Nada es improvisado en el mundo Rodríguez Larreta. El martes 4 de abril, un rato antes del mediodía, grabó el spot que este lunes iba a conmover el escenario político argentino. Una semana antes de hacerlo público, ya tenía todo decidido. En el video se lo ve tranquilo, casi inconsciente del impacto que su anuncio iba a tener entre los dirigentes de la oposición. Contra la opinión de Mauricio Macri, de Patricia Bullrich y de su ¿ex? amiga María Eugenia Vidal, puso en marcha el sistema de boleta única electrónica, un histórico reclamo institucional de la oposición.
Horas después de grabar el video, Rodríguez Larreta se fue a España. Iba a visitar a su hija en Barcelona y pasó el fin de semana por Madrid. Mientras tanto, la tormenta política en la oposición iba creciendo y una pregunta recorría a los equipos de campaña de Patricia y hasta del propio Horacio. ¿Se va a animar a enfrentarlo a Mauricio? La mayoría de los dirigentes de la UCR, algunos de ellos sus posibles aliados, se mostraban escépticos. “El Pelado va a ir para atrás”. Como muchos, se equivocaban.
Rodríguez Larreta seguía tranquilo mientras se reunía en el domingo de Pascua con Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid. Es una de las personalidades políticas más populares de España y en mayo competirá por su reelección para seguir presidiendo la ciudad que está de moda en Europa.
Díaz Ayuso es una mujer combativa. Bien lo saben sus rivales de la izquierda, y sobre todos los del Socialismo y Podemos a quienes ha borrado del mapa político de la ciudad. Ella dice que ya no tiene rivales en Madrid y que su batalla es contra el presidente Pedro Sánchez. Eso le explicó a Rodríguez Larreta, durante la hora y media en la que hablaron en el Vincci Soma, un hotel 4 estrellas del barrio de Salamanca donde paró el porteño.
Para lograr su reelección, y mantener la mayoría absoluta con la que gobierna Madrid, Díaz Ayuso necesita votos de centro y hasta de izquierda. Por eso, incluye en su campaña cuestiones de género y de ecología. Isabel ha recibido la ayuda inesperada de la ministra de Género de España, Isabel Montero, quien lanzó sin mayor planificación legal la “ley del solo sí es sí” (una legislación para agravar las penas del sexo no consentido) con la que terminaron beneficiándose cerca de 800 agresores sexuales.
El mismo desafío para llegar a la Casa Rosada tienen Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, los dos presidenciables de Juntos mejor posicionados en las encuestas. La diferencia entre ellos es que el porteño cree que debe buscar esos votos en el centro y en el peronismo, mientras la ex ministra de Seguridad cree que los hallará en la derecha más dura, donde compite con Javier Milei.
Díaz Ayuso, tal vez sin quererlo, quedó en medio de la disputa entre Rodríguez Larreta y Mauricio Macri. Es que iba a estar en Buenos Aires para la cena de la Fundación Internacional por la Libertad, en la que talla fuerte el ex presidente, y a la que no pudo asistir por compromisos de la campaña. En cambio, sí se reunió ahora con el jefe del gobierno porteño y precandidato presidencial, a quien ya había recibido en marzo del año pasado.
Antes de que cayera el anochecer en Madrid, Rodríguez Larreta posteó un tuit con una foto de la reunión con Díaz Ayuso y enseguida comenzaron a lloverle críticas a la madrileña de tuiteros simpatizantes de Macri, de Patricia Bullrich y hasta de Javier Milei, todos tan admiradores de su trayectoria como desencantados con el encuentro. El Partido Popular de España tiene sus disputas internas (el gallego Alberto Núñez Feijóo será el candidato presidencial), pero está muy lejos de alcanzar el grado de confrontación que atraviesa a Juntos por el Cambio.
Luego de despedirse de Díaz Ayuso y de Madrid, Rodríguez Larreta viajó a Buenos Aires con la decisión tomada que lo lleva a un choque inevitable con Macri. A las 11.30 del lunes, anunció las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires se hagan bajo el sistema de boleta única, y que sean concurrentes con las elecciones presidenciales. Justo lo que no quería el macrismo.
