La reciente decisión del Ministerio de Economía de canjear los títulos en dólares del fondo de garantía de las jubilaciones (FGS) por títulos en pesos demuestra su falta de respeto por los derechos de las personas y de valentía por hacer las cosas que se deben hacer.
El FGS fue creado con los fondos que se habían acumulado mientras el sistema jubilatorio había sido privatizado con el fin de asegurar los pagos de las prestaciones sociales en el futuro. El mismísimo Sergio Massa dijo el 11 de julio de 2007: “El Fondo busca que nunca más en la Argentina, para cerrar las cuentas públicas, se use el descuento a jubilados”.Justo lo contrario de lo que está haciendo ahora. En su nuevo rol parece ser más importante seguir teniendo dinero para financiar la fiesta de gasto estatal que la suerte de los jubilados, especialmente en este tiempo previo a las elecciones.
Por suerte, posiblemente a causa de que ya nadie quiere financiar al gobierno argentino, ya parece tener consenso la idea que el Estado no puede vivir eternamente gastando más de lo que recauda. Pero como ningún político tiene la convicción ni la valentía de tomar el toro por las astas para atacar el problema, usan el poder del Estado para ir manoteando cuanto activo esté a su alcance. Esta vez fue el FGS. Alguna vez en la historia, que puede repetirse, fueron los depósitos bancarios.
Mientras tanto el Estado glotón come sin parar los recursos de la Argentina productiva arrastrando, cada vez más, a toda la población hacia la pobreza. El Estado es una gran aspiradora de los esfuerzos y deja a la gente con las manos (y muchas veces también el estómago) vacías. Esta es la receta perfecta para la pobreza y el retroceso. El Estado debe dejar de ser un barril sin fondo.
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