El Cisne Negro (2007) de Nassim Nicholas Taleb trata sobre eventos altamente improbables pero de gran impacto en la historia, los negocios y la vida en general. Estos eventos, según Taleb, son impredecibles pero tienen un impacto significativo. Además, los acontecimientos impredecibles tienen un impacto más profundo en el mundo político que en cualquier otro ámbito. El autor señala que la política a menudo se basa en la predicción y la planificación, pero los eventos altamente improbables pueden desbaratar incluso los mejores planes y predicciones. Analizar el crecimiento de Javier Milei, el cisne negro de la política, se impone como un aspecto necesario a esta altura de la carrera por la presidencia y de los últimos acontecimientos que lo favorecen.
Todo lo sucedido en torno a la trifulca interna de JxC fue una gran decepción, vimos cómo dirigentes, supuestamente distintos, se convirtieron en más de lo mismo. Vivimos en una sociedad hastiada y preocupada por su futuro inmediato. Un problema autoinfligido que se podría haber evitado con diálogo. Con el mismo diálogo que reclaman a la coalición gobernante. Un exceso de internismo que beneficia a Javier Milei, ya que abona el discurso de que la casta sólo se ocupa de sus problemas. A lo anterior se suman las declaraciones de Aníbal Fernández, que más que una torpeza parecieran realizadas adrede. Nadie con su experiencia dice que “va a correr sangre” por error. Todo esto sucede mientras la inflación y el dólar siguen horadando el bolsillo de los trabajadores. Como se ve, un combo perfecto para el discurso de bronca del candidato libertario.
Cuando Cristina Kirchner designó por obra y gracia de su “dedo” a Alberto Fernández como candidato a Presidente en 2019, cometió el peor error de su carrera política. Hoy fuertemente enfrentados, gran parte del fracaso de la septuagenaria dirigente se debe a la tremenda calamidad en que se convirtió un gobierno dividido en el que todos están peleados con todos, y para el cual llegar al 10 de diciembre próximo de pie se está convirtiendo en un interminable odisea. La contracción del Frente de Todos es más que evidente. Entre 2019 y 2021 perdió 40% de sus votantes. Desde la última elección el panorama social y económico se ha agravado aún más. La inflación no para de castigar fuertemente el bolsillo de los asalariados y la inseguridad ya es un problema nacional que se le fue de las manos.
Mientras tanto Milei araña el 20% de la intención de voto. Pareciera que las principales fuerzas políticas de la Argentina están haciendo todo lo posible por perder credibilidad, licuando su caudal electoral en favor del candidato libertario. Hay un cambio en el humor social y un encono contra la “casta” política que se revela impotente para solucionar los problemas reales del ciudadano de a pie, aspectos bien capitalizados por el economista. En el mundo los candidatos catalogados como de extrema derecha tuvieron resultados electorales que los terminaron llevando a la presidencia de sus respectivos países. Hay una cuestión adicional que debemos considerar, para muchos dirigentes del oficialismo el crecimiento de Milei es visto como algo positivo para sus intereses ya que le quitaría más votos a JxC. Entiendo que, a la vista de las últimas encuestas, y por sobre todo a la vista del recalentado humor social, solo ven el vaso medio vacío. Si Milei hace una buena elección, algo muy factible hoy, podría llegar al segundo lugar, relegando al FdT al tercer puesto, convirtiéndose así en el verdugo político de CFK, al sellar su suerte política futura.
En los últimos 10 años, hubo un aumento significativo en la elección de líderes políticos de extrema derecha en varios países del mundo. Estos líderes han logrado movilizar a una base de votantes descontentos con el statu quo, que buscan soluciones radicales a los problemas económicos y sociales. Veamos los casos más resonantes: en 2016, Donald Trump fue elegido presidente de Estados Unidos. En 2018, Jair Bolsonaro en Brasil. Viktor Orbán fue elegido primer ministro de Hungría en 2010 y reelegido en 2014 y 2018. En 2018, Matteo Salvini fue elegido viceministro del gobierno italiano en una elección que vio un aumento significativo en el apoyo a la extrema derecha; Andrzej Duda fue electo presidente de Polonia en 2015 y reelegido en 2020. También debemos considerar el caso de Volodimir Zelenski, el actual presidente de Ucrania, elegido en 2019, quien antes de entrar en política era conocido por su papel en la serie de televisión ucraniana Servidor del Pueblo.
Repasemos ahora las encuestas. En términos generales podría afirmarse que, de cara a las PASO, los indecisos hoy rondan el 30% del electorado. Hay un crecimiento de los libertarios que los coloca junto al FdT y a JxC en niveles del 20%, la principal diferencia es que los dos primeros se vienen estancando, mientras que los libertarios crecen desde “atrás”. En este estado de situación lo llamativo es que el combustible que impulsa las aspiraciones presidenciales de Milei hoy son los jóvenes y los sectores más carenciados de la sociedad, antiguos votantes del peronismo, luego del kirchnerismo y finalmente del cristinismo, más por pertenencia social que por convicción propia. Debemos reconocer que Milei supo construir un personaje creíble para lo que antiguamente era considerado un votante peronista pobre. Milei es un señor enojado, que grita e insulta a la casta dirigente, generando una conexión que impulsa la intención de voto por una opción diferente, que les permita la aspiración de un futuro mejor. Hoy el que logra llegar al sector menos politizado y joven de la “patria villera” es Javier Milei, el que lo vota lo dice en voz alta, en cambio el que vota al cristinismo o a JxC, no lo comunica, se lo guarda. Se los percibe como el pasado, la casta, que no pudo resolver el presente, en cambio para esos sectores carenciados de la sociedad votar por el candidato libertario es la oportunidad de un futuro mejor.
¿Por qué los pobres se inclinan por votar a Milei? La pobreza de hoy en día es “masiva”. En líneas generales la sociedad, mayoritariamente, tiene la percepción de ser más pobre. En el caso de los sectores más carenciados tienen una alta dependencia de la ayuda estatal. Hay millones de argentinos que solo conocen la pobreza, y no tienen ninguna perspectiva de salir de ahí. Son personas con nula o baja alfabetización y al margen del sistema. El problema es que trabajar dejó de ser un valor cultural a consecuencia de la “patria planera” instalada en las últimas décadas. El Frente de Todos sigue hablándole a los pobres y a los jóvenes con un discurso vetusto. Milei ha logrado conquistar una parte importante de votantes que antes eran exclusivos del peronismo. Consiguió construir un mensaje, de bronca contra la casta, que traduce la desazón y el hartazgo de quienes se sienten fuera del sistema.
Los pobres tienen una identificación histórica con el peronismo (está el dicho que dice “yo nunca me metí en la política, siempre fui peronista”), es una identificación cultural, que se viene desgastando con el paso del tiempo, el pobre siempre pensó que era conveniente votar al peronismo, porque sabía que otro se iba a ocupar de pelear por sus problemas, pero hoy esa certeza dejó de ser tal, con lo cual el ligamento cultural deja de tener efecto y se hace permeable al nuevo discurso “anti casta” que propone Milei. En parte se da lo anterior, porque se suma la noción de los trabajadores que están fuera del sistema, los que no están registrados, que no percibieron nunca los beneficios de pertenecer a un sindicato y tener alguien que los represente. Vale decir, el trabajo en negro que nació como una respuesta a la falta de soluciones del Estado y el fracaso de la política en encontrar un rumbo como nación, es la espada de Damocles que termina blandiéndose en contra del sistema populista y la patria planera.
Es en este estado de situación que Milei está jugando su partido, con la gran ayuda de sus principales rivales. Como siempre el tiempo será el dueño de la verdad.
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