No se trata de una sorpresa electoral. Los porteños ya votaron con Boleta Única Electrónica en julio de 2015, cuando Rodríguez Larreta venció en el ballotage por apenas más de tres puntos a Martín Lousteau. En aquella ocasión, el objetivo político del PRO y de Juntos por el Cambio era que la victoria en la Ciudad fuera un anticipo de la victoria de Macri en las inminentes elecciones presidenciales. Claro que el margen del triunfo fue tan estrecho que esa misma noche el candidato terminó asegurando en un discurso que no iba a privatizar Aerolíneas Argentinas ni YPF.
Pero las cosas cambiaron en 2019. Macri, con crisis económica y la inflación superando el 50% anual, necesitaba el refuerzo de la elección porteña para sostener su proyecto de reelección. Por primera vez, los comicios en la Ciudad se hicieron el mismo día que las presidenciales y con boletas sábanas. Pero igual no alcanzó. Macri fue derrotado por Alberto Fernández pese a que Rodríguez Larreta sí consiguió su reelección en la primera vuelta.
Esta vez, las elecciones en la Ciudad serán en la misma fecha que las presidenciales (el 13 de agosto las PASO y el 22 de octubre la general), pero en comicios desdoblados. Es decir, una elección concurrente con dos urnas: una para que se vota el Jefe de Gobierno y a los legisladores de la Ciudad con boleta única de papel, y otra para que se voten los candidatos presidenciales con la tradicional boleta sábana. Como lo fue en 2015 y luego en 2019, la discusión era técnica pero la definición fue política.
Si algunos creían que había un acuerdo entre el PRO, la UCR y la Coalición Cívica para esa posibilidad, el domingo por la mañana quedó en claro que Macri no estaba de acuerdo. “No creo que Horacio haga eso; la mayoría del PRO está en desacuerdo”, advirtió el ex presidente en un reportaje por radio Rivadavia.
Entre los argumentos que dio Macri, el más convincente es que se trata de una decisión tomada durante el año electoral y que siempre en la coalición opositora se planteó evitar el cambio de reglas de juego tan cerca de las elecciones. “Horacio tiene que consultarme esas cosas”, es la frase que Macri les repite a sus colaboradores y a sus aliados. Y allí está el núcleo del problema.
Rodríguez Larreta considera que se trata, simplemente, de una decisión del jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma. Que la elección porteña con boleta única (sea de papel o electrónica) y concurrente con las presidenciales es una atribución por su cargo y que el Código Electoral (reformado en 2018) se lo permite.
Detrás de la pulseada por el sistema de la elección porteña, se encuentran las verdaderas motivaciones políticas de los dos dirigentes, que compartieron la fundación del PRO y llevan más de dos décadas trabajando juntos. Rodríguez Larreta le plantea a Macri el primer desafío político de envergadura por el liderazgo de la coalición opositora. Y esto es quién de ellos define la estrategia de cara a las elecciones en los principales distritos. “Qué profunda desilusión”, fue el retuit de Macri a otro mucho más duro de Vidal escrito tres minutos después del anuncio. La familia del PRO vive su peor batalla interna.
- Macri quería que en la Ciudad hubiera un solo candidato del PRO a jefe de gobierno en las boletas de Rodríguez Larreta y de Bullrich (el prefiere a su primo, Jorge Macri). Y que Martín Lousteau fuera solo en la boleta de la UCR. Y que todo se vote en las mismas fechas con listas sábanas.
- Rodríguez Larreta plantea la elección concurrente a nivel nacional y en la Ciudad, donde haría con boleta única. En ese caso, Lousteau y el candidato del PRO competirían mano a mano para ver quien es el candidato a jefe de gobierno por Juntos en la Ciudad. Aceptaría a Jorge Macri como candidato si en las encuestas mide mejor que Fernán Quirós y Soledad Acuña, quienes aún siguen en carrera. “Ahora hay que ver quien es el candidato del PRO”, es la frase que recorre el edificio inteligente de la calle Uspallata.
- Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal van detrás de la estrategia de Macri. Mismas fechas y boletas sábanas.
- La UCR y la Coalición Cívica respaldaban las elecciones concurrentes y estaban expectantes sobre la decisión final que tomaría Rodríguez Larreta. Muchos de sus dirigentes, con Gerardo Morales y Elisa Carrió a la cabeza, se oponen desde siempre a que Macri mantenga su liderazgo en el espectro opositor. Ahora se abre un nuevo panorama con la decisión del jefe de gobierno. Arde Juntos por el Cambio.
