La tecno burbuja financiera

La hemorragia financiera comenzó, en medio de temores de que esta se extienda a otros bancos, la pregunta es: ¿cuáles sobrevivirán?

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Un cartel del Silicon Valley Bank en San Francisco, el 13 de marzo de 2023. (Foto AP /Jeff Chiu)
Un cartel del Silicon Valley Bank en San Francisco, el 13 de marzo de 2023. (Foto AP /Jeff Chiu)

El 2022 fue un año bisagra, en la post-pandemia. La formidable expansión de la industria tecnológica y las mieles de la hiper-conexión constituyeron un hito histórico y, sin embargo, la burbuja comenzó a perder aire. Se calcularon unos 150.000 despidos en la industria tech el año pasado y, en lo que va del 2023, ya se contabilizaron por lo menos 100.000 con reducciones que también afectaron a empresas en la Argentina.

Meta, Google, Zoom, Dell, Paypal, Salesforce, Amazon, Coinbase y otros jugadores cripto, todos protagonistas de porte anunciaron reducciones significativas y el panorama no parece mejorar: el derrumbe de la industria cripto, la caída de Bitcoin e incluso de los NFT, sin siquiera haber entendido de qué se trata cabalmente, a confesión de muchos de sus inversores.

La industria cripto ha experimentado vaivenes, en algunos casos con fuerte impacto en los mercados. Alameda Research descubrió un fraude significativo y dos años después, la firma y su compañía hermana, el trader de criptomonedas FTX, se declararon en quiebra y sus ejecutivos fueron acusados de numerosos delitos financieros.

La cripto-crisis actualmente en curso podría agravarse por la caída de Silicon Valley Bank (SVB). La empresa Circle opera una moneda estable -USDC- que está respaldada con reservas de efectivo, de los cuales USD 3.300 millones están ahora atrapados en la quiebra de Silicon Valley Bank. Esa moneda que debería valer USD 1, rompió su paridad después de la caída, bajando a USD 0,87 centavos. Esta fue la razón por la que Coinbase detuvo las conversiones entre USDC y el dólar.

La caída de SVB es un factor más que imprime presión al sistema y determinante junto con la inflación, vista como una amenaza real con valores relevantes para los promedios históricos en economías estables y el aumento de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal. Se trata de la segunda mayor quiebra bancaria en la historia de EE.UU., después de Washington Mutual en 2008.

Silicon Valley Bank fue un motor importante para el éxito de la industria tecnológica y el decimosexto banco más grande de EE.UU. Antes de su colapso proporcionó a muchísimas nuevas empresas respaldadas con capital de riesgo y fue el socio financiero de la economía de la innovación; y el banco de referencia para los inversores tecnológicos. Más de 2500 firmas de capital de riesgo depositaron allí, al igual que muchos ejecutivos de tecnología, pero terminó desmoronándose en 48 horas.

El ecosistema de capital de riesgo existe porque, históricamente, los bancos no prestaban dinero a las empresas emergentes. La lógica indica que un emprendedor de 21 años que está armando una nueva empresa, no tiene nada que pueda ofrecer como garantía para un préstamo. SVB financió a nuevas empresas ofreciendo formas más riesgosas.

A la caída de SVB, el domingo 12 de marzo, sobrevino el cierre del banco cripto Signature Bank, la segunda víctima de la crisis tecno-bancaria en curso en los EE.UU. que brindaba servicios bancarios a empresas de criptomonedas. La institución financiera con sede en Nueva York dejó de operar abruptamente, víctima de una corrida, por lo que la FED informó que ello causó un riesgo sistémico y que podría amenazar el sistema bancario del país.

El factor cripto es la razón por la cual ambos bancos se conectaron intrínsecamente. A medida que la crisis de SVB comenzó, la industria cripto se preocupó cada vez más por la estabilidad financiera de sus socios bancarios. El cierre de Signature Bank también creará algunos desafíos técnicos para las empresas de criptomonedas, ya que el banco operaba con Signet, un medio de pagos que funcionaba las 24 horas del día, los 7 días de la semana; y que las empresas de criptomonedas usaban para sus transacciones.

Por estas horas el impacto atravesó el océano. El Tesoro del Reino Unido y el Banco de Inglaterra anunciaron que ofrecieron el SVB UK a HSBC, el banco más grande de Europa, garantizando la seguridad de USD 8.100 millones en depósitos. La señal de alerta cundió rápido. La hemorragia financiera comenzó, en medio de temores de que esta se extienda a otros bancos, la pregunta es: ¿Cuáles sobrevivirán?

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