El viernes 16 de abril, el jefe del grupo de mercenarios Wagner, Yevgeni Prigozhin, declaró cumplidos los objetivos de la campaña militar rusa en Ucrania y propuso limitarse a defender los territorios conquistados. Se trata del líder de la organización paramilitar más combativa del sistema militar ruso, quien tiene autonomía y se proyecta también como líder político.
Mientras sus mercenarios combatían intensamente en Bajmut, en un artículo publicado en Telegram sostuvo que “para las autoridades (de Rusia) y la sociedad en general, es necesario poner punto final a la operación militar especial”. Añadió que la idea sería “anunciar que Rusia ha conseguido los resultados que perseguía, que de cierto modo lo hemos hecho”. Agregó que “en teoría, Rusia ya puso un punto final mediante la aniquilación de gran parte de la población masculina activa de Ucrania, y la intimidación de otra parte, que huyó a Europa”. Destacó que Rusia ha conseguido la conquista del Mar Azov y se apoderó de gran parte de la costa ucraniana del Mar Negro, creando también un corredor terrestre hacia la península de Crimea que ocupó en 2014. Para Prigozhin, ahora Rusia debe “fortificarse y aferrarse con uñas y dientes a los territorios que ya tiene y no llegar a ningún tipo de acuerdo con Ucrania, con la que sólo puede combatir”.
Pero esta sorprendente declaración del caudillo militar ruso no es aceptar una derrota en forma encubierta, ni blanquear un empate que de hecho se da en el terreno. Se trataría, en cambio, de una estrategia para precipitar el derrumbe del Estado ucraniano, generado por la suspensión de la ayuda occidental que implicaría el cese de la guerra.
Paralelamente, el Jefe Adjunto del Consejo de Seguridad de Rusia, el ex presidente Dimitri Medvedev, sostuvo en Twitter que Ucrania “dejará de existir” en cuanto deje de recibir financiamiento de EEUU y Europa. También sostuvo que “el primer ministro húngaro, Viktor Orban, dijo que Ucrania es financieramente un país inexistente. Tan pronto como termine la financiación de Estados Unidos y Europa, la guerra terminará. Bien dicho, con audacia y precisión para un político europeo”. En Occidente, los usuarios de Twitter exigieron al nuevo dueño de esta red social, Elon Musk, que bloquee este tipo de comentarios de un político ruso sancionado, lo que no hizo. No obstante, la agencia oficial rusa Ria Novosti informó que la cuenta de Medvedev había sido bloqueado en Alemania y Polonia debido a legislaciones locales. Para el funcionario ruso, Ucrania se ha convertido en un “malentendido nacido tras el colapso de la Unión Soviética”. Cabe señalar que el FMI ha revisado las cifras sobre la caída del PBI ucraniano en 2022 y considera ahora que ha sido 29%, frente al 2% de Rusia. Respecto a este país, el organismo financiero internacional estima para el año en curso un crecimiento del 1%. La dependencia de Occidente del gobierno de Zelensky no es sólo militar. Recibe fondos para financiar el Estado no sólo para hacer funcionar una infraestructura destruida, sino también para solventar los gastos de la administración, incluidos los salarios. Si la guerra cesara, como propone Prigozhin, este financiamiento probablemente se suspendería, precipitando un colapso en el funcionamiento de Ucrania.
La realidad es que el apoyo a Ucrania al comenzar el segundo año de la guerra, se está debilitando dentro y fuera de la Unión Europea. Dentro de ella, cinco países han reimplantado aranceles a la producción agropecuaria ucraniana. Se trata de Polonia y Hungría, que son los dos extremos frente al conflicto. El primero es el país más comprometido con la causa ucraniana y el segundo, por el contrario, el más lejano a ella. Pero los dos enfrentan un problema común: las protestas crecientes de sus agricultores porque la producción ucraniana, en lugar de usar a estos países como lugar de tránsito de sus productos, está siendo vendida dentro de ellos. La medida ha sido compartida por Rumania, Bulgaria y Eslovaquia.
La Unión Europea ha protestado contra medidas que habían sido adoptadas por consenso dentro de la organización. En el ámbito global, la visita del ministro de Defensa de China a Moscú ha mostrado que tras la visita de Xi, los vínculos militares se han hecho más estrechos. Pero ha sido la posición de Brasil la que ha tenido más efecto en el ámbito global. Ha profundizado su postura de neutralidad y en declaraciones ha puesto en un mismo nivel de culpabilidad por la guerra a Rusia y Ucrania. Zelensky respondió diciendo “pone a la víctima y al agresor al mismo nivel”. En cuanto a los Estados Unidos, crece la posibilidad que ganando Trump a fines del año que viene, decida suspender la guerra y restablecer la relación con Rusia. A medida que pasa el tiempo, el apoyo a Ucrania se va debilitando en la opinión pública estadounidense.
Simultáneamente, en forma sorpresiva Rusia realizó un ejercicio aeronaval de magnitud en torno a las islas Kuriles, donde mantiene un conflicto con Japón por la soberanía sobre ellas. El ejercicio incluyó 90 buques de superficie, submarinos y buques de desembarco. Fueron empleados también misiles con posibilidad de llevar cargas nucleares. Se realizaron operaciones de desembarco y empleo de medios aeronavales. Rusia busca demostrar que mantiene su capacidad como potencia militar global, pese a estar empeñada en el frente terrestre de Ucrania, que es la prioridad del Ejército, y donde hoy se está definiendo la guerra. En Japón, el mayor aliado de Estados Unidos en Asia, el ejercicio es percibido como una amenaza.
Cabe señalar que las conversaciones entre Moscú y Tokio respecto a la soberanía sobre las islas Kuriles se interrumpieron en 2022, al sumarse Japón a las sanciones económicas promovidas por Estados Unidos y sus aliados contra Rusia. Pero los ejercicios tienen lugar poco tiempo después de los realizados por China en torno a Taiwán, como respuesta a la visita de la presidenta de dicho país a Estados Unidos, donde se reunió en California con el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy. Si bien China no está proporcionando en forma directa armas a Rusia, la está respaldando desde el punto de vista político y estratégico.
El Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, visitó por primera vez Kiev, ratificando la posibilidad de que Ucrania sea aceptada como miembro pleno de dicha organización, tema que será tratado por los Jefes de Estado y de Gobierno de la misma que tendrá lugar en la cumbre de julio que se realizará en Vilna, capital de Lituania. Mientras tanto, el viernes 21 de abril se reunió el llamado Grupo de Rammstein, integrado por las autoridades militares de los 31 países de la alianza militar occidental y sus aliados globales, para coordinar el apoyo militar a las fuerzas ucranianas. Una vez más se puso en evidencia la limitación de proveerlas con proyectiles de artillería en tiempo y forma.
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