Rosario, mixtura de alta combustión

De Lionel y Angelito, a los monos y los monitos. Del polo agroalimentario más grande del planeta, a las cuevas financieras del dólar banana, a 2,5 puntos por arriba del dólar blue

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REUTERS/Agustin Marcarian
REUTERS/Agustin Marcarian

La “Chicago Argentina” exporta talento y riqueza, pero al mismo tiempo se ahoga en un río de sangre producto de la tibieza gubernamental y de la justicia abolicionista que todo permite. Convirtieron a Rosario en un verdadero infierno, en un río de sangre y horror.

En 2010 planteamos una hipótesis de conflicto, violencia y disputa territorial que hoy es innegable. Sicarios, homicidios por encargo, asesinatos, atentados, amenazas, balaceras, y acciones al margen de la ley hicieron de la ciudad de la Bandera Nacional, un reducto metropolitano en donde los fusiles escupen balas de cocaína.

La política nacional no puede mirar para el costado, este fenómeno social de la droga como epicentro de un negocio ilícito, en donde se manifiesta una matriz de oferta y demanda, se irá derramando como una mancha de petróleo en el mar, por todo el territorio argentino a través de organizaciones criminales que operan dinero en gran magnitud y aparatos de violencia urbana.

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Una ráfaga de ametralladora que intenta vengar o resolver un incumplimiento de un negocio ilegal pactado o un control parcial de territorio, se convierten en buenos informes periodísticos del día a día. Pero es a la hora del arrebato violento, las entraderas, las salideras, los atracos, los robos seguidos de homicidios que la ciudadanía comienza a sentir indignación, impotencia y hasta una imprudente y ávida necesidad de venganza.

La problemática tiene variedad de etapas como la aceptación del flagelo. Asumir no es sinónimo de resignación. Luego, la etapa de diagnóstico serio, profesional y basado en la evidencia de seguridad objetiva y no en opiniones de dimensión subjetiva. Suponer no es lo mismo que comprobar. Y finalmente la etapa de abordaje interdisciplinario con cuatro grandes aristas que posteriormente se ramifican:

- lntervención y contención social

- Educación y reingeniería cultural

- Seguridad ciudadana propiamente dicha

- Justicia, para la armonía y convivencia

En consecuencia el Estado debe contener, educar, proteger a sus ciudadanos, y castigar a quienes infringen la ley.

Resultado de un operativo antidrogas
Resultado de un operativo antidrogas de la Policía Federal realizado en el mes de marzo en Rosario

El narcoterrorismo es un fenómeno global de dimensiones inimaginables que solo puede ser controlado con políticas transnacionales, operaciones conjuntas, operaciones integradas y operaciones coordinadas que involucran las altas esferas gubernamentales, militares y a organismos internacionales (ONU, OTAN, OEA, etc.)

Abordar y controlar el narco menudeo y el micro tráfico se han convertido en el nuevo desafío del siglo XXI hablando de una de las problemáticas más complejas dentro de la narco criminalidad. Paradójicamente, encontrarnos países que logran altos índices de seguridad a pesar de ser potenciales y altos consumidores de sustancias prohibidas.

El enfrentamiento de bandas armadas como inicio de una “guerra urbana”, no es más ni menos que una manifestación de anarquía generalizada. A la ambición desmedida, la idolatría por “lideres” criminales y la adoración por el “billete”, se le suma la decadencia socio cultural y la falta de presencia en términos reales de los Estados en gran parte de América Latina.

La inequidad y la injusticia social como principales motores del deterioro institucional hacen de este abordaje una tarea titánica, colocando a los Estados y gobiernos en posición de “jaque”, en tanto y en cuanto no estén convencidos de la inversión multimillonaria necesaria para iniciar planes estratégicos de educación, salud, empleo, justicia, seguridad e infraestructura.

La seguridad es un medio, y no un fin. Es un medio para el desarrollo humano, la convivencia y la cohesión social. Es un medio para el crecimiento individual y colectivo, y quien crea que es un imposible, se equivoca.

Claro que se necesita decisión política, planificación estratégica y coordinación interdisciplinaria, pero no tengan dudas que los rosarinos lo vamos hacer, y en consecuencia habremos realizado un aporte incalculable a nuestra querida República Argentina.

Para muchos de nosotros, este desafío, no es más ni menos que un imperativo ético y moral. Recuerden: “el destino mezcla las cartas...pero somos nosotros quienes jugamos”

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