Todo lo que usted siempre quiso saber sobre el bolonqui electoral porteño, pero nunca se atrevió a preguntar

¿Horacio Rodríguez Larreta cambió las reglas de juego? ¿Se podía votar como quería Mauricio Macri? ¿Qué sistema es mejor? Desdoblamiento, elecciones concurrentes y boleta electrónica. ¿Con qué se come todo esto?

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La Boleta Única Electrónica ya se utilizó en la Ciudad en 2015
La Boleta Única Electrónica ya se utilizó en la Ciudad en 2015

El jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta convocó a elecciones. Como se preveía, se va a votar el mismo día que las nacionales para las PASO, las generales y el eventual balotaje, pero con boletas separadas por una ingeniosa voltereta llamada “elecciones concurrentes”. Además, anticipó que, como en 2015, quiere que se vote con Boleta Única Electrónica (BUE).

Martín Lousteau, otrora enemigo del voto electrónico (el primero que diga que la BUE es una impresora se queda sin postre), descorchó un champú y se puso a saltar primero en una pata y después en la otra. Jorge Macri, oriundo de Tandil, intendente de Vicente López (en licencia), residente de La Lucila, hasta hace diez minutos pretenso candidato a gobernador bonaerense y actualmente a mandamás porteño, no se lo tomó tan bien.

Lo llamó enojadísimo al primo Mauricio y éste, que a diferencia de Lousteau supo ser paladín del voto electrónico pero se ve que ya no, se recontra calentó y, junto a Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal (también antiguas fanas de la BUE), le fueron con los tapones de punta a Larreta y, a mi juicio con plancha, lo acusaron de cambiar las reglas de juego.

Cambiar, lo que se dice cambiar, cambió Jorge Macri, que, como vimos la semana pasada aquí, está complicado para cumplir el requisito constitucional de residencia en CABA, aunque el Tribunal Superior de Justicia, siempre presto a las necesidades de la política, podría darle luz verde. La verdad, la verdad, la verdad es que, más allá de las obvias especulaciones electorales y cambios de camiseta de todos y cada uno de los involucrados, la decisión del Jefe de Gobierno está claramente dentro de lo previsto por la ley.

Esto no quiere decir que sea la mejor decisión para la democracia porteña ni que sea saludable que un político pueda, a sola firma, definir cómo debemos votar. Pero es legal. I’m sorry for you, Mauricio. Lo que sí no puede hacer Larreta, y a esto hay que estar muy atentas, es imponer la BUE. El sistema electoral porteño es, por ley, la Boleta Única Papel (BUP). El Poder Ejecutivo local no puede transformar la BUP en BUE. Eso depende de un tipito al que no conoce ni Magoya que se llama Ezio Emiliozzi.

¿Quién es este muchacho? La cabeza (en comisión porque la legislatura todavía no le dio el acuerdo de dos tercios del total de sus miembros que necesita por ley) de un organismo al que tampoco conoce nadie: el Instituto de Gestión Electoral. ¿Qué es? El equivalente porteño de la Dirección Nacional Electoral, pero con algunos condimentos: se supone que es autárquico y autónomo y que no recibe directivas, instrucciones ni condiciones de nadie. Sí, guiño, guiño.

Horacio Rodríguez Larreta (Franco Fafasuli)
Horacio Rodríguez Larreta (Franco Fafasuli)

La ley dice que, si quiere hacernos votar con BUE, el amigo Emiliozzi tiene tiempo hasta el 24 de junio (50 días corridos antes de la elección) para desarrollar o licitar un sistema (¿o va a hacer una contratación directa como acusó Laura Alonso?). En ese mismo plazo tiene que probarlo y, durante un mínimo de 30 días, someterlo a auditorías con participación del Tribunal Electoral, los partidos, los fiscales, ONGs, universidades y ciudadanos. Todo un desafío para apenas dos meses y medio.

Pero, ¿qué es esto de votar el mismo día pero con dos sistemas distintos? Bueno, mirá, básicamente hay tres alternativas para definir cómo vota una provincia o la CABA en relación con las elecciones nacionales.

