La renuncia del presidente a competir en la elección presidencial de 2023 ha sido precipitada por la dinámica interna del Frente de Todos.
Probablemente contemplaba hacerlo más cerca del 24 de junio, fecha en la cual vence el plazo para presentar candidaturas para las PASO. Lo hace casi un mes después de que lo hiciera Mauricio Macri. En el caso de este último, no parece clara todavía la causa que lo llevó a anticipar una decisión que en los hechos terminó diluyendo su liderazgo.
Pero en el caso de Alberto Fernández, la circunstancia es clara: la reunión del Consejo del PJ convocada para la tarde de este viernes. En este ámbito, el presidente -que también lidera el PJ nacional- se encuentra claramente en minoría frente al kirchnerismo. Éste, a su vez, había anticipado que iba a promover una discusión sobre la estrategia general del Gobierno.
Probablemente, el Presidente quiso eludir esta situación, que posiblemente hubiera mostrado su debilidad política, aumentando la incertidumbre sobre la economía, que su foto con el ministro de Economía, Sergio Massa, no alcanza a disipar.
No será fácil la situación de Alberto Fernández de ahora en más. Por un lado, su candidatura como causa del conflicto con el kirchnerismo queda resuelta. Pero por el otro, su fortaleza para mantener la gobernabilidad en una situación compleja se debilita.
El problema es que faltan seis meses para la elección presidencial y un centenar de días hasta las PASO. Es mucho tiempo para la compleja situación económica, la tensión social creciente y las definiciones electorales pendientes en los dos espacios políticos principales, mientras que el crecimiento de Javier Milei genera preocupación dentro y fuera del país.