En los últimos días vimos como el valor del dólar se fue a las nubes. El blue subió 70 pesos en una semana (de 390 a 460 pesos). Luego pegó otro salto y orillo los 500, para retroceder tras la intervención oficial, pero quedar claramente por encima de los valores de cuando comenzó la corrida. También crecieron las cotizaciones de los dólares CCL y MEP, en un movimiento que hizo que la brecha entre ello y con el blue incluso se abriera hasta niveles irracionales. Con estos valores, la nominalidad asusta (de 400 a 480 son “80 pesos”, aunque es apenas el 20%, igual que si subiera de 100 a 120, cosa que sucedió en el pasado).
La trabajadora o el trabajador de a pie, que difícilmente le sobre un centavo para comprar ningún dólar, sabe cómo lo afecta todo esto: será el “pato de la boda”, cuando todos los que puedan dolarizarse lo hayan hecho, lo que sigue es una feroz remarcación de precios (con la excusa justamente de la suba de la divisa), que reventará más aún los salarios, las jubilaciones y los ingresos en general de todas y todos.
Por eso es muy importante precisar por qué sube de esta manera la cotización del billete verde y, lo más importante, quiénes son los responsables.
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Comencemos por lo más obvio: prácticamente no hay reservas. El dólar sube porque el país se quedó sin esos billetes. ¿Cómo es posible si el año pasado hubo récord de exportaciones, que sumaron más de 80.000 millones de dólares? ¿A dónde se fueron? Muy simple, restando las importaciones (algunas necesarias, otras puramente especulativas) todo el resto se lo llevó los pagos de deuda externa (a los acreedores privados y al FMI) y la fuga de capitales. Acá ya aparece entonces el primer responsable: el gobierno del Frente de Todos, que viene sistemáticamente, desde que asumió, antes durante y después de la pandemia y, en el 2022, luego del acuerdo con el Fondo, permitiendo que salgan miles de millones de dólares casi cada mes en concepto de vencimientos de deuda.
Sobre esta primera realidad se monta lo que sigue: ¿por qué, en concreto, el dólar subió las últimas dos semanas? No fue por la pelea interna entre Aracre y Sergio Massa. Eso fue utilizado como excusa por los verdaderos especuladores, las multinacionales monopólicas exportadoras y los especuladores financieros.
La oposición de Juntos por el Cambio aportó lo suyo, con sus llamados a Washington para trabar cualquier adelantamiento de fondos por parte del FMI. Javier Milei puso lo suyo con su delirante planteo de la dolarización de la economía.
También están las responsabilidades empresarias, de quiénes, como siempre, ganan a río revuelto, en particular si dicho “río revuelto” tiene que ver con el tipo de cambio. Las grandes empresas exportadoras, que concentran el negocio de la soja que fueron las grandes privilegiadas con los programas “soja I” y “soja II”, cuando en septiembre y noviembre pasado, respectivamente, el ministro Massa les dio una cotización superior -de privilegio- ahora consideran que el soja III a 300 pesos (70 más que la cotización oficial) no es suficiente incentivo. Buscan más privilegios, apuntan a una mayor devaluación y, como dueños monopólicos de los pocos dólares que existen, desde ahí chantajean. Se niegan a compartir su dólar de privilegio con los productores, que tampoco les venden la soja nueva para que exporten.
Por supuesto que, además de los monopolios exportadores, en la suba del dólar de estos días hay otros responsables: los especuladores financieros y bursátiles, que por medio de mil caminos, con la vista gorda del Banco Central, salen a comprar dólares y hacen subir las cotizaciones.
¿Cómo se para esta sangría? Simple. No gastando los pocos dólares que quedan con más pagos de deuda externa; y terminando con la especulación nacionalizando la banca y el comercio exterior.
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