En una reunión de autoridades de educación de la Unión Europea y América Latina en Santiago de Compostela, el ministro español de universidades, Joan Subirats, anfitrión de dicha cita, anunció su propósito de llevar a la III Cumbre CELAC-UE de julio próximo, unas propuestas para el fortalecimiento de las relaciones académicas entre ambas regiones, en el marco de un Espacio Común de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación. Lo hará, según dice, “no tanto desde la perspectiva de las universidades, sino desde la perspectiva de los gobiernos”.
Importante la iniciativa del ministro, que recuperaría la perspectiva oficial para llevar adelante la propuesta del Espacio Común, que surgió hace diecisiete años, en la Cumbre ALC-UE de Viena de 2006, e incorporada en el Plan de Acción CELAC-UE de la Cumbre de 2015 en un capítulo especial sobre Educación Superior. Al interrumpirse desde ese año las cumbres oficiales, este y otros temas perdieron fuerza, al faltar el impulso político que siempre dieron las reuniones de los jefes de estado a las relaciones birregionales.
El propósito del ministro necesita, eso sí, contar con la comunidad académica organizada, que aporta la perspectiva y la experiencia de las universidades, de los profesores, estudiantes, investigadores y autoridades universitarias, es decir, de la sociedad civil académica. Esta comunidad birregional organizada viene trabajando en la creación del Espacio Común desde enero de 2013, cuando se celebró en Santiago de Chile la primera Cumbre Académica ALC-UE, en el contexto de la I CELAC-UE, posteriormente en la II CELAC-UE y luego en otras citas cumbre en Córdoba, Argentina, y en Bucarest.
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Con un enfoque “de base hacia arriba” (o “bottom up”), ha acumulado, a través de cuatro cumbres académicas y once seminarios temáticos, un importante acervo documental y de propuestas, ya publicado. Contando con el apoyo permanente de la CEPAL, la OEI, la Fundación EU-LAC, la Asamblea Parlamentaria EUROLAT, la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe, la Erasmus Student Network, el Instituto de las Américas y muchas otras organizaciones, ha incidido en los temas clave de esta construcción: la movilidad, el aseguramiento de la calidad, las acreditaciones, reconocimiento de títulos, programas conjuntos, vinculación con la sociedad y el sector productivo, la participación de las mujeres en la institucionalidad académica, y muchos otros que conforman una rica red de relaciones de la comunidad académica de ambas regiones.
En julio próximo, ya iniciada la presidencia española de la UE, se celebrará en la Universidad de Alcalá la V Cumbre Académica ALC-UE, con participación de rectores, decanos, directores, profesores, estudiantes, para analizar y dialogar sobre la problemática que enfrentamos después de la pandemia y los nuevos desafíos para la educación superior, la ciencia y la tecnología, que deben ser considerados en la creación del Espacio Común. La V Cumbre Académica emitirá un pronunciamiento al respecto y presentará una propuesta de un Acuerdo de Integración Académica Birregional, que llevará a las autoridades y a los jefes de estado y de gobierno reunidos en la III CELAC-UE.
Hay que considerar que entre la UE y América Latina y el Caribe contamos con 48 millones de estudiantes de educación superior, 9.400 universidades y 3 millones 200 mil profesores. Es una masa crítica que puesta en común puede constituir un pilar académico de la asociación estratégica de ambas regiones, generando una sinergia creativa concreta, para enfrentar desde la académica desafíos comunes, fortalecer la vinculación valórica y trabajar por el desarrollo sostenible.
Crear este Espacio Común de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación, sólo será posible con y desde la comunidad académica, con el marco institucional de los gobiernos. La III Cumbre CELAC-UE puede ser el momento apropiado si hay voluntad política y claridad estratégica.
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