- Macri cree que si la elección en la Ciudad se hace con boleta única, el candidato del PRO podría ser derrotado por Lousteau y perder el gobierno porteño que controlan desde hace 16 años. Acusa a Larreta de querer entregar CABA.
- Rodríguez Larreta cree que cualquier candidato del PRO (Jorge Macri, Quirós o Acuña) pueden vencer a Lousteau. Y que la elección con boleta única le restará chances al candidato que presente Javier Milei en la Ciudad.
El plazo de la Justicia Electoral establecía que Rodríguez Larreta debía hacer pública su decisión antes del viernes. El Jefe del Gobierno porteño considera que sino puede imponer las condiciones en el distrito que gobierna, se convertiría en un candidato presidencial débil. “Los argentinos no quieren un presidente dependiente de Macri como Alberto Fernández lo es de Cristina Kirchner”, es la definición que viene utilizando.
También sabe que con las elecciones con boleta única en la Ciudad si el candidato del PRO pierde las internas con Lousteau, su candidatura presidencial recibiría un golpe demoledor. En definitiva, se trata de una demostración de fuerza en la que Rodríguez Larreta está jugando su futuro político a todo o nada.
Del mismo modo, también Patricia Bullrich sigue atentamente los movimientos electorales en la Ciudad. Si bien respalda la estrategia porteña de Macri y la mayoría de los dirigentes macristas se han integrado a sus equipos de campaña, sabe que un excesivo protagonismo del ex presidente la podría derivar hacia un segundo plano que de ninguna manera quiere ocupar.
Bullrich considera que el impacto que tuvo en la sociedad el asesinato del colectivero Pedro Barrientos en La Matanza y el costo político que está pagando el kirchnerismo en las figuras de Axel Kicillof y Sergio Berni la favorecía ampliamente. Pero prefiere que la disputa en Juntos por el Cambio se centralice en su figura y en la de Rodríguez Larreta, y no en la de Macri. Si se convierte en la candidata presidencial opositora, ella también recortará su propio perfil y se despegará del ex presidente.
El fantasma que persigue a los dirigentes de Juntos por el Cambio es qué sucederá si la disputa por la elección porteña deriva en una ruptura dentro del PRO. Se sabe que Macri y Bullrich creen que es más factible la posibilidad de acordar con Milei, mientras que Rodríguez Larreta, la mayoría de los radicales y Carrió consideran al diputado libertario un populista anti sistema con el que sería imposible acordar políticas de Estado.
El sábado, la ministra de Educación y precandidata porteña, Soledad Acuña, fue clara al respecto. En declaraciones a CNN Radio dijo que “con Milei hay muchos principios y valores que nos distancian. Creo que es muy agresivo y violento en muchas circunstancias para hablar y para hacer política, y que las políticas que plantea no han tenido resultado en ningún lugar”. Está claro que el PRO tiene un dilema irresuelto con Milei.
Lejos de las internas en Juntos por el Cambio, Alan Clutterbuck, presidente de la Red de Acción Política (RAP), ha sido el más enérgico defensor del sistema de boleta única, tanto de papel como la electrónica, y uno de sus difusores entre los dirigentes de la oposición. “Estaría muy bueno que la Ciudad lo use; así se sumaría a Córdoba, a Santa Fe y Mendoza y tendríamos a una parte muy importante de la población argentina votando en elecciones locales con el sistema de boleta única”, explica.
Clutterbuck cree que, con más provincias votando con boleta única, “ayudaríamos a que se apruebe el sistema a nivel nacional para las elecciones de 2025″. Y mantiene sus argumentos aunque este episodio esté cruzado por la política.
“Los que impulsamos el sistema lo hacemos porque estamos convencidos de que garantiza el derecho a elegir y a ser elegido, cuestión que el sistema actual no hace. Es más económico, más ecológico y tiene que ir más allá de cualquier especulación política de conveniencia coyuntural”, concluye Clutterbuck.
Respaldados siempre por la mayoría de los dirigentes de Juntos por el Cambio, Alan Clutterbuck y los impulsores de la boleta única jamás pensaron que iba a quedar atrapados en el fragor interno de semejante estallido. Son tiempos de incertidumbre y confusión en la Argentina. Al drama de la inflación, de la inseguridad y de la pobreza hay que sumarle la confrontación extrema como desgracia de todos los días.
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