Desdoblamiento

Las elecciones locales se hacen en una fecha distinta a la nacional y, en cuanto al instrumento de sufragio, es indistinto si usan el mismo o no. Pueden votar ambas jurisdicciones con boleta partidaria, boleta única papel o boleta electrónica, dependiendo de lo que disponga el código electoral de cada una. Lo importante es que votan en fechas distintas.

En la Argentina, por distintas razones, varias provincias tienen desdobladas sus elecciones de las nacionales y, hasta 2017, ocurría lo mismo en la CABA. Chaco y Tierra del Fuego, por ejemplo, disponen el desdoblamiento por vía constitucional. Santiago del Estero y Corrientes votan en años distintos para gobernador (las últimas fueron en 2021) porque su calendario se alteró con intervenciones federales.

En Corrientes igual no podría haber coincidencia para gobernador (sí para legisladores locales) porque la Constitución provincial dispone que se debe votar entre dos y cuatro meses antes de que termine el mandato, lo que ocurre el 10 de diciembre. Y, dado que en la Nación una ley de 2005 establece que se vota el último domingo de octubre, salvo que esto cambie nunca coincidiría con los plazos correntinos. Lo mismo ocurre en Santa Fe: hay que votar entre tres y seis meses antes del 10 de diciembre, cuando finaliza el mandato.

¿Y la CABA? Bueno, desde la primera elección post-autonomía (1996) hasta 2019 votó Jefe de Gobierno desdoblada de la presidencial. En 1996 y 2000 por razones obvias: no había elecciones presidenciales. Y luego porque en 2002 la legislatura dispuso el desdoblamiento obligatorio por ley. Esa norma estuvo vigente hasta 2018, cuando se aprobó el polémico Código Electoral porteño hoy vigente, que eliminó el desdoblamiento obligatorio y habilitó a la CABA a elegir si desdobla o no.

Pero no entiendo nada señora. ¿Por qué, entonces, en 2015 se votó con boleta electrónica? Esperá, estás mezclando las dos columnas del cuadrito. Una cosa es si votás o no el mismo día y otra cosa es con qué sistema. En 2015 la CABA votó desdoblada, como decía la ley desde 2002. Pero, además, cambió su instrumento de sufragio (la boleta partidaria de siempre por la BUE).

Y, como hubo PASO y balotaje tanto en Nación como en la ciudad, se produjo el famoso “los porteños fuimos a votar seis veces en un año” (PASO, generales y balotaje multiplicado por dos). ¿Y en 2017 qué pasó? Convenía el efecto arrastre, así que se suspendió por ley la BUE y la obligación de desdoblar, se adhirió a la simultaneidad y se votó a legisladores nacionales y locales en boleta partidaria larga.

Simultaneidad

En este caso, la provincia o la CABA adhieren a una ley nacional de simultaneidad vigente desde 1961 (para las elecciones generales) y a la reforma nacional de 2009 en la que se crearon las PASO (para las primarias). ¿Qué implica adherir a estas leyes? Que vas a elegir autoridades locales y nacionales el mismo día (o sea, no hay desdoblamiento) y, además, con el mismo mecanismo.

¿Qué mecanismo? ¿El local o el nacional? El nacional, obvio. Acordate que estás adhiriendo a una norma nacional de simultaneidad. ¿Cuál es ese instrumento nacional? La boleta partidaria de siempre (en las PASO varias, dependiendo de cuántas listas internas haya). La CABA adhirió a la simultaneidad, como vimos, en las legislativas de 2017. Y luego, ya con el nuevo Código Electoral de 2018 que eliminó la obligatoriedad de desdoblar, volvió a adherir en 2019 y 2021.

¿Cómo impacta esto? Al unirse ambas elecciones, se construyen boletas partidarias largas en las que los candidatos nacionales van junto a los locales y, por lo tanto, se produce un efecto arrastre, ya sea hacia abajo (candidata fuerte a presidente le suma votos al candidato menos fuertes a Jefe de Gobierno) o, como ocurre muchas veces, hacia arriba (candidato fuerte a gobernador o Jefe de Gobierno le suma votos al candidato menos fuerte a presidente).

