Una nueva fecha nos convoca a pensar qué hacemos para cuidar nuestra casa común, la Tierra, y para asegurarle a las próximas generaciones la vida en el planeta. Creemos que la salida de la crisis ambiental global que atravesamos debe ser colectiva. No alcanzan las exclamaciones esporádicas: la situación nos insta a consensuar y diseñar con amplios grupos de actores acciones que tiendan a instaurar un nuevo orden socio productivo ambiental.
La tarea no es fácil y está marcada por avances y retrocesos, pero estamos convencidos de estar realizando una labor importante desde nuestro lugar. Es imperativo que los países centrales, los que más impacto generaron a lo largo del tiempo, contribuyan con financiamiento para los países en desarrollo que, como Argentina, son acreedores ambientales dado que albergan bienes naturales fundamentales para toda la humanidad.
Como balance de lo logrado en estos años en Argentina podemos decir que, durante mi gestión al frente del Ministerio de Ambiente de la Nación, aumentamos de modo exponencial el presupuesto, que pasó de $4.359 millones en 2019 a más de $63 mil millones en 2023. Nuestras prioridades estuvieron puestas en reconstruir el Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF), promover los parques nacionales y fortalecer el cuidado de los bosques nativos del país y la gestión integral de los residuos sólidos urbanos (GIRSU). Además, conseguimos un crecimiento del financiamiento externo, aumentamos la ejecución e ideamos nuevos programas orientados a satisfacer demandas de la sociedad para contribuir al desarrollo sostenible.
Con respecto al cuidado de nuestros bosques, desde el Ministerio de Ambiente nacional incrementamos la inversión en el marco de la Ley 26.331, que creció más de 400% en 2022 con respecto al año anterior, pasando de $1.237 millones a $6.237 millones. A su vez, proyectamos invertir este año $10 mil millones, esto es 17 veces más que lo aportado en 2019, y tenemos en marcha fondos extras provenientes de una donación histórica del Fondo Verde para el Clima por USD 82 millones destinado a reducir la deforestación.
GIRSU es otro tema fundamental en el que nos pusimos a trabajar en cuanto asumimos y lo demostramos mediante fuertes inversiones en el sector. Ya impulsamos dos centros ambientales en Formosa y Concordia, finalizados, en tanto se avanza con otros seis. Iniciamos la licitación de dos proyectos y esperamos poder licitar otros siete con nuevos créditos aprobados por el Banco Interamericano de Desarrollo y otros organismos. Todo esto da cuenta de una verdadera herramienta de política pública puesta al servicio de la economía circular y de las personas, que revirtió la anterior etapa de desinversión en el sector.
También creamos dos nuevas bases para la operatoria del SNMF, duplicamos la cantidad de brigadistas de Nación, impulsamos un convenio colectivo específico de trabajo para las y los combatientes forestales, pusimos en marcha un sistema de alerta temprana de incendios en el delta del Paraná —que se extenderá a otros puntos del país—, fortalecimos la dotación de medios aéreos y brindamos equipamiento a brigadas nacionales y provinciales que consolidan el combate de incendios en todo el país.
Esta gestión avanza asimismo en la política de ampliar la cantidad de áreas protegidas, lo que se demuestra con la creación de cuatro parques nacionales nuevos: Ansenuza en Córdoba, Islote Lobos en Río Negro, Laguna el Palmar en Chaco y Parque Federal Campo San Juan en Misiones.
Lo actuado no agota lo necesario y es mucho lo que falta por hacer. Sin embargo, demuestra el compromiso que mantuvimos con la meta de contribuir al desarrollo sostenible, cuidando el ambiente y avanzando hacia una Argentina con justicia social.
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