña la parte dura de la transformación digital de las empresas es poder tener la cultura adecuada ya que, sin eso, no habrá transformación que triunfe. En esos casos, un director que lidere el cambio cultural desde el directorio y trabaje fuertemente con el management es de gran valor para lograr la cultura necesaria que impulse a la transformación digital.
¿Cuál es la diferencia entre un directorio profesional y uno no profesional?
Un directorio no profesional es aquel puesto a dedo por los accionistas con el objetivo de trabajar con gente con la que se sienten cómodos. ¿El motivo? Cumplen un formalismo legal pero no contribuyen ni toman decisiones. Un director puesto a dedo es similar a un sello de goma, ocupa un lugar en la mesa de dirección pero no tiene verdadera injerencia sobre el negocio ni las decisiones a tomarse. Muchas veces no son personas profesionales ni con experiencia relevante en el mundo de los negocios en sí.
Por lo tanto, a la hora de votar una estrategia de negocio, meramente hacen y votan lo que se les indica. No generan ideas ni tienen fundamento, por lo tanto, no hacen un verdadero aporte. En cambio, un directorio profesional está conformado por un pool de ejecutivos con trayectoria de negocio y conocimientos profundos en diferentes destrezas que hacen a la riqueza de debate y toma de decisiones estratégicas propagando el crecimiento de las organizaciones. Estas son personas reclutadas mediante un proceso formal de búsqueda. Se genera una descripción de las capacidades que debe tener cada director y se contrata un headhunter para que barra el mercado y presente los mejores candidatos para esas funciones. Se espera de ellos el compromiso de apoyar el crecimiento de la organización a través de aportar sus conocimientos y habilidades.
También existe el sesgo por parte de ejecutivos de grandes organizaciones que se retiran del mundo laboral. Suponen que podrían formar parte de un Directorio como un plan de retiro para “ocupar un par de horas de su agenda”. Esta es una visión incorrecta de lo que ser director implica. Es un trabajo como cualquier otro, con responsabilidades asociadas. Ocupa menos horas que las 40 semanales y tiene cierto glamour y prestigio, pero la expectativa vs realidad del rol, si es un directorio profesional, es totalmente diferente.
También existe el sesgo por parte de ejecutivos de grandes organizaciones que se retiran del mundo laboral.
Los países del primer mundo ya atravesaron la ruta de la profesionalización de sus directorios hace años. Países como Inglaterra tienen hasta estándares que las empresas deben cumplir para mantenerse dentro de la ley, como los assessments de los directorios, de manera periódica.
Desde nuestra red internacional (altopartners.com) veo que, a diferencia de Argentina, los procesos de búsquedas de nuestros partners en Estados Unidos y países de Europa comprenden en gran porcentaje procesos de búsqueda de directores para directorios. Nuestros partners son contratados una y otra vez debido a la concientización que existe en esas regiones sobre lo relevante que es contar con un directorio profesional si quieren lograr resultados excepcionales.
Entonces, ¿por qué será que en la Argentina existe menos foco hacia esto? ¿Seguimos siendo un país que corre por detrás cuando se trata de tomar medidas profesionales? ¿El contexto local obstaculiza las inversiones? ¿No contamos con pool de ejecutivos calificados para tomar estos roles? ¿Es muy costoso y los números no dan?
Yo pienso que mientras más incierto, complejo y obstaculizador el entorno, más foco deberían poner las organizaciones en asegurarse contar con el equipo mejor calificado que lo pueda llevar adelante para justamente, entre todos los miembros del directorio, se pueda armar una estrategia de negocio, cultura y propósito que lleve a la organización al nivel que se quiere llegar. ¿Qué estamos esperando?
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