India, la nueva potencia global

Es el país más importante de esta nueva camada de potencias emergentes. Su riquísima variedad cultural, educativa, política, filosófica, religiosa, artística y ahora también tecnológica la hace única e irrepetible

El Primer Ministro Narendra Modi

Estamos viviendo una transición geopolítica, entre un orden mundial conducido exclusivamente por Occidente y uno nuevo, multipolar y complejo, caracterizado por el crecimiento de potencias emergentes con fuerte carácter nacional, activas defensoras de sus respectivas identidades, y en las cuales, simultáneamente, se expande esta acelerada globalización tecnológica. No se trata de la reproducción de los antiguos conflictos entre los nacionalismos tradicionales, sustentados en una estricta soberanía territorial y una lengua única, sino de decisiones estratégicas, en mantener el soberano derecho de los pueblos a conducir su propio proceso civilizatorio, sin el señoreaje de criterios culturales, políticos o institucionales, nacidos en otras latitudes. Los pueblos quieren el respeto por sus tradiciones, sus historias, sus culturas y sus valores, desafiadas por una corriente universalista, controlada por las élites cosmopolitas de esta época, desinteresadas de las desigualdades económicas y del devenir social de cada pueblo.

Se suele hablar del Sur Global como un conjunto indeterminado de países heterogéneos y diversos, que han comenzado a exponer una clara tendencia hacia la multipolaridad, asumiendo la modernidad tecnológica, pero respetando el mantenimiento de sus respectivas identidades nacionales; una realidad que Occidente no quisiera reconocer, porque pretende alinear al mundo en un obsoleto bipolarismo (EEUU-China), poco realista. No se trata de un renovado “Tercer Mundo”, término acuñado en 1952 por Alfred Sauvy, un demógrafo francés, en épocas de la Guerra Fría, ni tampoco del “Sur Global” inaugurado en la Conferencia de Bandung (1955), que expresaba la crítica a los brutales atropellos de las potencias (Vietnam; Budapest, Praga). Le siguió el “Choque de las Civilizaciones”, la tesis de Samuel Hungtinton, que remarcaba la indiferencia del Norte desarrollado sobre un Sur en vías de desarrollo. El FMI y el BM también se expresaron en términos semejantes, aunque la disparidad y diversidad de las naciones hace confuso toda esta terminología. Hasta China pretende ahora ser incluida en el Sur Global (lo cual es un disparate), alegando su posición geopolítica alternativa a Occidente y libre del bagaje de un pasado colonial. Es obvio que las prioridades y necesidades, sean económicas o en términos de democracia liberal, de Arabia Saudita o de Sudán (actualmente cursando una guerra civil), de la India o de Myanmar, de Brasil o de Angola, son todas particulares de cada nación. No pueden ser tratadas como una unidad ni existe ningún modelo de desarrollo estándar, capaz de ser aplicado a todas ellas.

Pese a sus fuertes identidades nacionales, los países se van conectando y hacen alianzas de todo tipo: económicas, financieras y militares. Una de las principales es el BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), donde se aprecia claramente la importancia de la demografía (suman 3.200 M de habitantes), de la posición geográfica (cubren Asia, Europa, África y América) y de sus respectivas historias. Habiendo analizado reiteradamente a China y a Rusia, es necesario ahora centrarse en India como el país más importante de esta nueva camada de potencias emergentes.

El 15 de agosto de 1947, alcanza la plena independencia del dominio británico, luego de ser fraccionado por los ingleses en India y Pakistán, siguiendo criterios religiosos (hinduismo e islamismo). Recordemos que el antiguo espacio indio pre-colonial era poli-céntrico y multiétnico, con zonas donde predominaban una u otra religión, pero también zonas mixtas, y enclaves de comunidades arcaicas o entidades místico-religiosas originales, todo matizado por un sistema de castas y representaba un mosaico civilizatorio muy particular. Toda la natural dinámica de la antigua civilización explotó con el fraccionamiento y fue sustituido por líneas divisorias artificiales, provocando graves problemas religiosos, culturales y étnico sociales, que caracterizan las independencias de muchos países coloniales, principalmente los ocupados por Europa y en particular por Gran Bretaña. Casi toda África es el mejor ejemplo.

El líder Jawaharlal Nehru (1889-1964), un seguidor de Gandhi, se convierte en 1947 en Primer Ministro; proviene de la casta más alta (brahmán), educado en Inglaterra, pero entusiasta luchador contra los británicos; frecuentemente encarcelado, pasó más de 10 años preso. La independencia de la India fue producto de un movimiento nacional, conducido por líderes muy educados y de ambas religiones. Las ideas políticas de Nehru lo llevaron a la creación del Movimiento de los No Alineados, en el que India desempeñó el papel principal, junto con la Yugoslavia de Josip Broz Tito (1892-1980) y el movimiento panárabe bajo el egipcio Gamal Abdel Nasser (1918-1970).

