Este mes de abril es, para millones de argentinos, sinónimo de fiestas y tradiciones. De comidas típicas y rituales, de encuentro y de reflexión. Y es, también, sinónimo de convivencia. Porque una vez más, en un acontecimiento poco usual, este mes de abril se celebrarán casi en simultáneo las festividades de Pesaj, Pascuas y Ramadán.
Cierto es que las primeras suelen coincidir en fechas más o menos cercanas. Sin embargo, el carácter estrictamente lunar del calendario musulmán establece la rotación de sus festividades a lo largo de las diversas estaciones del año, volviendo las coincidencias un hecho menos habitual. Los atentos quizás incluso recuerden que el fenómeno se repitió el pasado mes de abril, aunque este no será el caso en los años por venir. Tenemos, entonces, una oportunidad especial para acercarnos, compartir nuestras costumbres y encontrarnos en aquello que tenemos en común.
Desde los saludos hasta las comidas, cada una de estas fiestas milenarias tiene su música y sabor particular. Y aunque cada festividad es única en su enfoque y prácticas, todas son igualmente relevantes para las comunidades religiosas que las celebramos y nos brindan una oportunidad de renovación espiritual y conexión.
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Pesaj Sameaj, Ramadán Karim, Felices Pascuas son algunos de los saludos que se pueden escuchar en las inmediaciones de templos, iglesias o mezquitas estos días. Tres expresiones que, con distinto origen e idioma, poseen un significado y propósito similar: compartir buenos deseos con los seres queridos. Quizás ahí radique una de las principales coincidencias en esta temporada festiva. Se trata, ante todo, de una oportunidad de compartir. De encontrarnos con amigos y familia para romper el ayuno diurno que dicta el mes de Ramadán, o compartir un seder de Pesaj, la tradicional cena de esta fiesta judía. Para divertirnos con los más chicos de la casa durante la búsqueda de los huevos de pascua o el afikkomán, un trozo de matzá (pan ázimo) que se esconde durante el mismo seder.
Este año, una vez más, el Congreso Judío Latinoamericano llevó estas coincidencias de la teoría a la práctica. 30 sacerdotes, rabinos y representantes de instituciones de las comunidades católicas y judías de la Argentina nos reunimos para celebrar juntos. Los presentes acompañamos a coro las canciones y los rezos tradicionales del seder de Pesaj, y reflexionamos sobre la convivencia en nuestro país.
A lo largo de los últimos años, nos hemos acostumbrado a coincidir en el calendario y en la mesa. Sin embargo, y como anticipé al comienzo, esta no siempre fue -o será- la norma. El año próximo, las fiestas se alejarán en términos temporales, pero está en nosotros garantizar que, aunque Pesaj, Pascuas y Ramadán no se celebren exactamente el mismo día -o incluso el mismo mes- nuestras nuevas tradiciones para estas fiestas se mantengan vigentes. La tradición de encontrarnos y celebrarnos mutuamente. La tradición de convivir. Porque también esta se ha vuelto la esencia de estas fiestas. ¡Jag Sameaj!
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