El desarrollo de la tecnología ha permitido que cada vez más personas tengan acceso a información en línea sobre su salud, incluyendo herramientas como ChatGPT. Aunque esto puede resultar beneficioso en términos de accesibilidad y rapidez, también conlleva ciertos riesgos.
En todas las industrias las herramientas requieren personal capacitado para operarlas. Hacer caso omiso a los protocolos de seguridad puede resultar en una desgracia y ChatGPT no es la excepción.
Es importante destacar que ChatGPT no es un profesional de la salud, por lo tanto, sus respuestas no deben considerarse como un diagnóstico médico confiable. La información proporcionada puede ser útil como fuente general de información, pero no debe reemplazar la evaluación y tratamiento de un profesional de la salud.
Si esta herramienta se utiliza por un médico o cualquier especialista del área que se consulte, puede llegar a ser de gran utilidad para diagnósticos asistidos y para reducir el riesgo de pasar por alto alguna extraña patología del estilo de las que encontraba el célebre Dr. House en su serie. El problema es cuando no se utiliza de esta manera y se realiza un autodiagnóstico con la ayuda de ChatGPT (o cualquier buscador). Esto puede llevar a una sobreestimación o subestimación de los síntomas y del estado de salud de una persona, lo que puede resultar en un tratamiento inadecuado o tardío y tener consecuencias graves para la salud.
ChatGPT no es un profesional de la salud, por lo tanto, sus respuestas no deben considerarse como un diagnóstico médico confiable
¿Quién no ha caído en la tentación de buscar los síntomas que está padeciendo en un buscador online? ¿Y qué nos dicen los médicos cuando les contamos que lo hicimos? En general, los profesionales de la salud prefieren que no hagamos nuestros propios diagnósticos para no sobreestimar o subestimar nuestro cuadro. Además de que claramente no disponemos del conocimiento para hacerlo ni la contención y seguridad que nos puede dar el profesional.
Otro riesgo del uso de ChatGPT para el autodiagnóstico es la posibilidad de obtener información errónea o engañosa. La información en línea no siempre está verificada o actualizada y puede haber información errónea o desactualizada disponible. Esto puede llevar a decisiones equivocadas y a una mala gestión de la salud.
ChatGPT está basado en un algoritmo de inteligencia artificial de procesamiento de lenguaje natural y aprende de toda la información que existe en línea. Tiene la capacidad de comprender los temas que se abordan, pero no entiende sobre lo que tratan. Esto lo hace especialmente susceptible a equivocaciones.
Otro riesgo del uso de ChatGPT para el autodiagnóstico es la posibilidad de obtener información errónea o engañosa.
Al consultarle a ChatGPT sobre los temas más aparecen en las consultas que le hace la gente figuran:
– COVID-19: información relacionada con la prevención, síntomas, tratamiento y vacunas.
– Dieta y nutrición: información sobre cómo seguir una dieta saludable, cómo perder peso de manera efectiva y cómo obtener los nutrientes necesarios a través de la alimentación.
– Ejercicio y fitness: consejos sobre cómo mantenerse en forma, cómo comenzar un régimen de ejercicios y cómo mejorar su resistencia y fuerza.
– Enfermedades crónicas: enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades cardíacas, artritis y cáncer.
– Salud mental: cómo manejar el estrés, la ansiedad y la depresión, y cómo mejorar su bienestar mental en general.
– Sueño: cómo mejorar la calidad del sueño y cómo tratar el insomnio.
– Medicamentos y tratamientos: para una variedad de afecciones, incluyendo alergias, dolores de cabeza, infecciones y enfermedades de transmisión sexual.
En resumen, aunque ChatGPT puede ser una herramienta útil para obtener información general sobre la salud, es importante tener en cuenta sus limitaciones y no reemplazar la evaluación y tratamiento de un profesional. El autodiagnóstico con la ayuda de cualquier herramienta puede tener consecuencias negativas y es fundamental buscar la asesoría y tratamiento de un profesional de la salud capacitado para garantizar una gestión adecuada de la salud.