Los problemas geopolíticos de la India, se iniciaron en aquellos tiempos y aún subsisten parcialmente: con Pakistán (en los estados de Jammu y Cachemira); con China (zona del Himalaya). Durante su mandato, Nehru sufrió guerras con Pakistán (1947-1948) que prosiguieron durante el mandato de su hija Indira Gandhi, elegida en 1996, partidaria de su misma línea política. Bangladesh (ex Pakistán Oriental) se crea en 1971, con apoyo de India, sostenida a su vez por la URSS, mientras EEUU y China apoyaban a Pakistán. Con su victoria sobre Pakistán, la India mejoró su posición geopolítica. La década de los años 70 fue de crisis interna; Indira Gandhi impuso la emergencia nacional y asumió poderes supremos. Un posterior problema con los separatistas sijs del Punjab provocó operaciones militares sobre ellos, que respondieron con ataques terroristas, siendo Indira Gandhi una de sus víctimas mortales (1984). A su vez, su hijo Rajiv Gandhi es asesinado en 1991 por un terrorista tamil. A lo largo de su historia, India se enfrentó a tres tipos de terrorismo separatistas: el de los musulmanes, el de los sijs del Punjab y el de los dravidianos tamiles.

Hay 14% de musulmanes en la India, mayoritariamente sunníes, pero con un 30% de chiitas, siendo los más integrados a la sociedad india, aunque ambas corrientes religiosas lo están; en los estados de Jammu y Cachemira los musulmanes son mayoría. Los más fanáticos islámicos generalmente han emigrado hacia Pakistán, aunque aún permanecen pequeños grupos que practican la violencia armada, que constituye una grave y permanente amenaza para la seguridad de la India.

Luego de la dinastía Gandhi, relacionada a las corrientes socialistas, empieza a crecer una nueva generación política, encabezada por el Partido Popular Indio (Partido Bharatiya Janata), fundado en 1980 por numerosos grupos nacionalistas hindúes y basados en la idea del Hindutva (la identidad india), así como en el patriotismo, la soberanía y en proteger a la Nación de los intentos separatistas. El Partido Bharatiya Janata obtuvo una mayoría parlamentaria en 1996 y a partir de allí fue ascendiendo su poder político dentro de las coaliciones de gobierno. En el 2014 gana nuevamente las elecciones y su líder Narendra Modi se convierte en primer ministro.

La India moderna es un punto de encuentro multicultural y multinacional: sigue manteniendo ciertos lazos con la antigua metrópoli (el primer ministro británico, Rishi Sunak, es de origen indio y de religión hinduista), y también con Europa y EEUU; reconoce la economía de mercado y el sistema liberal-democrático; pero insiste en mantenerse independiente del Occidente capitalista mientras simultáneamente mantiene fuertes lazos de amistad histórica con la URSS (recibió fuertes apoyos materiales desde su independencia) y con la actual Rusia, que es su principal proveedor de sistema de armas. Como fundador del Movimiento de los No Alineados, hoy India se siente un líder representativo de las actuales potencias emergentes. Su larga experiencia en conflictos, internos y externos, la hace ser simultáneamente idealista en la búsqueda del mejor modelo para sus intereses nacionales y realista para saber negociar con todos, sin romper con nadie. Su riquísima variedad cultural, educativa, política, filosófica, religiosa, artística y ahora también tecnológica la hace única e irrepetible.

Tienen tres actores políticos internos: el nacionalismo liberal del Partido del Congreso (Gandhi et all), gradualistas pro-occidentales pero sostenedores de la identidad india, no alineada y hábil negociadora con los poderes de turno; el nacionalismo tradicionalista y conservador, del Partido Bharatiya Janata (Modri et all), actualmente en el poder, con fuerte criterio multipolar y sostenedor de una India Potencia, y finalmente los liberales cosmopolitas, partidarios del occidentalismo y de la alianza directa con EEUU y la OTAN.

En los días actuales, India neutraliza sus diferencias geopolíticas con Pakistán y con China, apoyándose en EEUU, en simultáneo con no suscribir las sanciones occidentales contra Rusia. Reconoce que Rusia inició un camino hacia la multipolaridad, de la que India se beneficia, comprando petróleo ruso barato. Modi habla de “Estado-Civilización” para referirse a la India, en concordancia con ciertos criterios chinos de solicitar el respeto a diferentes modos civilizatorios de las naciones. India, con sus más de 1400 M de habitantes y una reciente historia de liberación nacional es un buen ejemplo para estudiar geopolíticamente en profundidad; también económicamente, por su enorme mercado y militarmente, por ser un país poseedor de armas nucleares y tener el tercer presupuesto de defensa del mundo. Su enorme población y alta natalidad (nacen 86.000 niños por día) le juegan por el momento a favor de su crecimiento económico, cuyo PBI solo es superado por EEUU, China, Japón y Alemania. (continuará)

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