Henry Kissinger cumplirá 100 años: cambió el mundo y está atento al nuevo

El político nacido en Alemania es un diplomático histórico que resultó clave en la política internacional. Su trayectoria en Estados Unidos, la relación con China, Rusia y una mirada de análisis permanente sobre el presente y futuro

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FILE PHOTO: Former U.S. Secretary of State Henry Kissinger looks up during a meeting with U.S. President Donald Trump in the Oval Office of the White House in Washington, U.S., October 10, 2017.  REUTERS/Kevin Lamarque/File Photo
FILE PHOTO: Former U.S. Secretary of State Henry Kissinger looks up during a meeting with U.S. President Donald Trump in the Oval Office of the White House in Washington, U.S., October 10, 2017. REUTERS/Kevin Lamarque/File Photo

No se ha bajado del caballo –habló con Zelenski, ahora, en la guerra que produjo la invasión rusa y le aconsejó que cediera territorio a cambio de una paz tal vez sin demasiadas garantías pero eficaz-: el presidente lo mandó al carajo aunque debió pensarlo por un instante. Es que el señor Kissinger vio el paisaje con realismo pelado y sin perder tiempo acerca del bien y el mal. A los bifes. Diplomático histórico, no puede sorprender su admiración por Metternich, Talleyrand o el cardenal Richelieu. Henry Alfred Kissinger, nacido en 1923 en Fürth, Alemania, llegó a los Estados Unidos para no ser alcanzado por los judíos, los campos, los hornos, el despojo- aún conserva un deje, un acento en su inglés como quien lo aprendió de grande-. Desde el principio se vio llamado al estudio, formación y mirada de la diplomacia internacional como la esencia y clave del funcionamiento del mundo: un orden a alcanzar con libertad en muchos momentos del modo que no excluye la desestabilización o la violencia que el orden con justicia podía afectarlo.

De modo que con la fuerza y la constancia del arraigo pleno, alcanzó Harvard, y llegó alto en el siglo en cuyos años resultó de influencia decisiva, primero como Consejero de Seguridad y luego como Secretario de Estado- a cargo de las relaciones con cualquier país-. El canciller con servicio y mucha exposición durante Richard Nixon y Gerald Ford. Su acción, diseño, rapidez, audacia, se convirtió en sello personal y en la aproximación personal con influencia y personalidad pocas veces vistas en la historia moderna.

“Un país que exige la perfección moral en su política exterior, no logrará la perfección ni la seguridad”.

Unidos como potencia - dijo- incluye determinada moral de base, capitalismo y mercado, libertad individual frente a la masificación, democracia, pero no necesariamente la perfección en lograrlo y mantenerlo. Integrado al Partido Republicano, fue hacia 1943 o 44, un valioso instinto pragmático al servicio de las ideas con una cultura amplia y un carisma funcional: el entonces rey de Jordania, Hussein – diminuto, implacable y dinámico: piloteaba sus aviones y helicópteros, como con las autoridades israelíes. El doctor Kissigner o dear Henry era recibido en giras diplomáticas en un avión a cuyo bordo llevaban periodistas con los que charlaba y bromeaba durante los trayectos.

. El comunismo encuentra gran audiencia allí donde no gobierna.

. Si, mucha gente va a morir cuando se establezca un Nuevo Orden, pero será un mundo mejor para los que sobrevivan .

. Controla los alimentos y controlarás a la gente. Controla el petróleo y controlarás las naciones.

. Controla el dinero y controlarás el mundo.

. Los que se oponen al Orden son terroristas.

. Fácil de aprobar y fácil de detestar. Depende.

Los años en la Seguridad y la diplomacia general diseñó cambios arrojados y discutidos. Fue cuando se consiguió establecer una relación con China, primero con una visita secreta y luego con Chu En Lai, Mao - ¡Mao!- ,Nixon y él mismo, lo que forzó a invertir, levantar las alarmas y perder fuerza en la rivalidad chino soviética.

No había relaciones en treinta años.

En tanto, consiguió un tratado de límites a las armas estratégicas con la URSS- atómicas- durante el cual no consiguieron confianza mutua. Sin embargo, hubo embajada ruso soviética en Washington.

La actuación de Henry Kissinger para una política en Vietnam labró la seguridad de que no servían ya militares allí donde en los hechos convertían en derrota. Y conseguir una “paz” honrosa que el Norte, el Vietcong, no deseaba sino un triunfo absoluto.

Kissinger resolvió un bombardeo infernal sobre Camboya con destrucción y muertes sin número, como músculo que forzara la salida y abrió paso el régimen dantesco de los jemeres rojos y Pol Pot.

Se le concedió el premio Nobel de la paz al vietnamita Le Duc To, secretario general del Partido Comunista de Vietnam, político y militar, y al secretario estadounidense. El primero lo rechazó. Henry lo retuvo.

El pico de la guerra fría en los 70 intervino en las dictaduras militares de América del Sur, con largada manifesta en Chile: “No se entiende que Chile se vuelva comunista por la irresponsabilidad de su pueblo”.

Una tras otra y la comunicación entre dictaduras con el plan Cóndor, dejaron su huella.

Fue en su momento uno de los fundadores del Club Bildemberg, con reuniones periódicas con los hombres y mujeres más poderosos.

Sería formidable entrar en la cabeza del doctor Kissinger ahora, cuando China es potencia, la URSS no existe, Medio Oriente sigue en tensión sin descanso, aunque con ciertos progresos, la inteligencia artificial imparable es un temor tan grande que da lugar el miedo de cambiar todo los construido en siglos. Debe estar muy al tanto y atento, pueden apostar.

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