Esta es la discusión política de fondo entre Larreta y Macri: en la interna de Juntos por el Cambio (JxC) en la Ciudad, Lousteau (UCR) no tendría un candidato fuerte a presidente y Jorge Macri (PRO) se llevaría el arrastre de todos, porque los dos candidatos relevantes de JxC son del PRO (Larreta y Bullrich). Y, aunque siempre está la posibilidad de cortar boleta, se corta poco porque es un incordio. Explicale a un extranjero que entrás al cuarto oscuro con tijera y adhesivo. ¿Vas a votar o a hacer un collage?

Concurrencia

Horacio Rodríguez Larreta y Martín Lousteau
Horacio Rodríguez Larreta y Martín Lousteau

Acá todavía estás afuera del desdoblamiento. O sea, vas a votar el mismo día a gobernador/a o a Jefe de Gobierno que a presidente. Pero no vas a adherir a la ley nacional de simultaneidad. Aunque votes el mismo día, vas a usar tu propio instrumento de sufragio. ¿Y cuál es ese instrumento? Bueno, depende de la provincia.

En el caso de la CABA, como vimos, es la BUP y, si el amigo Emiliozzi logra cumplir con todo lo que exige la ley, la BUE. Si la Ciudad elige no adherir a la simultaneidad, no puede votar con boleta partidaria. Desde la reforma de 2018 no existe más la boleta partidaria en esta jurisdicción. Solo podrías usarla si adhirieras a la simultaneidad nacional (porque se aplica el instrumento nacional).

¿Es un invento de Larreta la concurrencia? No. Está previsto en la ley porteña y ya lo usaron otras provincias. Santa Fe hizo elecciones concurrentes por primera vez para las legislativas de 2013: se votó el mismo día diputados nacionales (con boleta partidaria) y legisladores provinciales (con BUP). Salta hizo lo mismo para las legislativas de 2017, aunque en este caso con BUE para la elección local. Esto es lo que ahora se anunció en la CABA: se vota todo el mismo día (tanto para PASO como para general y eventual balotaje), pero con boleta partidaria para la nacional y BUE para la local.

Entonces, ¿cambió Larreta las reglas del juego? No. La concurrencia está expresamente prevista en el Código Electoral porteño de 2018. ¿Habría sido ilegal votar con boleta partidaria larga, como pretendía Mauricio Macri? No, tampoco. El Código también permite adherir a la simultaneidad. ¿Podría haberse dispuesto el desdoblamiento? Sí, también. Cualquiera de las tres opciones es legal en la Ciudad y las puede definir el Jefe de Gobierno a sola firma. ¿Está bien que sea a sola firma? No, sería ideal tener fechas y límites constitucionales o, al menos, legales. Pero es lo que hay (y en casi todo el país).

Genial, pero ¿qué es más consistente con la historia electoral de la CABA, lo que proponía Macri o lo que hizo Larreta? Ninguna de las dos. La opción más consistente es el desdoblamiento: votar en días distintos. Es lo que hizo esta ciudad desde su creación como gobierno autónomo hasta 2017 (si contamos las legislativas de medio término) o hasta 2019 (si sólo consideramos Jefe de Gobierno).

¿Y qué es mejor para la democracia porteña? Pues el desdoblamiento, igual que para cualquier otra jurisdicción autónoma que tenga una mínima ambición de llevar adelante elecciones en las que se discutan los problemas, intereses y necesidades de su población y no los de la Nación. Y, ojo, porque para desanclar de la nacional no basta con cambiar el instrumento de sufragio (como quiso plantear en estos días el actual Jefe de Gobierno). Tenés que desdoblar de verdad.

¿Pero no es más caro eso, señora? Y, ¿qué hacemos con lo de tener que ir a votar seis veces el mismo año? Bueno, ¿qué decirles? ¿Es caro? ¿Es un garrón? Lo siento en el alma, chicos, pero estamos hablando del acto público más importante de sus vidas. La democracia no es valiosa según cuán barata resulta o en función de cuántos domingos tenemos que dejar de ir a jugar al fulbito para elegir a la gente que va a definir buena parte de nuestras vidas. No jodan.

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