San Nicolás, Provincia de Buenos Aires. Medio centenar de personas se agolpan alrededor de una tarima frente al Museo Casa de los Acuerdos, donde el ex Senador Esteban Bullrich presentó los 12 puntos del ¨Nuevo Acuerdo para la Concordia Nacional¨ que podría haber sido un hito en la restauración de la confianza de los argentinos en su dirigencia política. Un día histórico. Pero no lo fue.
No lo fue porque no asistió ninguno de los grandes referentes de la política argentina, no fue ninguno de los padres fundadores de esa casta política sobre la que Milei está construyendo la campaña más eficiente de la historia. No se subieron por dos horas a su auto con chofer nadie del gobierno, ni de la cúpula del Frente de Todos, ni siquiera quienes posaron para la foto Succession en la casa de Triaca unos días antes para mostrar unidad ¿no hubiera tenido más sentido que esa foto sea en San Nicolás? Habría que preguntarle a sus asesores.
Pero hubo alguien que sí fue, para sorpresa de todos, porque se posiciona en el extremo opuesto del abanico ideológico del organizador. Esa persona es Juan Grabois.
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Mientras todos los reflectores están puestos sobre Milei y su propuesta ¨motosierra¨, por la banda izquierda está sucediendo un fenómeno similar aunque de menor magnitud. Juan Grabois, sin estar todavía en el radar de las encuestas, puede significar el mismo voto castigo a la casta política pero en el segmento progresista que fue la base de apoyo de Cristina en los últimos años. Una opción que hace declaraciones sin complejos, que no viene de la política convencional, y que sale a debatir por fuera de los medios más cercanos a su espacio.
En la izquierda también hay un segmento grande del electorado que está tan cansada y tan frustrada con la política como el votante de Milei, un voto que en la historia reciente representó el kirchnerismo pero que hoy no se siente identificada por ningún candidato. La ausencia de Cristina en la oferta de candidatos solamente refuerza esta hipótesis.
Veamos algunos escenarios: si el candidato es Massa, una gran parte del electorado del Frente de Todos podría irse por la opción Grabois que los representa más, hiriendo de gravedad las posibilidades del Ministro de Economía en las elecciones generales. Probablemente pase lo mismo si el candidato es Scioli. Si el candidato es Wado de Pedro, aunque es un candidato más de izquierda, podría ocurrir algo similar aunque en menor medida. En todos los escenarios se ve un fortalecimiento de la candidatura de Grabois.
Veamos el caso de Chile, al principio del 2021, los candidatos seguros para ganar la presidencia de ese país eran Jadue por la coalición Apruebo Dignidad y Lavín por la coalición de derecha. Nada de eso pasó: lo nuevo, fresco y diferente se impuso en ambas primarias, quedando como candidatos Boric y Sichel para las elecciones generales. Un escenario similar puede darse en Argentina, donde candidatos nuevos como Milei y Grabois sorprendan por sus resultados en las PASO tanto por derecha como por izquierda. La diferencia, y aquí es donde radica la esperanza de Juntos por el Cambio, es que en Argentina la votación es obligatoria.
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