Los sectores más humildes son los más perjudicados por la inflación

Argentina se enfrenta a una triada compleja: economía en caída libre, niveles dramáticos de pobreza y presión fiscal insostenible. Un panorama desolador pero reversible con políticas serias

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La inflación golpea a los
La inflación golpea a los sectores de menores ingresos

En los últimos días desde el Gobierno Nacional que conduce el Presidente Alberto Fernández se dio a conocer el índice de inflación del mes de febrero en nuestro país, de 6,6%. Lo que lleva a un acumulado interanual 102,5%, el mayor índice inflacionario desde el año 1991. Un nuevo triste récord para la gestión de Alberto Fernández.

Estos son números fríos, pero ¿qué significa que la inflación interanual sea mayor al 100 por ciento? Para decirlo en un lenguaje llano y simple, que hoy con la misma plata compras la mitad que el año pasado, significa una pérdida del poder adquisitivo y de la capacidad de ahorro de los argentinos.

No se puede obviar el hecho del impacto desigual que tiene la inflación sobre los hogares, esto golpea fuertemente en los sectores de menores ingresos que se les hace imposible llegar a fin de mes, son pocos los hogares que tienen ahorros y muchos los que están endeudados con préstamos personales, tarjetas de créditos y préstamos por fuera del sistema financiero.

Mientras la realidad económica y social de los argentinos es cada día más compleja, la gestión de Alberto Fernández, sigue buscando excusas para no reconocer la situación del país, hace días el Presidente explicó que la culpa de la inflación de enero y febrero fue “que 35 millones de argentinos fueron de vacaciones” y que “la hotelería y gastronomía empujaron la inflación para arriba”. Sin olvidar que hace un año anunció la “guerra contra la inflación”, los resultados de la gestión son contundentes.

El contexto económico de nuestro país es sumamente complejo, vislumbrando fácilmente una triada compleja. Economía en caída libre, niveles dramáticos de pobreza y presión fiscal insostenible. Un panorama desolador pero reversible con políticas serias, que dejen la especulación electoral de lado y busquen resultados a mediano y largo plazo. Es hora de dejar la prepotencia y el narcisismo de lado, convocar a todos los sectores sociales, productivos y políticos para comenzar a trabajar seriamente en revertir esta situación. El camino para nuestro país tiene que ser apostando a la educación y al trabajo, es la única forma de recuperar inversiones genuinas para que el país salga adelante.

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